El Betis foráneo choca con sus limitaciones y un pujante Alavés

El Betis tiene dos caras y en Mendizorroza volvió a exhibirse la peor, ésa que viene ofreciendo lejos de su territorio. Como foráneo salen a relucir todas esas carencias, de planificación y también de estados de forma, que ofrece el actual equipo de Manuel Pellegrini. Ni siquiera adelantarse en el marcador con un gol de Ayoze, que fue el más listo para aprovechar el mal despeje de Sivera, le sirvió para domar a un pujante Alavés, que sí exprimió sus virtudes para estar siempre con vida en el partido ante un rival que aspira a objetivos más elevados. El gol de Bellerín, en propio puerta, premió ese esfuerzo local, que también fue recompensado con una ovación de los suyos.

El esfuerzo no se negocia y menos en Vitoria. Ese mensaje de Luis García cala en sus futbolistas, que salieron mejor al escenario. El primer tiempo fue un molde de lo que viene siendo el Betis, sobre todo como visitante. Sin capacidad para gobernar el duelo y concediendo defensivamente, pero también con fogonazos de calidad. Lógico cuando se juntan en un campo Assane, Isco, Rodri o Ayoze. Pero le falta solidez al actual equipo de Pellegrini, que sufrió con el tradicional empuje del Alavés en Mendizorroza.

El arranque del partido había desnudado esas carencias defensivas del Betis, pero entre la impericia de Kike y Bravo el marcador siguió sin moverse. En el 24' avisó Rodri, con un gran control y un remate con la derecha que se marchó al poste izquierdo de Sivera. Ocho minutos después, el meta sería protagonista, pero esta vez por un mal despeje a disparo de Guido, que dejó el balón para que Ayoze rematara a gol.

Poco le duró la alegría al Betis. Esa defensa feble volvió a mostrarse a balón parado. Kike remató muy solo, y en posición legal después de cuatro minutos de revisión en el VAR, Bravo despejó como pudo pero el balón lo acabó introduciendo Bellerín en su propia portería. Y el delantero alavesista dispondría de dos oportunidades más antes del intermedio, aunque también Ayoze puso a prueba a Sivera tras un centro atrás de Abner.

Pellegrini intervino dando entrada a William Carvalho. Quería la posesión de pelota el chileno para adueñarse del partido y, aunque lo consiguió en parte, el resultado fue nulo. Sin pegada en el ataque, el Betis nunca inquietó a Sivera, aunque tampoco el Alavés tuvo el brío suficiente para acercarse a Bravo. Ni el resto de cambios, Abde incluido, cambió la cara del partido, por lo que finalmente todo acabó como empezó. Un Betis que lejos de Heliópolis no ofrece buenas sensaciones, pero que al menos sumó un punto ante este voluntarioso Alavés.