Cómo ven desde Brasil la gestión de Ronaldo: "Aquí se habla muy poco del Valladolid, pero parece buen dirigente"
La percepción de Ronaldo Nazário como presidente es muy diferente de España a Brasil: "Es justo reconocer que está aprendiendo"
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En Valladolid no le quieren ni ver. De manera recíproca, él tampoco se deja ver. Ni pisa la ciudad. Sin embargo, la percepción de Ronaldo Nazário cambia radicalmente en Brasil. Una visión lógica, al ser un ídolo del país, pero ingenua si quieren que sea el próximo presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol.
"Aquí en Brasil se habla muy poco de su gestión en España, pero parece que es un buen dirigente", confiesa Guilherme Pinheiro, periodista brasileño del canal Flazoeiro. Una frase que en Valladolid sonaría hasta como provocación. Isaac Andrade, periodista en Flavoz, lo resume con claridad: "Valladolid solo entró en el radar por Ronaldo. Aquí, a quienes les gusta Ronaldo se quedan con la expectativa de que pueda replicar como dirigente el éxito que tuvo como jugador. Sabemos que no es fácil, pero la esperanza es que empiece a funcionar y demuestre que también tiene talento para gestionar clubes".
El problema es que ese talento no ha aparecido ni parece que lo vaya a hacer a estas alturas. Camino de su tercer descenso en siete temporadas, la relación con los vallisoletanos ya es irreparable. "Cuando al equipo no le va bien, el presidente se convierte en un objetivo. En el caso de Ronaldo, la exigencia es aún mayor, porque no es sólo un gestor, es un ídolo. Y el ídolo tiene que responder, ya sea en la cancha o en las oficinas", reconoce Isaac, que asegura que entiende el enfado de los blanquivioletas: "La afición española es guerrera, no abandonan al equipo en una crisis. Y Ronaldo no está tan presente como debería. Los aficionados quieren ver compromiso".
Está claro que desde Sudamérica viven en su mayoría ajenos a la nefasta gestión de Ronaldo como presidente del Real Valladolid. En su país natal sigue siendo O Fenômeno, aquel que llevó a La Canarinha a ser campeona del mundo en 2002 y en quien muchos confían para volver a ser la mejor selección del planeta, cuando en los próximos meses se decida quién será el nuevo presidente de la CBF.
“Es justo reconocer que está aprendiendo”
"Seré muy directo: Ronaldo ha sido un presidente promedio. Ni excelente ni terrible", opina Isaac. "Aportó una visión de gestión moderna, pero los resultados en el campo no fueron los esperados. Pero es justo reconocer que está aprendiendo. No es fácil y requiere tiempo y paciencia. Tiene buenas intenciones, pero aún necesita demostrar que puede equilibrar la planificación a largo plazo con las demandas inmediatas", analiza desde su punto de vista, incidiendo en que ha tenido muchos obstáculos. Guilherme, por su parte, apela a lo pasional del aficionado: "Dependen mucho del resultado en el campo para opinar y su opinión cambia todo el tiempo".
El precedente de Cruzeiro
Si en Pucela el nombre de Ronaldo no deja indiferente a nadie, en Belo Horizonte ocurre algo similar. En 2021 compró el Cruzeiro, un gigante del fútbol brasileño que había tocado fondo con un descenso y una terrible crisis financiera. "Al principio estuvo a la altura de las expectativas. Los aficionados vieron en él una esperanza de salvación", recuerda Andrade. El brasileño saneó al club en el que debutó, lo devolvió a la élite y, apenas dos años después, vendió el 90% de sus acciones. "Muchos aficionados lo llamaron traidor. La sensación era que abandonó el barco antes de finalizar la obra", explica.
Esa misma sensación, la de falta de implicación, compromiso y palabra, es la que se ha instalado en Valladolid. Ronaldo sigue sin aparecer por la ciudad, la gestión deportiva está bajo mínimos y la conexión con la afición está rota. En Brasil, mientras tanto y alejados de sus aventuras empresariales en España, se sigue esperando que su nombre vuelva a estar asociado al éxito del país sudamericano.