En busca del motivo por el que Bellingham ha dejado de ser un extraterrestre
El inglés marcó 17 goles con el Real Madrid en 2023 y lleva sólo tres en 2024.
![Bellingham, en el Real Madrid-Athletic. /REUTERS](http://s3.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202404/04/media/cortadas/bellinghamathletic-Rda4vcVmS6sLKBgOObbwEjL-1200x648@Relevo.jpg)
El dato, dicen los expertos, es frío y necesita contexto. Jude Bellingham (20 años) marcó 17 goles en 2023 con el Real Madrid y en 2024 sólo lleva tres, muy lejos del promedio que le catapultó hasta el Pichichi y de los guarismos que hicieron olvidar a Benzema. Juega en la misma posición que antes, pisa el área prácticamente en idénticas proporciones y mantiene su influencia en el equipo, pero hace ya casi dos meses que no abre los brazos para deleitar al público con su característica celebración. La respuesta, simplificando y por ir al grano, está en la efectividad.
El inglés se movía antes en cifras de extraterrestre y ahora se queda en números positivos para un futbolista de su demarcación. Durante las primeras jornadas de Liga, Bellingham llegó a convertir un 77,7% de sus remates, unos datos imposibles de mantener en el tiempo. Si tiraba diez veces, casi ocho terminaban en gol. Durante la primera vuelta, aunque el porcentaje descendió, se mantuvo siempre alrededor del 40%.
En ese tiempo, Jude anotó más de lo que le correspondía. Por su rol (nadie esperaba que el peso del ataque recayese de tal forma en un centrocampista como él) y por lo que indican los goles esperados (xG), el parámetro que mide la probabilidad de que un tiro acabe en el fondo de la red en función del lugar del campo desde el que se remata, la parte del cuerpo con la que se dispara, los rivales que obstruyen o la distancia con el portero.
LOS NÚMEROS DE BELLINGHAM YA NO SON EXCEPCIONALES
En la segunda jornada, en Almería, Bellingham tuvo un xG de 0,68. Sus ocasiones carecieron de la calidad y la peligrosidad suficiente como para esperar al menos un gol, pero firmó un doblete: el primero con un remate afortunado que no cortó Édgar por apenas milímetros y el segundo con un cabezazo completamente de espaldas a Maximiano. La tónica se repitió en la 9ª fecha ante Osasuna (xG de 0,65, marcó dos tantos) y en el Clásico en Montjuïc de la 11ª (xG de 0,65, dos goles).
Le entraba todo, en resumidas cuentas, desde zapatazos desde 30 metros en los que subió el pie hasta el 1,70 hasta testarazos con rivales tirándole al suelo en un marcaje individual (el de Balaídos en agosto). Con el cambio de año, su porcentaje de acierto se desplomó… hasta números que siguen siendo más que aceptables.
Menor eficacia
Bellingham se mueve ahora en torno al 15% de efectividad, como indica el gráfico que se inserta debajo y que representa la media móvil (cada pico son tres partidos) de la conversión de disparos. En ocasiones, por primera vez esta campaña, ha estado en el 0%; en las últimas semanas ha bailado entre el 11 y el 16%, guarismos más humanos y sensiblemente inferiores a los de comienzos de curso.
EL ACIERTO DE BELLINGHAM HA IDO A MENOS
Cuando más goles sumaba, Ancelotti ya advirtió de que esto ocurriría algún día: "Rodrygo y Vinicius van a meter más que él. No lo consideramos un killer". Además de bajar su eficacia, un factor que puede ir relacionado con el cansancio y la acumulación de minutos, Bellingham se ha topado con factores como las lesiones (un esguince de tobillo le hizo perderse tres encuentros) y sanciones (dos choques de suspensión por su 'fucking goal') que han mermado su producción.
Queda claro que el británico atraviesa por un momento de menos inspiración de cara a portería, pero sin que, ni mucho menos, su situación alcance a ser preocupante. De hecho, todavía ostenta el Pichichi (empatado con Dovbyk) y continúa siendo el máximo realizador del Madrid. En 2023 marcó cada 107 minutos y en 2024 lo hace cada 334, uno cada cuatro partidos.
Curiosamente, Bellingham logró anotar en cada uno de sus cuatro primeros choques de Champions (Unión Berlín, Nápoles, Braga y de nuevo Nápoles). Ahora, con el regreso de la Liga de Campeones, el Madrid le necesita más que nunca. El rival es el Manchester City, el otro club que pujó por él el pasado verano y con el que flirteó durante meses, y Ancelotti precisará de sus tantos para derribar el muro que ha logrado erigir Guardiola.
El descanso de ocho días le sentará bien para recuperarse de la sobrecarga que pudo provocarle el parón internacional, en el que disputó 67' frente a Brasil y 90' contra Bélgica. Ante el Athletic se le vio apagado y Carletto llamó a la calma: "No tenía la frescura habitual, ha pagado un poco los partidos con la selección". Después de haber gozado de tiempo para reponer fuerzas, Bellingham tratará el martes de apagar las tímidas críticas y demostrar que, aunque ya no promedie datos goleadores sobrenaturales, todavía es el pilar sobre el que pivota este Madrid.