Carles Planas: "Messi, Xavi, Iniesta, Busquets... Sí, pero Pedrito en los entrenamientos iba volando"
El lateral catalán repasa su trayectoria deportiva en Relevo, tras diez años en el Barça, su paso por el 'EuroCelta' y su actual estancia en la Kings League.

Carles Planas (San Celoni, 1991) continúa en activo, aunque de una manera especial. El lateral fue uno de los primeros futbolistas profesionales que dio el salto a la novedosa Kings League, que disfruta como el que más. Un guerrero en el campo que estuvo prácticamente toda su vida en la cantera del Barça, desde los 8 años, y conoció el fútbol gracias a sus amigos del colegio.
Después, logró debutar en Champions League con el cuadro culé de la mano de Tito Vilanova. La vida le llevaría, junto a Sergi Gómez, uno de sus mejores amigos, a Vigo. Tres temporadas en las que Carles se enamoró del Celta y de Galicia. Eso sí, lo peor de su estancia en la ciudad olívica, como recuerda durante la entrevista, eran las interminables cuestas que abarrotan Vigo.
¿En qué punto de tu vida comienza tu pasión por el fútbol?
No empieza tanto como una pasión, sino ser uno más. Cambié de instituto y la mayoría de los compañeros eran nuevos y jugaban al fútbol. Ese primer año no pude federarme, solo podía entrenar y jugué los torneos de final de temporada. Ahí comenzó la pasión. Lo que más me gustaba era compartir momentos con mis amigos. Y sí es verdad que tuve la gran suerte de que al poco tiempo de haber empezado, coincidencias de la vida, se fijaron en mí desde Barcelona. Jugué un par de partidos contra ellos y les llamé la atención.
"Luis Enrique siempre fue un referente por su garra"
¿Quién dirías que durante tu infancia era tu referente?
Un referente siempre ha sido Luis Enrique por la garra que transmitía como jugador, por el darlo todo en cada partido. Estoy seguro que en cada entrenamiento era exactamente igual. Ese estilo de juego también ha sido un poco el que me ha marcado toda mi carrera. También, como defensas, me gustaban muchísimo Maldini y, sobre todo, Roberto Carlos.
¿Cómo es la reacción de tus padres cuando le dicen desde el Barcelona que quieren fichar a Carles?
Fueron ellos con los que contactaron desde el Barça y los que me dieron la noticia. Al principio no quería ir. Era un chaval de 8 años que no había salido en su vida de su pueblo. Barcelona era la ciudad y yo de pueblo, no me veía. Aparte me estaban diciendo que me tenían que llevar en taxi. Para mí eso era impensable en esa época. Al final fueron un poco ellos, parte de mi familia, los que me convencieron. Me dijeron que era una gran oportunidad, que me lo iba a pasar muy bien. Que me acostumbraría a los viajes. Y fue por ellos que al final dije que sí. Fue una decisión más que acertada.
¿Y el nivel de competitividad en la Masía se sobrellevaba desde tan joven?
Cuando eres un niño no estás pensando en competir. Allí te entrenan para que juegues bien. Ellos tienen la suerte de poder hacer una selección de lo que son un poco los jugadores de más nivel de Cataluña y más adelante de España y del extranjero incluso. Pero no tienes la sensación de esa presión de que tienes que ganar. Simplemente vas ahí, disfrutas, te lo pasas bien, entrenas muchísimo y al final las cosas terminan saliendo.
"Tenía que levantarme a las 5 de la mañana para ir a clase un año entero. Era un ritmo que no podía soportar"
¿Seguías viviendo en tu casa o vas a la Masía?
Seguí viviendo en mi casa hasta los 17 años. Tuve que mudarme el segundo año de bachillerato porque el año anterior estuve yendo y viniendo todos los días. Fue un año duro a nivel personal, porque me tenía que levantar cada día a las 5 o 5:30 de la mañana para coger un tren, estudiar, comer en la Masía, tumbarme en algún sitio donde pudiera por ahí, porque al final no tenía habitación y demás. Por la tarde ir a entrenar y llegar a casa prácticamente a las 10 de la noche. Eso casi todos los días. Era un ritmo duro que se pudo sostener bien durante un año, pero un año más así no lo quería soportar. Entonces ese año pude ir a la Masía.
¿La vida en la Masía cómo era? ¿Hay alguna anécdota que se pueda contar?
La convivencia ahí es muy buena. El rollo que había entre todos era muy bueno. Yo no estuve en Masía como tal, estuve en unos pisos que estaban dentro del Camp Nou. De vez en cuando alguna quedada para hacer alguna cosita había. Recuerdo una que a mí me gustó mucho, que era quedar todos en el pasillo donde estaban las habitaciones. Tirábamos agua y jabón por el pasillo y desde el principio hasta el final deslizarte hasta la pared. Así durante un buen rato hasta que subía al guardia. Te echaba la bronca, todo el mundo empezaba a correr para esconderse. Después lo limpiabas y buenas noches. Cosas de chavales para entretenerte.
¿A los guardias de seguridad se les hacía alguna broma también?
Había uno que se ponía bastante nervioso cuando no tenía algo un poco controlado. La gente cogía una sábana, la ponían así por la cabeza y hacían lo que se conocía como el gusano. Iban para abajo, empezaban a hacer un poco de quilombo, a pegar gritos. Él no sabía quién era quién. Se volvía loco y todos para arriba corriendo a las habitaciones. Subía y empezaba a mirar. Todo el mundo disimulando como qué pasa, qué ha pasado. Todo sin maldad.
En 2012 tienes la oportunidad de realizar la pretemporada con el primer equipo y están allí Messi, Iniesta, Xavi…
Cuando estás allí no eres tan consciente de que estás entrenando con jugadores de esa magnitud. Ahora lo miras con retrospectiva y, joder, puedo decir que he entrenado y jugado con varios de los mejores jugadores de la historia. Eso va a quedar para siempre en mi memoria. Es una de las cosas por las que también estoy muy agradecido de haber pasado tantos años en Barcelona. También coincidí en el debut de Neymar, por ejemplo. Estaba súper agradecido a Tito por la oportunidad que me dio de haber podido disfrutar todo eso con ellos.
"En el centro del rondo rezabas para que terminara lo antes posible"
¿Quién era el jugador que más te sorprendió? Intentando obviar un poco a Leo.
Leo es el jugador más diferencial de la historia. Pero sí que es verdad que disfrutabas del entrenamiento, ya ni participando, simplemente viéndolo desde fuera, ver en una posesión, en un rondo a Xavi, Iniesta, Busquets, por ejemplo, es una de las cosas más espectaculares que he podido ver realmente. Una de las personas que más me sorprendió y que quizá menos repercusión o menos valoración ha tenido siempre ha sido Pedrito. Me parece un auténtico jugadorazo y en los entrenamientos iba volando, le pegaba con las dos piernas, súper intenso, te encaraba, te defendía. Un jugador muy, muy completo y que quizá nunca tuvo la valoración que merecía.
Esa temporada tienes la oportunidad de debutar en Copa del Rey y en Champions League ¿Cómo es, primero, las horas antes, cuando te dice Tito Vilanova, 'Carles, hoy vas a ser titular'? ¿Y durante y después del partido?
El primer partido fue el de Copa contra el Alavés. Cuando me dan la noticia de que voy a estar convocado fue una alegría increíble. No te da tiempo ni a ponerte nervioso. Al final es disfrutar. Estás viviendo una película prácticamente. Salgo faltando 20 minutos aproximadamente. Y a partir de ahí, a disfrutar de la experiencia.
Una o dos semanas más tarde voy a entrenar con ellos. Ahí sí que me avisa Tito, uno o dos días antes, que voy a ser titular en Champions contra el Benfica. Ahí sí que es como, 'hostia, pellízcame porque no me lo estoy creyendo'. Ahí sí que igual un poco de nervios en el momento que te lo dice. Las 24 horas antes de que empiece el partido es como, joder, como mola. Ese nervio, ese runrún en la barriga. Pero después en el campo, al final es disfrutarlo. Vivir eso, escuchar el himno de Champions antes de empezar el partido lo recuerdo y me sigue poniendo la piel de gallina. Después del partido, hubo un buen aluvión de mensajes. Solo me apetecía apagar el móvil y pensar al día siguiente en contestar a la gente, sobre todo la más cercana.
¿Y el momento de llegar a casa después de aquel partido?
Fue un momentazo. Es ahí cuando valoras todo lo que ha pasado, lo ves en frío y es espectacular. Realmente no te lo terminas de creer. Me imagino que eso pasa siempre en las primeras veces. Pero el hecho de haber podido debutar fue increíble.
Me gustaría preguntarte también sobre la figura de Tito Vilanova y la manera en la que se vive todo lo que le ocurrió.
Con ellos iba subiendo esporádicamente. Viví la situación un poco desde más lejos. Era jodido. Lo veías durante dos, tres semanas, un mes, que iba todos los días a entrenar sin ningún problema. Después, a lo mejor, estaba tres semanas que no podía ir porque había tenido algún problema o le tenían que hacer alguna prueba. Nosotros, estando en el filial, sabíamos lo que veíamos. Cuando coincidimos con el equipo, no sabíamos nada, sólo veías si estaba o no. Pero él siempre tuvo una actitud muy positiva y eso habla muy bien de la persona que era, de los valores que tenía y de cómo afrontaba también todo. Fue una lástima que le tocara pasar por eso, tanto a él como a la familia, jugadores y toda la gente que estaba ahí.
Dos veranos después, en 2014, sales por primera vez del Barcelona ¿Por qué tomas esa decisión y cómo surge la opción de ir a Vigo?
Fue una decisión del club. Cumplí los 23, dejaba de ocupar una ficha de sub-23 para el equipo y al final, estando en un filial, sabes tu fecha de caducidad. Además, creía que era un buen momento para intentar dar el salto a otro equipo, a poder ser, Primera División. Lo de Vigo nació un año antes. Ya hubo interés. Justo cuando Luis Enrique estuvo ahí. Mi representante me comentó que había tenido una llamada. En ese momento tenía contrato y era más complicado. Al siguiente año quedo libre y me vuelven a llamar. Habló con Sergi, Fontás, Nolito… todos me habían hablado maravillas. Además, Sergi Gómez me decía que el míster había preguntado directamente por mí. Eso siempre te da más confianza y tomar la decisión fue muy fácil.
"Lo más difícil de Vigo fue adaptarme a las cuestas. Llegaba a casa reventado"
Y claro, pasas del calor del Mediterráneo al fresquillo que hay en Galicia. ¿Qué tal tu estancia por Vigo?
Muy bien. Tengo que decir que venía, por lo que me contó Fontás, de un año duro a nivel de lluvias, pero los años que estuve ahí no puedo decir lo mismo. Casi que estuvo lloviendo más tiempo en Barcelona que en Vigo. Estuve encantado con todo ahí. Desde la gente hasta el clima, la comida, el club, absolutamente todo. Salí enamorado de Vigo y de Galicia. La adaptación fue muy buena y muy fácil. Lo más difícil fue adaptarme a todas las cuestas que había en Vigo. Cada vez que salía andando, la bajada era muy bonita, pero de vuelta, cuidado. Sobre todo la que bajaba al puerto. Me acuerdo que estuve tatuándome ahí y justamente me quedaba a media cuesta de la que baja para el puerto. Y claro, hasta ahí, pues como aparcar era complicado, bajaba andando porque estaba en Pizarro, prácticamente en el centro. Había un buen paseo, pero lo hacías sin problema. La vuelta, ojo, llegaba a casa reventado. Se me olvidaba del dolor del tatuaje en ese momento.
Esa primera temporada el árbitro pita un penalti tuyo en un Celta-Córdoba en Balaídos y Berizzo decide saltar al campo y rectifica la decisión. ¿Cómo se vivió desde dentro? ¿Y el vestuario después de esa situación?
En el vestuario te lo tomas un poco a risa porque salió todo bien. Al míster le dices, "¿Qué querías, patear tú el penalti o qué?" Porque salió hasta el campo a hablar con el árbitro. Dentro, vi muy claro que no era penalti. Antes de impactar con el jugador, el línea está levantando la bandera y señalando juego peligroso a favor nuestro. Justo después de señalar, es el golpe, que sí que es verdad que yo le doy al jugador. En ese momento, el línea baja la bandera de golpe y el árbitro señala penalti. Entonces yo, en el momento, me fijé que el asistente tenía el banderín levantado. Si yo no veo nada, posiblemente hubiese actuado diferente. Entonces se lía lo que se lía porque el línea pita una cosa, el árbitro pita otra, el árbitro le consulta al línea, el línea no le dice, "bueno, ¿Qué has visto tú?" Y ahí se genera una polémica que se alarga bastante. Y después, salta el míster.
"Cuando vi a Berizzo quería levantar un trozo de césped y esconderme en el suelo"
Cuando ves llegar a Berizzo al campo, ¿Qué se te pasa por la cabeza?
Por suerte sabía que iba directamente a por el árbitro. Estábamos en un momento de la temporada complicado y pasa eso en el minuto 90, siendo protagonista. Quería levantar un trozo de césped y esconderme en el suelo. Tenía muy claro lo que había visto y fui el primero en protestar a muerte. Tuvimos la suerte de que acabó bien.
La siguiente temporada lográis clasificar a Europa League y alcanzasteis las semifinales de la Copa del Rey, ¿Cuál fue el secreto de esa temporada?
Fue increíble. Una temporada que empezó muy bien desde el principio. Es uno de los años más raros que he vivido porque en tres o cuatro de los primeros partidos nos pitan penalti a favor y cartulina roja para el rival. La clave fue que trabajamos muchísimo. Llevábamos un año trabajando con el cuerpo técnico de Berizzo y a nivel físico estábamos muy bien. Era una propuesta arriesgada, con marca personal en todo el campo, y había que estar muy bien físicamente para aguantar a ese nivel. Cuando los equipos tenían el bajón físico, que se tiene todas las temporadas, nosotros no lo notábamos, íbamos en línea ascendente. Eso marcó la diferencia. Queríamos jugar Europa porque era un objetivo realista.
Empezabais como aviones las temporadas en el Celta ¿Cómo era Berizzo? ¿Y sus pretemporadas?
Las pretemporadas al final eran muy duras. Primero, porque vienes de un periodo de inactividad en verano. Y segundo, por el clima, sobre todo la primera pretemporada. El primer año en el Celta fue en Marbella. Hacía un calor terrible y hacíamos ciclos de tres días. Doble sesión, doble sesión, sesión simple y volvíamos a empezar el ciclo. Eran seis días por semana y descansábamos uno. A partir de la tercera semana, con los partidos amistosos, la última sesión la cambiabas por un partido. Por la mañanas era todo físico. El balón lo tocabas poco. Desde el calentamiento ya con pesas, mucho ejercicio de fuerza y sí que por las tardes había ya más fútbol, más posesiones, más partiditos, pero claro, en el entreno de la tarde ibas ya casi con lo justo.
Berizzo era un fenómeno. Es uno de los dos entrenadores, junto a Luis Enrique, que más me ha marcado. Siempre he valorado mucho que la gente vaya de cara y con el Berizzo era así. Era una persona muy sincera, que iba muy de cara, que no intentaba quedar bien con todos los jugadores. Te decía lo que había en cada momento, lo que esperaba de ti. Eso es de agradecer. Estoy muy orgulloso y agradecido de haber compartido esos años con él.
"Iago Aspas es un 10 como jugador y como persona. Es un fenómeno"
Aquel vestuario era curioso, con una mezcla de gente como Guidetti, Wass, Hugo, Iago…
Era bastante variopinto. El grupo que había era espectacular. Había muy buen rollo entre todos, tanto dentro como fuera del vestuario. Se organizaban muchas cenas, comidas… y esa fue una de las claves del éxito porque se trasladaba dentro del campo. Incluso gente que parecía más seria se soltaba y se unían también al mambo general. Radoja, por ejemplo, que cuando llegó no hablaba nada de español, se fue adaptando. Todos hicimos lo posible para formar un gran grupo. Después, los capitanes, Hugo e Iago, eran espectaculares. Muy transparentes y campechanos.
Guidetti debía ser un buen personaje, con canción propia
Guidetti tenía lo mejor de las dos familias. Lo mejor de cuando vino de África y lo mejor de los suecos. Es un auténtico fenómeno. Desde el primer día que llegaron, Wass y él encajaron a la perfección con todo el grupo. La canción sonaba sin parar. En el vestuario, días de entrenamiento, se encargaba él mismo de la música. Muchas veces la ponía. Era un temazo y flipé cuando la empezaron a poner en Balaídos cada vez que metía gol. Era espectacular. El subidón que nos daba a todos cuando sonaba era increíble.
Obviamente, también hay que preguntar por la figura de Iago Aspas ¿Cuánto de importante era tanto en el vestuario como en los partidos?
Iago es una barbaridad. Como persona es un 10 y como jugador también. Tiene mucha calidad, visión de juego, gol y es una persona que nos aportaba muchísimo tanto en el campo como en el vestuario porque daba muchísima alegría. Es un fenómeno, siempre le han fascinado los coches y le encantaba hablar de ellos. Me acuerdo de las conversaciones que tenían él y David Costas, Yo no me enteraba de nada. Cuando me acercaba y me decía algo de los coches me piraba lejos.
Esos años fuisteis la bestia negra del Barça ¿Se hartaban de vosotros?
Nos decían todos lo mismo, "sois muy pesados, no paráis de correr". Éramos un hueso para ellos, incluso cuando ganaban les costaba muchísimo. El año que van volando con la MSN, que sí que es verdad que nos meten nos meten 6 al final, miras el partido, el balance general, e hicimos muy buen papel.
"Si hubiésemos pasado en Old Trafford, habríamos ganado la Europa League"
Pero queda la espina de las dos semifinales, la primera contra el Alavés, que incluso se había celebrado la eliminatoria
Se celebró porque de los cuatro equipos que quedábamos, a priori los menos favoritos éramos seguramente Alavés y Celta. Que nos cruzáramos era lo mejor que nos podía pasar, pero sabíamos que el Alavés era un rival muy rocoso. Muy pesados. La ida fue 0-0 y nos ganan en la vuelta con un gol de Edgar. Fue una lástima porque vimos más posible que nunca meternos en una final de Copa.
Y después, Old Trafford con aquella fatídica jugada
El momento fue para disfrutar. Estuve viendo ese partido, desde la grada, y lo disfruté porque vi a todo Old Trafford, la segunda parte, en silencio. Estábamos siendo claros dominadores, teniendo ocasiones. Ellos prácticamente no tenían el balón, estaban encerrados. Fue increíble. Y ya, si metes la última ocasión, pues coronas un partido que rozó la perfección. He visto muchas veces repetida la jugada. Mucha gente dijo que Guidetti la tenía que haber metido. Pienso que era muy difícil el remate que tenía. El balón le queda un poco atrás y viene muy fuerte, muchas piernas por delante. Quizás hubiésemos tenido más opciones de convertir si Claudio hubiese buscado el tiro. No quiso ser egoísta. Fue muy meritorio lo que se consiguió. Pienso que habríamos ganado la final en caso de pasar. El Ajax tenía un auténtico equipazo, pero el momento que estábamos viviendo, el momento de forma que llegaban los jugadores del equipo, el nivel de confianza que teníamos era muy alto para ganar esa final.
¿Con qué momento o momentos te quedarías de tu carrera deportiva?
Quedarte con uno solo sería muy complicado, porque sería injusto por los otros momentos que he vivido en todos los equipos. He tenido la suerte de que todos los grupos con los que he coincidido han sido espectaculares y quedarme solo con un momento sería jodido. Pero, por ejemplo, en Vigo, el poder haber vivido una semifinal de Europa League fue increíble. También el día que eliminamos al Atlético de Madrid en Copa con el gol de Guidetti fue uno de mis mejores momentos en el terreno de juego.
En tu etapa en Vigo sufriste varias lesiones inoportunas ¿Fue muy difícil gestionar esos momentos de baja?
Es una putada. A lo largo de mi carrera he tenido varias lesiones. En una temporada al final, aunque tengas dos o tres lesiones, ya pierdes casi media temporada. En el momento que te lesionas estás 100% enfocado en la recuperación, en volver lo antes posible. No piensas en, " estaba jugando, a ver qué pasará cuando vuelva". Te tienes que enfocar en recuperarte. Después de haber pasado varias, lo que yo más valoraba era, sobre todo, los primeros días que podía entrenar normal. Hay que valorar cuando estás bien, porque cuando no estás en dinámica de grupo, terminas sintiéndote un poco solo. En los partidos estás en la grada o lo ves desde casa y demás.
"La gente no es consciente del daño que pueden hacer unas palabras por redes sociales"
¿Hubo algún momento en el que durante tu carrera estuvieses hundido?
No, hundido no. Siempre he considerado que mentalmente he sido bastante fuerte. Me he aislado también bastante de las redes sociales. Creo que la gente no es consciente de las opiniones ajenas. Hay gente que le pueden afectar mucho. No se es consciente del daño que puede hacer con unas simples palabras por cualquier red social. A nivel personal, el momento más duro fue cuando estuve en Chipre porque se juntaron varios factores. Me pilla el tema del COVID, paran la liga, y estoy ahí tres meses que no podemos entrenar ni salir de casa. También problemas personales en la familia. Todo me vino de golpe. Por suerte, todo pasó y de eso te quedan grandes enseñanzas.
¿Por qué tomas la decisión de retirarte? ¿Fue por esa última etapa en Chipre?
Yo no considero haberme retirado. Directamente nunca he tomado la decisión. Sí que es verdad que es como si lo estuviera, porque veo muy complicado poder volver a competir, al menos a nivel profesional. Pero seguramente sí, esa decisión de irme a Chipre podría haber salido bien, podría haber salido mal. Son cosas que no puedes controlar. Sabía que ir allí suponía que los mercados iban a cambiar y serían Polonia, Grecia… Pero, nadie sabía que iba a llegar una pandemia. A raíz de eso, tengo la opción de firmar con otro equipo en Chipre y no lo hago porque no me planteaba estar más tiempo allí por como me sentía. No me arrepiento de las decisiones que he tomado y he vivido muchísimas experiencias que es lo que me llevo.
Posteriormente, llega la Kings League ¿Cómo surge la primera llamada? ¿Y qué opinabas sobre el proyecto?
Fui yo el que quiso jugar. Me flipó cuando lo vi. Uno de los presidentes de la liga, Gerard Romero, es amigo personal y vi la idea cuando casi nació. Cuando lo presentaron me moló y le dije que quería participar. Él estaba en el Mundial de Qatar y estaba menos pendiente de la liga. Justo entre medias, el entrenador de Troncos, Pol Font, por amigos en común me llamó porque buscaban un jugador 11. Estoy desde el principio y estoy encantado porque me sigo sintiendo futbolista y me lo paso genial jugando, con los programas, con toda la gente que conoces.
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