El cadismo pone la banderilla a Sergio González: "¡Vete ya!"

La continuidad de Sergio González al frente del Cádiz está en duda después de la goleada del Valencia en el Nuevo Mirandilla (1-4) y la malísima racha que atraviesa el equipo, que suma ya 17 partidos consecutivos sin ganar. Mientras los goles de los che se iban sucediendo, el público clamó contra su entrenador y pidió su marcha, con varios cánticos contra el catalán ("¡Sergio, vete ya!") y abucheos constantes.

Los gaditanos volvieron a competir mal en un duelo decisivo en la pelea por la permanencia. Caracterizados desde la llegada del técnico por su solvencia defensiva, el conjunto de La Tacita de Plata hace aguas atrás y ha perdido toda la solidez que cimentó sus últimas permanencias. El gol de Alcaraz, que igualó el inicial de Hugo Duro, no sirvió para evitar una derrota a la que Diego López, Javi Guerra y Jesús Vázquez pusieron la puntilla.

La mala racha, las pobres sensaciones que transmite el equipo y la situación clasificatoria (antepenúltimo, a uno de la salvación) ponen contra las cuerdas al preparador, que tras caer en Granada el pasado fin de semana protagonizó un arrebato de sinceridad: "En cualquier otra situación estaríamos despedidos. Ojalá el presidente tenga la paciencia para aguantarnos un poco más".

El tropiezo, que aumenta los rumores de un posible cese, llegó el día en el que Sergio igualaba a Víctor Espárrago como el entrenador con más partidos en Primera (76) en la historia del club. Desde la entidad amarilla consideraban los duelos ante los nazaríes (derrota por 2-0) y el Valencia como sendos match-balls para tomar una decisión acerca del futuro del ex de Real Valladolid o Espanyol.

Ambos se han saldado de forma muy negativa y el nombre de Diego Martínez, sin equipo desde su salida de Olympiacos a principios de diciembre, comienza a planear sobre el Nuevo Mirandilla. El presidente Manuel Vizcaíno sólo ha cesado a dos técnicos a lo largo de sus 10 años de mandato (Claudio Barragán, en la 15-16, y Álvaro Cervera, en la 21-22) y siempre se ha mostrado poco partidario de los cambios a final de temporada, pero la situación se ha enquistado y su afición le pide claramente un golpe de timón.

El exfutbolista habló posteriormente en DAZN sobre su situación. "Los cánticos son muy dolorosos, pero entiendo que tenemos que callarnos, aceptarlos y agachar la cabeza. El fútbol tiene estas emociones. Hemos disfrutado durante estos dos años, pero ahora no nos está saliendo nada. Pelearemos por darle la vuelta y cambiar la dinámica. Necesitamos ese clic, recuperar la ilusión por jugar al fútbol", reconoció. En la sala de prensa volvió a referirse a los gritos de los más de 18.000 espectadores que poblaron el antiguo Carranza.

"A uno le duele que la afición le cante lo que me han cantado, pero lo entiendo perfectamente. No estamos consiguiendo la victoria y el máximo responsable soy yo, de ahí que lo comprenda, lo acepte y esté resignado. No tengo nada que decir, al revés. Sólo me queda seguir trabajando. Estoy muy fastidiado; sobre mi continuidad deberíais preguntarle al presidente", sentenció.