REAL MADRID

Camavinga no las tiene todas consigo

Al jugador le inquieta ser el primer cambio demasiado a menudo y no poder asentarse como titular. Su gente le transmite paciencia.

Eduardo Camavinga calentando antes del Real Madrid-Union Berlin./EP
Eduardo Camavinga calentando antes del Real Madrid-Union Berlin. EP
Jorge C. Picón

Jorge C. Picón

Eduardo Camavinga vive una temporada tan especial como difícil. Lo primero, porque quiere que sea la de su explosión. El año en el que se asiente como titular en el Real Madrid y en la selección francesa. Lo segundo, porque se trata de un reto mayúsculo con toda la competencia que hay en la posición. De ahí que le esté costando más de la cuenta quedarse en el banquillo cuando Ancelotti no cuenta con él o verse en la tablilla cuando el italiano decide sacarle del campo.

Lo cierto es que, desde que llegó al Real Madrid, Camavinga sólo ha podido asentarse como indiscutible en un tramo largo de la temporada pasada, en el que encadenó once partidos consecutivos jugando todos los minutos. Una situación que contrasta con la realidad de lo que está siendo la tónica habitual de su recorrido: de 105 encuentros de blanco, sólo ha acabado 31. Un 29%. En el resto ha sido sustituido o ha empezado en el banquillo.

A Camavinga le inquieta no poder gozar de regularidad. Suele ser de los primeros cambios de Ancelotti y un futbolista con el que habitualmente rota, aunque sí que ha apostado por él en los últimos partidos de altos vuelos en Champions, Liga o Copa. Entiende que su edad, apenas 20 años, juega en su contra, pero va por su tercera temporada y no acaba de cambiar su estatus. Rodrygo, Vinicius o Tchouameni ya se han asentado, pero él no.

Su gente le transmite calma y paciencia. La insta a seguir trabajando y tratar de encadenar diez partidos seguidos de alto nivel, convencidos de que si es capaz de darlos se convertirá en un inamovible. No sólo en el Real Madrid, también en la selección francesa.

Ancelotti se refería a esto en la última rueda de prensa hablando de todos sus centrocampistas. "Cuesta dejar a Kroos en el banquillo. También a Modric. A Valverde. Tchouameni. Camavinga. Ellos lo entienden porque la competencia, sobre todo en el medio campo, es muy alta. La reflexión que he hecho con ellos esta semana es que el jugador que sale está triste. Y el que entra está feliz. Uno sale triste porque cree que no está jugando bien. Pero lo cambio porque tengo recursos y vamos a usarlos. Le digo que no salga triste. Sólo tiene que estar triste si no lo ha intentado al 100%".

Contra el Atlético, en el primer gran duelo de la temporada para los blancos, Carlo tiene una bendita papeleta. No sólo por el francés: muchos jugadores para pocos puestos. Bellingham y Tchouameni parecen inamovibles como mediapunta y pivote respectivamente. Kroos, Modric, Camavinga y Valverde opositan a los dos huecos que quedan libres. Y pronto habrá que sumar a Ceballos en la ecuación. Una competencia feroz que mejora al Madrid pero que puede generar alguna cara larga. La misma que se le empieza a poner a Camavinga.