El camino imposible de Kadewere, el primer goleador zimbabuense de LaLiga: "Si no le hubiera descubierto, sería uno más"
Con su tanto ante el Villarreal, el jugador del Mallorca hace historia en su país.

Pocos ojeadores visitan el sur de África. Algunos pasan por Sudáfrica, pocos se atreven a visitar Zimbabue. De allí salió Tino Kadewere. Cuando su padre, que dirigía una academia de fútbol, falleció, el balón le ofreció una vía de escape del continente. A Kadewere le descubrieron prácticamente sin querer. De aquella casualidad salió uno de los futbolistas más prometedores hace algunos años. Las lesiones siempre le acompañaron. Volvió a caer nada más llegar al Mallorca. Ya recuperado, debutó con un gol en Copa. Se convirtió en el primer jugador zimbabuense que debutó en LaLiga y marcó, en esta jornada 22, ante el Villarreal.
Kadewere empezó a jugar a fútbol en la academia de su padre. Su primer equipo fue el Harare City, de la primera división del país. Antes de llegar a los 18, comenzó a jugar con Zimbabue sub23, en el que era suplente habitual. Djellouh, ojeador de una academia africana con sede en varios países -como Sudáfrica o Senegal- dio un día con él. "Me bastó con dos partidos para ver el talento que tenía", recuerda. Se lo llevó a Sudáfrica y pocas semanas después convenció a Bosse Anderson, director deportivo del Djurgarden sueco, para que le diera una oportunidad.
El Djurgarden, que esta temporada ha quedado primero de grupo en la Conference League, en esos momentos ya tenía a un futbolista zimbabuense en sus filas. Estaba cedido del Mamelodi Sundowns y en un viaje al sur para extender su contrato, Anderson cenó con Djellouh. Le valió con algunos vídeos para que regresara a Suecia, 14.000 al norte, con un jovencísimo Kadewere. Le ofrecieron una prueba. También lo hizo el Sochaux francés.
La primera decisión: ¿Suecia o Francia?
"Le convencí de que primero era mejor que probara con nosotros", explica Anderson, aún a día de hoy director deportivo del Djurgarden. Tino quedó contento y decidido: quería comenzar su aventura Europa en Suecia. Aun así, Anderson le empujó a que también probara en Francia. Al cabo de unos días, Kadewere llamó a Bosse entre sollozos: quería regresar a Djurgarden.
Si la adaptación de un africano a Suecia no es fácil, el debut del zimbabuense la dificultó aún más. Con su equipo ganando 2-1, entró para participar durante los últimos minutos de partido. De un error suyo se originó el empate del rival. Kadewere rompió a llorar. Sin embargo, todo el vestuario se volcó con él. "Fue un momento mágico", recuerda Anderson. En la primera temporada alternó filial y primer equipo. En la segunda, empezó a ser el que los ojos de Djellouh proyectaron.

"Su cuarto año fue espectacular, nos llevó a la final de copa. Muchos equipos se interesaron", relata Anderson. Sin embargo, en un amistoso durante la temporada, se lesionó por cinco meses. Poco le importó al Le Havre, que ya había puesto los ojos en él y decidió ficharlo de todos modos.
El fichaje por el Le Havre, y posteriormente por el Olympique de Lyon, fue una bombona de oxígeno para la academia sudafricana de Djellouh. Dirige otra en Senegal, cuna de campeones del continente como Idrissa Gueye. "Los clubes europeos no siempre quieren pagar la compensación por traspasos", protesta el formador. Ahora, afortunadamente para los clubes más humildes, la FIFA se asegurará de que reciban el 5% que les corresponda y las academias puedan sobrevivir. "De ello depende que los niños, que no pagan nada por estar en la academia, tengan un plato de comida cada día", explica Djellouh.
"En el fútbol siempre tienes que tener la suerte a tu favor"
Descubridor de Kadewere"En el fútbol siempre tienes que tener la suerte a tu favor. Y Tino la tuvo. Primero para que lo encontrase en África, luego mi relación con Bosse… Prácticamente ningún ojeador visita Zimbabue. Hay talento en cualquier rincón del mundo", comenta el descubridor de Kadewere. El salto al Lyon, para Anderson "fue un poco pronto". La cesión al Mallorca es una nueva oportunidad para él. Javier Aguirre, tras la lesión que sufrió el delantero en verano, lo esperaba "como agua de mayo". El entrenador destaca de él su velocidad, "no teníamos un perfil como el suyo", comentó en una rueda de prensa.
Sin esperarlo, Kadewere estuvo en el momento y el lugar adecuado. "La edad es importante. Para un africano, 20 o 21 años ya es demasiado tarde", cuenta Djellouh. Tino acababa de cumplir 18. El pasado verano decidió apostar por Mallorca para volver a crecer. La lesión le frenó, pero con el gol en Copa certificó su retorno.
"Si no le hubiera descubierto, habría sido uno más en Zimbabue", comenta Djellouh. Kadewere vuelve a agarrarse a la suerte. A buscarla para potenciar su talento. Es lo que le catapultó a la élite, la forma de dar nuevamente un primer paso.