Caparrós y cómo convivir con su enfermedad, la leucemia linfática crónica: "Vamos a morir de otra cosa"
El andaluz fue diagnosticado en 2019 por una analítica rutinaria.

Joaquín Caparrós ha regresado al Sevilla para tratar de sacar adelante la compleja situación que vive el equipo en la tabla clasificatoria. No parece correr peligro la permanencia, pero la crisis de identidad y de resultados ha forzado la destitución de un García Pimienta que no terminó de dar con la tecla. Vuelve por tanto un técnico que más de una vez salió al rescate de la entidad... y que también vivió mientras estaba a los mandos uno de los momentos más complicados de su vida.
Allá por 2019, fue diagnosticado de una leucemia linfática crónica, de la que se enteró por una analítica rutinaria. Desde entonces, recomienda a todo el mundo que se someta a ellas. En una entrevista en Relevo, desveló cómo se enteró: "Yo no me las hacía nunca. Y un día, en la última etapa en el Sevilla, estaban Carlos Marchena y Paco Gallardo, mis compañeros en la dirección deportiva, haciéndose una analítica y me animaron. Yo en un principio les dije que no. Al final me la hice. Recuerdo que incluso me hicieron una foto y se la mandaron a mi mujer para decir que me la estaba realizando porque no se lo podía creer. Y después ya salieron los resultados y fue cuando me cogió el médico y me dice: 'Tenemos que hablar'. Y me comenta el tema. Fue un golpe. Tanto que no dijimos nada".
A Caparrós le tocó asimilarlo, de golpe, contra todo pronóstico. Y más duro fue todavía cuando la noticia se filtró, rompiendo su privacidad. Entonces, dio el salto y lo contó públicamente: "Antes de viajar a Valladolid acordamos que en la rueda de prensa posterior al partido, allí en Zorrilla, daría la noticia. Y la verdad es que la repercusión fue tremenda. Tengo que agradecer a todo el mundo que me respetó, fue muy emotivo. Lo del Athletic fue espectacular... Se me ponen los pelos de punta y me emociono cada vez que lo pienso. Todo un estadio aplaudiendo y los futbolistas sacaron una camiseta conmemorativa. Pero bueno, me dijeron 'tú puedes hacer tu vida normal'. Y en eso estoy".
Afortunadamente, ahora se encuentra perfectamente y puede hacer vida normal con unos controles médicos rutinarios. Más allá de lo malo, esto le ha enseñado a mirar la vida desde otra perspectiva: "A valorar más las cosas y a disfrutar más del momento. No todo es ser el fatigas que decía. Hay que tener la templanza que anteriormente seguro que no tenía. Puedo hacer lo mismo. Eso sí, con una analítica controlada que te diga el médico. Las hacía cada dos meses y luego, más espaciadas. Hay que ser riguroso con el control, porque hay personas que por diversas circunstancias se le van subiendo los valores, pero yo he tenido la suerte de que no".
La enfermedad se detectó a tiempo y Caparrós jamás llegó a temer por su vida: "Confío en los médicos". Aun así, le llevó a lidiar con la frustración y el miedo le invadió: "Estuve dos o tres días leyendo de todo en Internet y llegó un momento en el que dije 'fuera'. Hablé con el médico y me dijo que no leyera absolutamente nada. 'Tu analítica rutinaria, tu vida normal'. Y desde entonces, fuera lecturas de esas. Por eso le digo a todo el mundo que tenga una leucemia linfática crónica que ánimo, que puede vivir. Seguro que no vamos a morir de esto, de esto no vamos a morir, vamos a morir de otra cosa, pero de la enfermedad que tenemos, nada".
Ahora, vuelve a Sevilla para hacerse cargo del club de sus amores y tratar de cerrar la permanencia lo antes posible. Entre tanto, convive con una complicada enfermedad que está controlada y le permite afrontar la vida con total normalidad.