Las carambolas de un descenso de infarto: entre un quíntuple empate y la maldición del Celta

La Jornada 37 de Primera División fue un delirio. Un regalo para los nostálgicos de ese domingo de carrusel radiofónico a las 17:00, con cinco o seis partidos simultáneos. El pitidito del gol, la emoción del campo a campo, el cántico del tanto y esos segundos de microinfarto ante la incertidumbre de saber en qué estadio se había perforado la red. La cita tuvo de todo, aunque la pelea por el título no estuviera sobre la mesa. En especial tuvo emoción la lucha por el descenso, con un sinfín de implicados.

Casi todos pasaron por la circunstancia de estar virtual o matemáticamente salvados o al filo del abismo. Incluso el Espanyol pasó en cuestión de segundos de depender de sí mismos para continuar en Primera a ser matemáticamente equipo de Segunda División. La última jornada, pese a bifurcarse en dos caminos (Conference League y permanencia), volverá a estar repleta de incertidumbre y tensión. En ella, pueden darse algunas circunstancias rocambolescas: desde un quíntuple empate a puntos hasta descensos cosechados en un 0,4% de probabilidades.

Puede resultar una carambola de las que luego no se dan, pero está sobre la mesa. En especial por los calendarios: el Valencia juega en el Villamarín, el Celta recibe al Barcelona... Se puede llegar a dar un quíntuple empate a 41 puntos por una única plaza de descenso. Los parejos serían Valencia, Cádiz, Getafe, Almería y Celta. En ningún caso el Valladolid. De hecho, todo parte de que los de Pezzolano se impongan en el José Zorrilla al equipo de Bordalás. Después se tendrían que dar el empate del Celta, del Almería y las derrotas del Cádiz y el Valencia. El perjudicado sería el equipo de Carvalhal.

Llegó a darse a lo largo de la jornada una doble carambola en la que solo había un descendido (el Elche), dos plazas pendientes y todos sus aspirantes con el privilegio de depender de sí mismos. Incluso el Espanyol. Pero el gol de Samu Lino lo cambió todo hasta dejar una única plaza en disputa. Ahora, tratarán de evitarla Almería, Cádiz, Valencia, Getafe, Celta y Valladolid.

Quien gane su partido se salvará, gracias al duelo directo entre dos implicados como Getafe y Valladolid. El empate le sirve a todos menos al propio Valladolid y al Celta de Vigo. Incluso al Almería, por goal average, le valdrá para seguir un año más en Primera. Mientras, todos respiran: pase lo que pase, la pelota estará en su tejado, algo que no es tan natural antes de la disputa de una última jornada.

Hay seis equipos implicados en el descenso, sí, pero tres de ellos se salvarán salvo extraña carambola. Es el caso de Getafe, Cádiz y Valencia, que continuarán en Primera si empatan su partido y, por supuesto, si vencen. Aun perdiendo, deben darse varios resultados para que caigan a Segunda División.

El Celta se salvará si gana. También puede conservar la categoría si empata o pierde, aunque ya no depende de sí mismo. No deja de resultar curioso que un equipo que estaba prácticamente salvado hace sólo unas jornadas llegue a la cita final con tantos apuros. Para colmo, juegan contra un Barcelona que no se juega nada, pero que ya ha demostrado ante el Mallorca tener la suficiente ambición como para ganar holgadamente a cualquiera.

¿Pero por qué es tan crítica la situación del Celta? Porque pierde (casi) todos y cada uno de los empates en los que se puede ver inmerso. Las matemáticas dicen que, en la pelea por el descenso, puede sufrir las siguientes situaciones:

Muchos supuestos, ¿verdad? Pues todos menos uno tienen algo en común: el que baja es el Celta. El único en el que se salva es en el empate simple con el Valladolid y por tener un goal average general mejor. Incluso puede darse una carambola en la que no ocurra: que el Barcelona golee a los de Carvalhal por veinte tantos de diferencia.