FÚTBOL

Carlos Soler y el ejemplo de Mbappé en el vestuario: "Cuando habla, te convence; en las citas clave sabes que va a sacar las castañas del fuego"

El valenciano atiende a Relevo en Londres en un momento óptimo de su vida y antes de un verano en el que volverá a tener muchas novias.

Soler saluda a la grada. /West Ham.
Soler saluda a la grada. West Ham.
Nacho Sanchis

Nacho Sanchis

Tras una primera entrega analizando sus vivencias, metas, desarrollos y objetivos por cumplir, Carlos Soler (València, 1997) hace balance en esta segunda parte sobre su estado actual y como ha crecido con el paso de los años. Soler fue un fichaje "a lo mejor más perfil bajo", en clave PSG, pero la realidad es que la directiva parisina veía en el valenciano a un jugador que no iba a desentonar en absoluto al lado de Mbappé, Messi o Neymar, por eso pagaron 20M por él. Algo que deja a las claras su nivel cuando le dan confianza. Valencia CF Real Madrid

¿Estás en tu 'prime'?

Espero que mi prime llegue más adelante, que siempre crezca, que es lo que todo jugador quiere. Pero sí que creo que estoy más maduro, pienso diferente a lo que pensaba antes. Cuando tienes 19-20 años no te fijas tanto en todo. A mí siempre me ha gustado hacerlo, de hecho los 2 primeros años como profesional estuve con Prandelli, Voro, Ayestarán y Marcelino... Siempre he sido mucho más de centrarme en lo táctico para aprender de cada entrenador porque he tenido muchos y he tenido la suerte de empaparme.

Has tenido muchos entrenadores, ¿Con cuál te quedas?

Para mí, el entrenador con el que quizás más me puedo sentir identificado es Luis Enrique. Creo que es un técnico top mundial, con razón está en el PSG, ha ganado el triplete, ha estado con la Selección... Es un entrenador que me ha hecho aprender mucho en el juego de posición. Con él es verdad que no tengo esa continuidad en el campo que me hubiera gustado, pero aprendo mucho porque juego en otras posiciones. Por ejemplo, jugué de lateral, pero en un sistema en el que el lateral se mete por dentro y juega casi en un doble pivote. Tácticamente y como juego de posición es el estilo con el que más me identificaría.

A mí me sorprendió: te lleva al Mundial, llegas al PSG, parece que te va a dar minutos... Pero dejas de jugar.

Cuando llega al PSG yo tengo la confianza de que había ido con él a la Selección, aunque sabía que me tenía que ganar un hueco, pero es que la plantilla es brutal, todos los años llegan 5-6 jugadores y se rejuvenece, llegan los mejores jugadores de cada equipo. Y en ese primer año con él no acabo siendo lo importante que yo querría. Los motivos, no los sé. Te puedo decir eso, que hay mucha competencia. Yo estoy tranquilo porque me veía en los entrenamientos y en los partidos y no notaba que no pudiera estar jugando o que desentonara, pero no tuve más partidos. De ahí que decida este verano salir a coger confianza.

¿Hasta qué punto ayuda a crecer entrenar con las 'bestias' con las que entrenaste tú? Messi, Mbappé, Neymar...

Obviamente, es una de las razones por las que decidí irme al PSG, jugar con Mbappé, Messi, Neymar, Verrati, Ramos... Es que no me quiero dejar a nadie. Es una plantilla brutal, con un potencial increíble.

Y ahí estabas tu previo pago 20 millones. Porque el PSG veía precisamente eso, que no desentonabas para nada. Aunque se habló poco de ello...

Sí. Lo mío fue un fichaje de perfil bajo mediáticamente y lo entiendo, pero no considero que no se hablara de mí. Yo me sentí valorado y luego llegas allí y entrenas con jugadores que yo había visto por TV. Para mí Messi es el mejor de la historia, poder ser compañero suyo, compartir vestuario, etc. Te hace crecer mucho, aprendes como se comportan en los buenos momentos, en los malos momentos, como hablan en el vestuario en los momentos serios.

Carlos Soler sobre Mbappé. Relevo.

¿Cómo es Mbappé en un vestuario?

Kylian lo que tiene o lo que yo destacaría en los 2 años que estuve con él, es que tiene mucha personalidad. Cuando habla en el vestuario, cuando antes de un partido importante se pone serio y hay que sacar las castañas del fuego, cuando habla sabes que lo dice convencido, sabes que convence y te convence. En este caso, Kilyan es seguramente de los más definitivos del mundo. Es un jugador que, como te digo, aparte de lo bueno que es, cuando llega una cita importante, él es clave en el vestuario en el sentido de que te convence. Cuando llega un momento importante, te convence de que puedes ganar, pasar la eliminatoria, ganar en un campo complicado, etc. De hecho, en la final del Mundial mira lo que hizo. De personalidad va sobrado.

¿Cuánta presión hay en el PSG por ganar la Champions?

No la hemos sentido de esa manera. Sí que hemos sentido que obviamente ganar liga y Copa es lo que tienes que hacer. Y luego en Champions es el proyecto que se tiene en mente desde el primer día que entró el jeque al PSG. Crear un proyecto ganador para conseguir la Champions. Las dos temporadas que yo he estado, el año pasado estuvimos a nada de llegar a la final. Recuerdo el partido en Montjuic contra el Barça, que aunque no jugué lo disfruté como uno más. Las semifinales contra el Borussia creo que tuvimos muy mala suerte, muchos palos, muchas ocasiones falladas... Nos quedamos sin la final que a mí personalmente habría sido algo que quería desde pequeño.

Como sueño entiendo que era ir a un Mundial ¿No? Estuviste en el de 2022...

La preparación del Mundial, la clasificación, los amistosos previos... Que son los que yo comienzo a ir con la selección tras la Eurocopa de 2021. Para mí fue una etapa muy bonita porque deportivamente y de confianza estaba en un nivel casi máximo. Recuerdo partidos con la Selección en los que posiblemente sean los que más he disfrutado en mi vida por jugar con Busquets, con Jordi Alba... Era como que me conocían de toda la vida. Encajé muy bien en ese grupo y me sentí muy bien y con mucha confianza. Ir al Mundial fue una de las ilusiones que uno tiene desde pequeño. Empezamos arrasando a Costa Rica, para mí marcar en ese Mundial... Si se lo dijeras ahora mismo al chaval que jugaba al PES 6 fliparía, no se lo creería nunca. Nunca habría imaginado eso.

Luego es verdad que contra Alemania estamos muy bien, aunque la eliminan para mí era una muy buena selección. Pero perdimos contra Japón y ese partido nos perjudica mucho porque aunque pasemos, nunca te esperas perder contra Japón y pasar porque otros resultados se dan y eso te afecta. Nos dañó. Y luego es verdad que Marruecos en octavos fue un partido muy rocoso, muy duro y solo hay que ver donde llegó Marruecos luego. Pero obviamente deberíamos haber pasado nosotros.

Ese bloque y el de la Nations League posterior son los que nos han hecho campeones ¿Ya lo notabas ahí dentro?

Se tenía esa idea de juego ya con Luis Enrique de que se podía dar algo grande, es verdad que tras el Mundial él se va y llega De la Fuente. Estuve en la final, en el campo, hablé con la delegada de la selección y fui con mi pareja y estábamos en la grada con la afición, como un aficionado más. No te voy a decir que me sentía partícipe porque no estuve, pero estuve en la previa y ya se respiraba el ambiente de una selección muy buena. En la Nations, cuando nos metimos y ganamos a Portugal allí, se respiraba un ambiente muy bueno... No me sentí partícipe, pero en el fondo un poquito sí.

Llegamos al final. Hemos hablado de Graham Potter, de Julen Lopetegui, de Marcelino, de Bordalás, de Luis Enrique... Ningún entrenador ha dejado nunca de contar contigo, ni siquiera Luis, pues aunque en el PSG te dio pocos minutos nunca te dijo que no contaba contigo y fuiste tú quien decidió salir ¿Te hace sentir orgulloso que habiendo tenido tantos entrenadores, todos hayan tenido hueco para Carlos Soler?

Hombre claro que sí, me siento orgulloso de mí. Ya no solo como futbolista, sino como persona de haber podido llevar, algunas veces mejor, otras peor, haber jugado más, menos, en posiciones diferentes que a lo mejor no potencian todas mis cualidades... Me siento orgulloso de haber podido jugar en tantas posiciones, por haber sido entrenador por técnicos con un caché increíble y que la mayoría de ellos hayan confiado en mí.