Lo que pudo ser en el Sevilla: un casting, la videollamada con Orta y la apuesta firme del Mallorca por Arrasate
Jagoba Arrasate se decidió por la oferta bermellona ante las dudas que existieron en Nervión. Su figura es muy bien valorada.
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Xavier García Pimienta contra Jagoba Arrasate. Sevilla contra Mallorca. El entrenador que es, y reforzado tras su contundente victoria en Valladolid tras una semana agitada, contra el que pudo ser. El técnico vasco, como informó Relevo en su momento, estuvo en esa lista corta de los dirigentes sevillista para el banquillo la pasada temporada, aunque finalmente acabó comprometiéndose con el Mallorca y dejando el camino libre para que García Pimienta llegase a Nervión.
La elección del nuevo entrenador se convirtió casi en un asunto de estado en el Sevilla. Tras los errores cometidos en años anteriores y, sobre todo, con esa fallida apuesta de Víctor Orta por Diego Alonso, el director deportivo era consciente de que la figura del banquillo era esencial para ese renovado proyecto que tendría que surgir en la nueva temporada entre una reducción drástica del presupuesto. "No nos podemos volver a equivocar. Han sido muchos entrenadores en dos años", se repetía en Nervión como un mantra durante aquel periodo de incertidumbre.
Todo comenzó en primavera. En un Sevilla en el que no se tenía clara la continuidad de Quique Sánchez Flores -posteriormente se vio que también el técnico compartía ese sentimiento-, el presidente, José María del Nido Carrasco, y el director deportivo, Víctor Orta, manejaron varios nombres para iniciar un nuevo proyecto de cara a la 24-25. Entre esos señalados se encontraba Jagoba Arrasate, un entrenador del que se valoraba su crecimiento en Osasuna después de una larga experiencia en el fútbol español. Su utilización de los recursos en Pamplona, su cariño a la cantera, de donde había sacado a numerosos jugadores para el primer equipo, y su trabajo en equipo eran algunos de los factores que convencían a la dirección deportiva, que valoraba, obviamente, la estabilidad en los resultados y el crecimiento del club rojillo.
El anuncio realizado por el técnico a finales de marzo, cuando adelantó que no renovaría su vinculación con Osasuna después de seis temporadas, lo colocó en el mercado. En el Sevilla, donde su nombre ya gustaba, empezaron los sondeos y las sensaciones fueron positivas. Incluso se produjo una videollamada entre el entrenador y los dirigentes sevillistas, donde, por un lado, el Sevilla expuso las claves de su proyecto y el técnico su punto de vista sobre algunas cuestiones. Sin llegar a producirse una negociación en cuanto a cantidades, sí que ambas partes dejaron entrever que podría haber un final feliz.
Con todo, en el club de Nervión no era el único candidato sobre la mesa. Nombres como el Enzo Maresca, ahora en el Chelsea, Raúl González, entrenador del Real Madrid Castilla, gustaban al Sevilla, aunque por distintos motivos se convirtieron en opciones imposibles. También incluso se llegó a valorar una continuidad de Quique Sánchez Flores, sobre todo tras los buenos resultados y sensaciones que dejó el equipo tras la Feria de Sevilla. Precisamente, esas dudas que surgieron en el Sevilla sobre esa importante decisión para el banquillo propiciaron el alejamiento de Arrasate, que también manejaba otras propuestas, como alternativa.
El Mallorca, que ya también había decidido finalizar su relación con Javier Aguirre, dio pasos firmes hacia el vizcaíno, al que ofreció un proyecto a largo plazo en su otra casa. Un contrato de tres temporadas en un lugar conocido -Arrasate suele veranear en las Baleares- provocaron que el técnico le diera su palabra a los dirigentes mallorquinistas para hacerse cargo del equipo una vez que se confirmase la permanencia. Incluso desde el Sevilla se realizó un ulterior intento, una vez que Quique Sánchez Flores se adelantó con el anuncio de que no seguiría en la entidad, pero Arrasate comunicó que ya le había dado su palabra al Mallorca, una cuestión que valía como su firma.
Ante esa situación, el casting del Sevilla perdió ese elemento y los dirigentes apostaron por García Pimienta, con quien también habían tenido buena sintonía en las conversaciones previas. El catalán, como Arrasate, también tenía decidido que su etapa en Las Palmas había finalizado, con lo que era una vía abierta que finalmente fue la escogida por el Sevilla. Su adaptación al proyecto del club y su apuesta por los jóvenes acabó convenciendo a los dirigentes, que incluso lo premiaron con una sorprendente renovación a comienzos de temporada. Ahora, García Pimienta recibe la visita de Arrasate, con Sevilla y Mallorca pugnando por los puestos europeos.