José Castro y su consejo siguen en el poder tras silenciar a José María del Nido
El presidente anunció que no votarían las acciones del expresidente, lo que provocó la continuidad de la actual dirección del club. Los accionistas rechazaron las cuentas y la gestión. Habrá impugnación en los juzgados.

El Sevilla ha celebrado una agria Junta de accionistas. Hasta intervenciones del personal de seguridad ante las protestas de la familia de José María del Nido Benavente, el gran opositor y que clamó contra José Castro y el consejo. "Se tiene usted que agarrar al sillón presidencial sin que lo apoye el accionariado aquí presente", le espetó el expresidente, después de que los actuales mandatarios salvaran las votaciones clave -cese del consejo y ejercicio de la acción social de responsabilidad- tras anular las acciones que representaba Del Nido en esos dos puntos. Fue un consejo bloqueado, que no sacó ninguna de sus iniciativas hacia delante -los puntos de los estatutos eran una petición de los minoritarios- y que dejará ahora más asuntos judiciales de por medio, después de que el expresidente y sus abogados anunciasen la impugnación de la Junta.
No se aprobaron las cuentas ni la gestión del consejo, tampoco el estado de información no financiera ni la propuesta de distribución del resultado del ejercicio. Tampoco se aprobó la designación de nuevos auditores después de que Ernst & Young decidiera dejar de ser el auditor de la entidad. Desde el entorno del presidente se achaca a esa pérdida de confianza de los accionistas a los malos resultados deportivos, pero la realidad es que en la Junta escuchó críticas de la mayor parte de los accionistas y no sólo de los que venían apoyando a Del Nido.
Las primeras discrepancias llegaron pronto. El propio consejero Enrique de la Cerda, de la cuerda del expresidente, se quejó por el tiempo de las intervenciones. Las quejas de Del Nido fueron rápidamente silenciadas por Castro. "Usted no tiene la palabra", le indicó el presidente, en una escena que se repetiría durante la Junta. "Es una actuación obstruccionista de los derechos del socio, quiero dejar constancia de la arbitraria e interesada actuación", reclamó Ricardo Astorga, uno de los abogados que acompañaba a Del Nido y que en su día lo hizo con Manuel Ruiz de Lopera. Guiños del destino. Incluso más adelante, el propio Astorga pediría un cambio de presidente en la asamblea. "La actuación de fraude de ley son los que están dirigiendo la mesa de la junta general", llegó a decir el abogado.
"Usted ahora mismo es el cáncer del Sevilla, por su ausencia de liderazgo, ambición y gestión, Su falta de capacidad es lo que nos está llevando a esto. La acción social de los dos últimos ejercicios se la exigiremos también en el próximo", le indicó duramente Del Nido a Castro, que encontró la respuesta final del presidente. "El cáncer del Sevilla no soy yo, es usted. Para usted no vale nada en lo que nio esté usted. Cuando se ha visto mal y ha salido de su viaje, porque soy respetuoso. El cáncer es usted, ha engañado a su hijo, intentando hacer un acuerdo con Sevillistas de Nervión. Era un acuerdo por la estabilidad del club. Fui 12 años vicepresidente fiel con usted, y lo hubiera sido 30. Usted tiene que ser el presidente, el que machaca. En la misma noche usted llamó a su hijo, te vas al club y te cargas a Castro y Cruz. A usted no le importa el Sevilla. He puesto mi patrimonio con usted. Sin Sevillistas de Nervión usted no hubiera sido nada. Usted es un egoísta. Usted no quiere al Sevilla. A mí no me va a engañar", le respondió Castro.

Ni el discurso inicial de Castro, en el que admitió errores pero aseguró tener un plan para remontar las pérdidas de los últimos ejercicios y la situación deportiva actual, convenció a los accionistas. "Es desastrosa y negligente la actuación del consejo desde todos los puntos de vista", indicó Del Nido Benavente. Fue una Junta con una amplia representación, con el 88,61% del accionariado presente (91.865 acciones) y en la que más del 50% rechazaron las cuentas -la gestión llegó a un 57%-, ya que además del expresidente también los accionistas minoritarios se sumaron a ese rechazo del balance presentado por los actuales dirigentes.
Los momentos de tensión
Tras salvar únicamente las votaciones de los cambios de los estatutos, que pretenden salvaguardar el patrimonio del club y que también fue apoyado por Del Nido Benavente, se llegó a los puntos calientes del día, los complementos solicitados por Sevillistas Unidos 2020 (los americanos) representados por el exdirigente. José Castro aseguró contar con informes jurídicos que respaldarían su decisión de no dejar votar a la agrupación de acciones de Del Nido -unas 32.000- con lo que salvó tanto el cese del consejo como la petición de una acción de responsabilidad social. "Es un intento de asaltar de manera ilegítima el poder", indicó Castro para justificar su posicionamiento.
Así salvó las votaciones, pero exhibió su minoría accionarial. "Estás haciendo, Pepe, un juego de trileros. Usted no sabe ni lo que es. Está haciendo un juego de fichas. No tiene usted el apoyo del accionariado del Sevilla Fútbol Club. Cualquier acto que realice si supero el test de resistencia es ilegal. Le advierto, que le voy a exigir toda la responsabilidad, a usted, a los que le apoyen y a los que hayan hecho los informes", le indicó Del Nido, que posteriormente continuó con su dura crítica a la mesa presidencial: "Las 32.000 acciones agrupadas hubieran votado a favor del cese del consejo y de la acción social. Que sepan todos los miembros del consejo que lo apoyan que son corresponsables de la ilegalidad que se ha cometido. El acto será impugnado judicialmente, habrá una convocatoria judicial, que la convoque un juez y la presida un juez para que no siga haciendo el cacique. Ha hecho argucias de abogados malos para sustentar el poder contra el criterio del accionariado. Quienes mandan son los accionistas, tiene una derrota de acciones y de accionistas uno a uno. Es cuestión de días. Es pan para hoy y hambre para mañana. Sume usted los 32.000 votos y verá usted que está cesado por miles de acciones. No le cesaré con una mayoría de 6.000 sino de 15.000 acciones".
Así se puso fin a una Junta agria, con un José Castro a la defensiva desde la mesa presidencial y un Del Nido que fue agigantando su figura ante las críticas de la mayor parte de los accionistas hacia el actual consejo. Ni las llamadas al orden ni el hecho de no poder votar, lo que generó el momento de mayor fricción, frenaron al expresidente, que abandonó la sala con un gesto de ganador. Aunque ahora mismo sigue fuera del poder de mando de la entidad de Nervión.