Chory Castro: "Con 39 años la ilusión sigue intacta, pero el fútbol ha cambiado y es más rápido. O eso o estoy más lento"
El atacante uruguayo repasa para Relevo su trayectoria en LaLiga y reconoce que el sábado tendrá "el corazón dividido"

Chory Castro está alargando su carrera más de lo que hubiera soñado. Con 39 años cumplidos, el atacante uruguayo sigue disfrutando de su pasión por el fútbol defendiendo los colores de su Nacional de Montevideo, club que le vio nacer y que, probablemente, le vea decir adiós, aunque, de momento, no piensa en la retirada.
No olvida su paso por la Liga española, de la que guarda "un inolvidable" recuerdo. Mallorca fue su primera parada y posteriormente llegaron Donostia y Málaga. En la Real, tal y como reconoce, vivió "los mejores años" de su carrera deportiva", convertido en espectador de lujo de la transformación de un equipo en el que estaban Antoine Griezmann o Carlos Vela, entre otros.
Desde la distancia disfruta del momento que vive el equipo blanquiazul. "Da gusto ver jugar a la Real", asegura. Sin embargo, pese al cariño que profesa hacia el equipo que dirige Imanol Alguacil, este sábado no le desea ningún mal al Mallorca. Todo lo contrario. "Quiero que la Real vaya a la Champions, pero también que el Mallorca se quede en Primera", desea.
A tus 39 años sigues dándole patadas a un balón. ¿Cómo estás?
Estoy muy bien, con salud futbolística, que es lo más importante. Voy año a año y cada mes de diciembre tomo la decisión. Aquí el campeonato se disputa de enero hasta diciembre y es ahí cuando decidimos si continuamos o no. Hacemos una valoración de si aportamos o no, de si molestamos o no. Tenía un compañero que me decía: 'Aporta o aparta'. De momento, me siento bien. Estoy en un club como Nacional, de mucha exigencia, donde se pide ganar constantemente cada fin de semana y una vez terminado el campeonato, también se pide salir campeón.
¿Piensas en el final?
De momento, no. Estoy tranquilo. También es un tema que lo voy hablando con la familia, planeando cosas a futuro. No es una decisión de uno solo, pasa a ser una decisión familiar donde entra mi mujer y mis dos hijos. Hay que valorar muchas cosas.
¿Esperabas alargar tanto la carrera?
Sinceramente, no. La he ido llevando temporada a temporada, sobre todo tras cumplir los 35, que es, más o menos, el margen donde la mayoría de los jugadores se plantean la retirada. He llegado a los 39, sigo jugando y aportando al equipo. Eso es algo que al final de la temporada te tira para seguir jugando porque es lo que quiere uno, jugar, disfrutar y aportar dentro de la cancha.
Cuando uno llega a estas edades, ¿qué es lo que más tira para seguir jugando, la cabeza o el corazón?
Todo. A estas edades la cabeza va por delante del físico. Después de los 32, lo más normal es que físicamente empieces a disminuir y es cuando empiezas a tirar más de la experiencia, de lo vivido… Es algo que te va dando la trayectoria y es lo que te hace mantener.
¿La ilusión sigue siendo la misma?
La ilusión sigue intacta. Creo que es eso lo que me mantiene, el día a día, venir a entrenar. Los campos donde entrena Nacional están muy bien, se han renovado las instalaciones… Eso es fundamental, venir a entrenar con ganas. Tienes buen material para trabajar. Nacional da todas las herramientas para que el fin de semana no tengamos excusas. Es un club que, además, apuesta mucho por la cantera. El presupuesto de los equipos de aquí se basa en las ventas de los jugadores. Hay buenos jugadores y disfrutamos de poder echarles una mano. Me tocó, por ejemplo, en River de Uruguay jugar con Matías Arezo, que está en el Granada. Tratas de enseñarles, darles consejo a la hora de tomar una decisión para labrarse una carrera.
¿Eso es una presión o una alegría que la gente joven te vean como un ejemplo a seguir?
Es una presión. Uno intenta hacer acciones para que el que las vea, lo haga con buenos ojos. No todo, pero parte de lo que haces, intentas que alguien lo pueda tomar como ejemplo. Con eso me vale. Un comentario en una práctica o en un vestuario, que la persona se quede con eso y lo pueda hacer en otro lado, ya estás influyendo en esa persona. No soy de dar sermones, trato de ser muy puntual y si hay que corregir, corregirle. Luego si te escuchan o no, ya depende de la otra persona. Es lindo. A mí me pasó. Tuve muchos compañeros que me fueron hablando, enseñando, y sin darte cuenta, vas formando tu propio camino.
Chory Castro es un futbolista de otra época y el fútbol ha cambiado mucho. ¿Se ha tenido que ir reciclando?
El fútbol ha cambiado mucho, la parte física predomina mucho. Se está jugando con mucha intensidad. Las canchas han cambiado, son más rápidas y los chicos juegan más rápido. O eso o yo me estoy poniendo más lento (risas). El fútbol está viviendo en una evolución constante.
Después de una trayectoria tan larga en Europa, ¿su intención siempre fue regresar a casa?
Sí, fue así. Estuve 11 años jugando en Europa en la Liga española, algo muy reconfortante. Luego, cuando vienes y ves que no estás ahí, más valoras lo que has hecho. Estar jugando once años de manera ininterrumpida en una de las mejores ligas del mundo es el reflejo de que hice las cosas bien. ¿Lo podía haber hecho mejor? Sin duda, pero tuve una linda carrera. A mí se me acababa contrato en junio de 2018 y el Málaga me quería renovar. Y lo estuvimos pensando, mi mujer y yo, de si volvernos para Uruguay o seguir. Teníamos también otras opciones de irnos fuera. Pero pensamos en nuestros hijos de cuatro y dos años y decidimos regresar a casa.
"Estuve 11 años jugando en Europa, en la Liga española, algo muy reconfortante. ¿Lo podía haber hecho mejor? Sin duda, pero tuve una linda carrera"
Exjugador de la Real y el MallorcaSu primera parada en España fue Mallorca. ¿Qué recuerdos guarda?
Fue una experiencia muy linda. El primer año fue muy duro. A los tres meses de haber llegado tuve una lesión y cuando estaba volviendo, recaí. Esa temporada jugué muy poco. Pero me sirvió para estar en el día a día con mis compañeros, que había un grupo muy bueno esa temporada. Se hizo un gran año y tuvimos al pichichi del campeonato, que fue Dani Güiza. Para un equipo como el Mallorca tener al goleador de la Liga española habla muy bien de cómo trabajaba el equipo para el delantero. Ahí empezó mi carrera europea. Los recuerdos son muy buenos, hice amistades. En el fútbol lo que vas valorando son esas amistades que vas cosechando a lo largo de los años. No importa si te hablas todos los días, sino el simple hecho de que cada cierto tiempo tienes el mensaje de un compañero, es más que suficiente. Y eso lo tengo. A medida de que te vas alejando de esas cosas, más las valoras.
¿Cómo se produjo ese salto desde Nacional a Europa?
Ya se estaba empezando a hablar del interés de varios equipos. Había tenido alguna propuesta de Francia, de Inglaterra, de Argentina, pero se habían quedado en nada. Para nosotros los uruguayos es muy importante, sin duda, el hecho de poder salir de aquí. Ya no solo en lo futbolístico, en lo económico el cambio es abismal. A veces juega un poco en contra la ansiedad, pero me puse muy contento cuando me dijeron que tenía que hacer la maleta y viajar a Mallorca.
De Mallorca a Donostia…
Otra experiencia increíble. Más que un equipo, esa Real era una familia. Me recibieron con ese encanto y alegría que tenían todos los compañeros que tuve allí. Hicimos cosas muy importantes como grupo. Cuando llegué, el objetivo de la Real era salvarse y mira en lo que se ha convertido ahora. Ese primer año terminamos cuartos, clasificándonos para la Champions, algo inolvidable en lo personal. Fue una experiencia muy linda tanto en lo individual como en lo grupal.
"Cuando llegué, el objetivo de la Real era salvarse y mira en lo que se ha convertido ahora"
Exjugador de la Real y MallorcaPese a que se convirtieron en inseparables, coincidir en el mismo equipo con Antoine Griezmann y Carlos Vela, que jugaban en su misma demarcación, personalmente hablando no fue bueno, ¿no?
(Risas) Obvio que hubiera preferido jugar más, pero tenía la competencia de grandes jugadores. Antoine lo ha demostrado y lo sigue haciendo. Es campeón del Mundo y campeón de todo lo que le pidas. Carlitos Vela sabemos lo que fue en la Real. Yo estaba contento de aportar desde donde podía. No siempre pude hacerlo jugando, pero sí desde la competitividad del día a día en los entrenamientos, algo que también es fundamental. Todos los jugadores nos exigíamos diariamente. No estaba claro cuál iba a ser el 'once', al míster le gustaba rotar. En algún partido coincidimos los tres. Luego llegó Canales, que por momentos también jugaba ahí. Todo eso suma mucho para que el equipo se potencie. Los que estábamos y no jugábamos tanto, empujábamos para hacerle bien al grupo y eso ayuda. Era una competencia muy sana, sin maldad y eso es impagable porque el que lo agradece es la Real.
¿Se puede decir que esa Real fue el germen de lo que se ha convertido ahora?
Sí. A partir de ese año, la Real no se ha bajado de los puestos europeos. Marcamos un camino que perdura hasta ahora. Cada vez que veo a la Real la veo más fuerte, más competitiva, cada vez tiene mejores planteles. Se ha hecho algo progresivo que empezó con Martín Lasarte, subiendo de Segunda a Primera, luego se mantuvo dos años y a partir de ese tercer año, las cosa empezó a cambiar. La Real es, hoy por hoy, una plaza muy buena en la que los jugadores están pendientes de que se abra una plaza para poder entrar. Estamos hablando de que la Real es uno de los equipos fuertes de la Liga española.
Ahora para los jugadores es más fácil decirle sí a la Real, ¿no?
Sí, es más fácil, pero te tiene que llamar (risas). El listón ahora está más alto. Están peleando por cosas más importantes, necesitas jugadores más importantes y el listón, sube. Eso habla bien de cómo se ha ido manejando la institución y que por más que haya cambiado jugadores, técnicos, el resultado perdura en el tiempo. La Real está haciendo muy bien las cosas y ojalá siga, porque da gusto verla.
¿Qué significó jugar la Champions League?
Fue algo muy especial, muy emotivo. Empezamos con una gran previa ante el Lyon con dos partidazos y golazos como los de Antoine y Seferovic. Sabíamos que nos habían tocado rivales muy duros, pero bueno, no fuimos un equipito fácil. Todos los partidos los peleamos con intensidad. Nos quedamos con esa espinita de que podíamos haber ganado el primer partido ante el Shakhtar en casa, pero se nos escapó. Tuvimos muchas ocasiones. El resto de partidos fue parejo y por más que juegues bien, si el rival es superior, hay que aceptarlo.
¿Se esperaba este boom de la Real?
No es que lo esperara, pero lo estaba viviendo. En mi época, cuando me fui, la Real ya venía con ese empuje de querer cambiar. Me tocó vivir, por ejemplo, el cambio de Zubieta. La Real estaba pensando en otras cosas. Eso se nota, la gente lo ve y el resultado manda. El fútbol es resultado. No hay otro misterio. Si te va bien, espectacular, y puedes seguir haciendo cosas. Pero si no te va tan bien, hay que cambiar y mirar hacia otro lado. La Real no se puede decir que haya tenido fortuna, porque hay todo un trabajo por detrás.
¿Cuánto hubiera pagado por jugar en un campo sin pistas?
Para mí, esa cancha siempre ha estado espectacular, sobre todo en lo que al terreno de juego se refiere. Era uno de los mejores campos en los once años que estuve en la Liga española. Siempre estaba bien. Ahora con este acercamiento, el hincha está más cerca, está claro, pero el aficionado de la Real siempre lo ha estado. Iremos a conocerlo pronto. Tengo intención de ir. Mis dos hijos nacieron en Donostia y son los primeros que quieren ir. Sinceramente, les inculco mucho Uruguay, pero ellos se sienten de Donostia. Están deseando ir. La verdad es que tenemos un gran recuerdo de nuestra estancia allí, de las reuniones con mis compañeros, las comidas... Desde un punto de vista del futbolista extranjero, que la familia esté bien, cómoda, ayuda. Mi mujer también hizo un vínculo de amistades allí y eso te ayuda mucho. Nos marcó mucho como ciudad.
¿Cuál es tu mejor recuerdo en la Real?
Mis dos hijos nacieron allí. Eso no se olvida nunca. Deportivamente hablando, el gol que le hice al Depor. De los mejores goles de mi carrera. Canales me dijo que me dejó solo. La gente de la Real a veces lo publica, lo sube a las redes, un gol que marcó mucho para el aficionado y tiene ese punto extra.
"El mejor recuerdo de la Real son mis dos hijos, que nacieron allí. En lo deportivo, me quedo con el gol que le hice al Depor, uno de los mejores de mi carrera"
Exjugador de la Real y el Mallorca¿El sábado tendrá el corazón partido?
Sí, siempre. No solo a la Real y al Mallorca, también al Málaga les tengo mucho cariño. Son equipos que sigo, que me tocaron mi vida. Fui un afortunado. Estuve mucho tiempo en los equipos. Hice once años de carrera en España, pero solo estuve en tres equipos, lo que habla bien de la estabilidad mía como jugador. Tendré el corazón dividido e intentaré disfrutarlo. Voy a estar contento pase lo que pase. Quiero que la Real vaya a la Champions, pero también que el Mallorca siga en Primera. Espero un lindo partido.