Cinco meses para un cambio de vida: Rodrygo vuelve sin escapatoria al lugar donde brilló de '9'
El brasileño, al que Ancelotti recordó la palabra "altruismo", regresa a escena tras sus quejas en el parón.

La temporada en curso no está siendo fácil para Rodrygo (22 años), al que se reclaman goles y que suma tan solo uno en 11 partidos. La sequía se alarga ya demasiado (723 minutos) y el partido de este sábado a las 18:30 en el Sánchez-Pizjuán llega en un momento complicado para él, entre la falta de acierto, sus quejas en el parón ("siempre dije que no me gusta ser '9'") y la indirecta que le mandó Ancelotti en la previa: "Una vez puse a Ramos de pivote. No le gustaba, pero lo hizo por la exigencia del equipo. Hay una palabra que se llama altruismo".
El brasileño vive estas semanas, posiblemente, su momento más complicado desde que llegó al Real Madrid en 2019. El peso del ataque se cargó sobre sus hombros y los de Vinicius tras la marcha de Benzema... y el ex del Santos no ve portería desde el ¡12 de agosto! Aunque Carletto le defendió hace semanas ("está trabajando bien para el colectivo; son momentos que atraviesan todos los delanteros"), el técnico sabe que tarde o temprano necesitará sus goles.
Su presencia en el once ante el Sevilla no es segura (viene de un viaje largo y de jugarlo todo con Brasil), pero las dudas se centran ahora en la idoneidad de su posición. El nuevo sistema, con Bellingham de enganche y dos delanteros, le condena a actuar en una demarcación que no adora. "Puede ser que sí (convertirse en importante gracias a la versatilidad), pero he dejado claro que tengo la facilidad de jugar tanto por las bandas como por dentro. Siempre dije que no me gusta ser '9'. Tanto en el Madrid como aquí lo tengo que hacer bastantes veces, pero no me gusta mucho", dijo con la selección. Allí tampoco marcó y los de Diniz se llevaron dos corroscones en forma de resultados: no ganaron a Venezuela en casa (1-1) y perdieron contra la Uruguay de Valverde (2-0).
Un escenario motivante
Pese a los golpes, los que mejor conocen a Rodrygo insisten en que sus ganas por voltear la situación permanecen intactas y que está dispuesto a ayudar "donde sea necesario". Él, cuentan, es el primero en reconocer que las cosas no le están saliendo y que debe dar más para cumplir con las expectativas. En esta búsqueda constante de posibles puntos de inflexión, el regreso al Pizjuán puede ejercer un papel crucial: al Madrid se le viene un partido duro ante Sergio Ramos y compañía... y el '11' vuelve al lugar en el que jugó su mejor partido como delantero centro.
Fue en la penúltima jornada de la última Liga y Rodry actuó en punta ante la ausencia de Karim y Vinicius. Aquel día se salió: marcó dos goles, el primero con un lanzamiento de falta espectacular, y campó a sus anchas por Nervión, con la movilidad y la energía que siempre han caracterizado a uno de los talentos preferidos de Florentino Pérez. Curiosamente, el paulista ya envió un primer mensaje a su entrenador después de su exhibición en Sevilla el 27 de mayo: "Es la posición que menos me gusta de las de arriba, pero si el míster me necesita puedo ayudar ahí; no siempre".
Desde aquel momento, del que han pasado sólo cinco meses, el atacante ha sufrido un evidente cambio de vida. Por su rol, con más galones que los de antaño, cuando era un mero revulsivo; por su puesto, sin extremos en el nuevo dibujo de Ancelotti; y por la ausencia de escapatoria, porque no parece que el italiano esté dispuesto a mover un esquema que le ha funcionado a la perfección durante el primer tramo de campaña. O lo toma, en esa demarcación de '9' que no le gusta tanto, o lo deja. El Pizjuán parece un escenario propicio para reivindicarse: en la 21-22 también marcó y asistió en una remontada épica contra el Sevilla (2-3).
El sentir de Rodrygo, que en su círculo privado siempre ha reconocido que prefiere actuar de extremo o segundo punta, es que su entrenador le utiliza como una especie de chico para todo en el ataque. Lo agradece, porque quiere jugar, pero en el fondo le encantaría asentarse en una posición y dejar de peregrinar entre la banda derecha, la izquierda y el centro del ataque.
"Es importante saber dónde quiere jugar el futbolista. A veces algunos tienen que sacrificarse, como lo han hecho Camavinga, Tchouameni, Rodrygo... Rodrygo es un delantero completo, creo que sólo ha jugado un partido de delantero centro. Mi idea es la exigencia del equipo y después la exigencia individual. Si yo pongo a Camavinga de lateral izquierdo, yo le informo y le pregunto, y ninguno me ha dicho que no puede hacerlo", le recordó con cariño su técnico en la conferencia previa al partido de este sábado. Entre pequeños tiras y aflojas, todos persiguen un bien común... y Rodrygo, que en la derrota ante el Atlético se sintió solo en ataque, necesita más apoyo que nunca para salir de una encrucijada que se alarga demasiado tiempo.