Los 15 córners que sacó el Almería en el Metropolitano no deprimen a Simeone

"De dar imagen no se vive, se vive de ganar. Me voy orgulloso, pero sin los tres puntos", lamentaba Gaizka Garitano tras perder 2-1 en el Metropolitano. La sensación del técnico del Almería contrastaba con la de su homólogo en el banquillo del Atlético, al que no le gustó la última pregunta de su conferencia de Prensa, interrogado sobre si los 60 minutos del Atlético ante el Almería, del 30' al 80', fueron los peores del equipo rojiblanco durante este curso: "Hemos jugado peor en Valencia. ¿Lo viste? esos fueron peores".

La lectura del técnico argentino se basó en 30 minutos muy buenos en la primera mitad y 10' salvables en la recta final donde, según sus propias palabras, "pudo llegar el 3-1 ó el 2-2". El intercambio de golpes que propinó el Almería al Atlético sorprendió porque los rojiblancos se configuran como candidatable al título: igualado a 34 puntos con el Barcelona y a cinco del Madrid y cuatro del Girona con el aún partido pendiente del Sevilla.

Los de Gaizka Garitano botaron 15 córners en el feudo colchonero, un estadio donde los de Diego Pablo Simeone encadenan 19 triunfos seguidos (17 en LaLiga y dos en Champions). El Atlético recibió hoy 19 remates y Oblak realizó cuatro paradas frente a las dos de Maximiliano. Desconcertante. "Tocó trabajar en los minutos que el equipo sacó el pie del acelerador", subrayó el técnico argentino.

"Pusimos a Griezmann arriba y luego a Llorente. La entrada de Molina y Riquelme nos dio más velocidad en los costados", deslizó Simeone, al que otra vez no le gustó lo que mostró su equipo tras los primeros 45 minutos. Azpilicueta fue el principal señalado en defensa, cuando en el minuto 74 entró Giménez en su lugar. También se sumó al partido Nahuel Molina en ese mismo instante, en lugar de Ángel Correa.

"El calendario que viene no me preocupa. Estamos bien. Venimos de hacer buenos partidos. Con cuatro puntos, nuestro futuro es el día a día. No hay más allá", señaló Garitano. El Almería sigue estancado en la última plaza de la clasificación, pese a que las sensaciones y estadísticas no fueron malas.