OPINIÓN

No os lo creáis todo: Hansi Flick no ha inventado nada

Lamine Yamal durante el choque. /AGENCIAS
Lamine Yamal durante el choque. AGENCIAS

Al ver el once titular el aficionado del Barça se volvió a preguntar qué hacían Pedri y Lamine Yamal en un espacio que a estas alturas del curso genera más ansiedad por lo que no ha sucedido (una lesión) que ilusión por lo que realmente hacen (jugar). Pronto se dieron cuenta de los motivos, y no son otros que a este nivel ambos configuran una ventaja definitiva, como si alguien hubiese entrado en las entrañas del juego y hubiese cambiado la tendencia. En un fútbol de presiones ellos dicen que no se les puede presionar. Un bug en el juego al que Flick no quiere renunciar.

Importa más bien poco el resto de piezas que rodeen al motor creativo del equipo. Flick ha llegado al mes en el que los títulos pasan de meta a realidad con un equipo engrasadísimo, funcional y en el que todos quieren participar. ¿Qué Casadó y Olmo son baja? A Eric le da por controlar como si llevase toda una vida de mediocentro y hasta a filtrar pases de tres dedos mientras a su lado tanto Gavi como Fermín se relamen con cada minuto que les cae. Todos son hijos de Flick de la forma en la que es el técnico quien se encarga de generar el contexto para que la confianza pase a ser el estado natural de las cosas; el Barça salta al campo convencido de que ganará. ¿Quién se atreve a decirle que no?

«Estamos en el camino correcto».

A Flick se le podrán decir mil elogios, pero no el de que se invente jugadores. Ferran o De Jong eran acribillados por la opinión pública y ahora ambos gozan de un status que algunos miran todavía con incredulidad. Ahí, Hansi no ha inventado nada. Lo que todos los buenos futbolistas necesitan es un escenario en el que poder demostrarlo. A De Jong se le ha criticado siempre que gire o conduzca, que "de toques de más", como si eso chocase con los estamentos del club, algo que ahora es aplaudido y aprobado. Ahora se ve utilidad a algo que antes no. ¿No será que, en esencia, lo que ha cambiado es el entorno y no el jugador?

Lamine Yamal parece Hulk. Cuanto más se dice que no marca y más se le resiste el gol, mejor juega. Como si, consciente del club en el que está, solo buscase el gol a partir del juego más perfecto, de detalle técnico en detalle técnico, en una ruta de la seda técnica que convierte el debate del gol, que en este deporte lo es todo, en algo menor. ¿A quién le importa el gol cuando se tiene la gracia, el don natural? Mientras todos miran a Flick por el minutaje del canterano, él les recuerda que el principal encargado de dosificar su cansancio es él mismo porque juega habiendo visto el partido de antemano, solo así se explica que acabe cada partido sin sudar.