Lewandowski no se cansa de marcar y el Barça se reafirma como líder

El Barcelona ya se ha adentrado en aquella fase del campeonato en que ganar es una obligación y significan tres puntos menos hacia LaLiga. Nada sirve como excusa, ni siquiera el calendario y las horas de descanso. Y bien lo sabe el Barça. Ante el Girona sacó brillo a la pelota, tuvo muchas fases donde ahogó con la posesión y en presión. Pedri fue la brújula, Lamine Yamal el desfibrilador y Lewandowski, un martillo inmortal que no se cansa de marcar. Los de Flick llegan a la primera final de la temporada, la del Metropolitano, con los deberes hechos en Liga.

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El primer aviso lo dio Fermín López. Arrastró Lewandowski a los centrales en el corazón del área y tiró el andaluz de su peculiar instinto a la hora de intuir hacia dónde dirigirse para rematar. También tuvo la segunda ocasión, en un tiro desde la frontal. Habían pasado cinco minutos y los dos equipos ya habían mostrado todas sus cartas. "Queremos tener la posesión", gritó Míchel a sus jugadores antes de saltar al campo. Y el Girona lo intentó. También presionar alto, otro innegociable en su filosofía. Aunque ahí encontró el Barcelona un filón para dañar a los gironins. De un contragolpe tras robar Fermín provocó un penalti que Pulido Santana acabó negando con la ayuda del VAR.

Sin Raphinha pero con Gavi, el Barça centrocampeó y se agarró al ingenio de Lamine y a la profundidad de Gerard Martín para acercarse al área rival. El de Rocafonda, en una jugada individual, probó a un Gazzaniga con ganas de ser protagonista. Unos minutos más tarde, desde el córner, el argentino le sacó una espectacular mano a un cabezazo de Araujo. El intento de dominar del Girona se fue difuminando, es algo osado querer ser el equipo propositivo cuando delante está Pedri.

Pasaban los minutos y el Girona no encontraba ni la manera de oxigenarse con la pelota ni la forma de incomodar al Barça tras robo. Los blaugrana recuperaban el balón segundos después de perderlo, convirtiendo el terreno de juego en un campo de 40 metros en el que solo había una portería. El fútbol hipnotizante de Flick y la agresiva propuesta en presión limitó al Girona. Optaba únicamente a amurallarse. El resquicio lo encontró el más pillo. En una falta lateral, Lamine Yamal trazó un centro-chut que tocó en Krejci y acabó en la red. Fue el primer libre directo del catalán con el Barça.

El Barcelona tumbó el muro con el 1-0 y el partido empezó a hacer bajada. El segundo tiempo empezó siguiendo el mismo patrón: con un Barça avasallando y un Girona agotando un oxígeno que podría acabarse con un segundo tanto culer. Los de Míchel, que no querían desengancharse del partido, saltaron a la segunda mitad igual que a la primera. Aunque esta vez sí obtuvieron recompensa. En una salida de balón blaugrana, comandada por Araujo, Blind se anticipó a Lewandowski, el Girona ganó un segundo duelo y acabó plantando a Danjuma delante de Szczesny. La 'cobra' no perdonó. Jugada mérito de los de Míchel.

Pensó Flick en remover el tablero cuando se acercaron los últimos 30 minutos y su equipo se anticipó. Lamine, que fue el centro de gravedad de la ofensiva blaugrana, cambió el juego y entre Gavi y Gerard Martín, que no bajó del notable, encontraron a Fermín en el segundo palo. El andaluz prolongó hacia el otro poste y Lewandowski, en uno de esos goles de nueve que priorizan más el resultado que la estética, acabó batiendo a Gazzaniga. Flick dio entrada a Ferran Torres y De Jong para encarrilar el partido. Míchel, en cambio, pulsó el botón de Stuani. Raphinha se quedó sin participar.

El Girona creció en el partido por obligación, abrazándose a la banda de Danjuma y Miguel. El Barça, con todo el calendario a sus espaldas, aún tuvo piernas para correr. En una transición dirigida por De Jong, el balón acabó en Lewandowski, por inercia, anotó el tercero para sellar la victoria y reforzar su carrera hacia la Bota de Oro. Lleva 38 goles entre todas las competiciones. El partido lo redondeó Ferran, asistido por Gerard, en la enésima demostración de que es uno de los mejores suplentes del mundo. El partido solo lo pudo embellecer un golpeo de Lamine que acabó besando la cruceta. El Barça sigue subiendo marchas en el momento en el que se deciden las temporadas.