El Barça de Gavi, con más dudas que nunca en el peor momento
Un gol fabricado por el mediocentro y Pedri y su amor propio sostienen a un Barça que pidió la hora ante el Celta antes de la semana clave (Inter y Clásico).
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El Barça encara la Semana Grande (Inter y Clásico) sin reconocerse aún pero con sangre en el ojo. Después de demasiado tiempo en la sombra, se ha conjurado para dejarse de excusas y bajas y de seguir poniendo velas para suplicar la vuelta de Messi. Ha decidido ponerse en manos de la savia nueva que aportan Pedri y Gavi, dos chavales que bien podrían estar en el parque rodeado de sus amigos y que, sin embargo, se han autoimpuesto salvar la papeleta y devolverle al Camp Nou el orgullo perdido.
Aunque sea a trompicones, con más ardor y dudas que estilo y justicia, los canteranos lideran la tabla de LaLiga. Que no es poco con la que ha caído. La victoria ante el Celta fue tan escueta y accidentada como necesaria. Un gol fabricado por las dos perlas a las que mima Xavi, con la ayuda de Unai Núñez, devuelven la paz por unos días a un vestuario enojado que sintió vivir un atraco en Milán. Y lo más importante: miran a la Champions y al Madrid con fe resultadista. Lewandowski, invisible y errático como en las dos salidas europeas, puede estar dos partidos sin marcar. Pero no tiene pinta de que sea capaz de encadenar tres.
GAVI
👏 Mis 'dieses'
Con permiso de Ter Stegen y Pedri, toca hablar de Gavi para explicar este triunfo. Un jugador que de primeras no entra por los ojos. Quizás le afea su talento esa querencia a chocar contra todo lo 'chocable' y a arrastrarse por el césped como si le hubiera poseído una escoba. La historia más reciente de este Barça parece obligar a que, para ser centrocampista en este equipo, sólo valga correr como una gacela y flotar con la mirada al frente. El canterano pasa de artificios. Eso es para De Jong. Galopa como si lo fueran a prohibir, hace coberturas a todo el que lo necesita, prefiere el balón al hueco que al pie, presiona, roba y asiste. Es capaz de desbocarse cuando toca y de frenar con sutileza cuando el juego lo pide. Es de la escuela de Edgar Davids: un mediocentro que esprinta por costumbre y que de vez en cuando camina.
EL ESTILO BARÇA
😎 Me reafirmo
Ese espíritu marca el camino. Al final, por mucho que uno sobe el balón, hable con el nuevo vocabulario de la lateralización, bloque medio, tercer hombre y falso nueve, esto va de correr, de asfixiar al rival en su campo, de recuperar la pelota cuanto antes y de finalizar en ataque con los menores toques posibles. Siempre aferrados a una técnica que viene de serie. El Barça es uno cuando agobia, muerde y roba, y es otro cuando repliega, deja maniobrar y debe recular para proteger su espalda. Ver cómo Lewandowski y Busquets tocan la corneta y se tiran al monte pone los pelos de punta. Es el único camino hacia la resurrección. El tiqui-taca aquí debe ser un complemento y no una religión. En cuanto deja de hacerlo, como sucedió durante toda la segunda mitad, merece que le empaten, perder incluso y una pitada de las buenas.
EL CELTA DE ASPAS
🤔 Hay runrún...
Un grandísimo Celta le puso complicadas las cosas. Cuando Aspas conectó con el balón dio un buen repertorio de disparos y pases con veneno. En uno de ellos, Cervi pudo empatar. Dudó si rematar de primeras o regatear. Y mientras meditaba, Ter Stegen le rebañó los pies y desató la irá del 10. Algo que el ariete repitió más tarde con Óscar. Fue precisamente ahí donde pudimos encontrar algún motivo de por qué el bueno de Iago no acude a la Selección. Por intentar entender al que nos priva de verle de rojo. Mientras que en el Celta puede dar rienda suelta a su amor propio, a veces con vehemencia y falta de tacto, eso no lo podría hacer rodeado de internacionales. Y un jugador que deja de hacer entre semana las cosas que repite los domingos es un trampantojo. Siempre que Aspas sale a escena, surge el debate de si debe ir a Catar. Lo mejor es que sólo quedan unos días para ver al país (futbolísticamente) dividido.

TRES LATERALES
🤳 Mi fondo de pantalla
No hay nada como el fútbol. Puedes haber jugado 700 pachangas y haber visto otro millón y medio de partidos y uno nunca deja de sorprenderse. Siempre sucede algo que jamás has visto antes. O que no recordabas por inusual. Esta vez el Barça saltó al campo con tres laterales izquierdos en su defensa: Balde en la derecha, Marcos Alonso de central y Alba en su posición más natural. Según el compañero Bernat Coll, algo que sólo había hecho Guardiola antes, en 2010, con Abidal, Maxwell y Adriano (derrota contra el Hércules). Pero es que el invento de Xavi, forzado por las bajas, tuvo una gracia extra ya que Eric García estaba disponible en la convocatoria. Un dato que confirma que ante el Inter y el Madrid está en juego la vida y que igual, vistos los malabares con la pizarra, no sería mala solución jugar con dos porteros. La imagen de los tres laterales no dará la vuelta al mundo porque en el Barça lo anormal ya es costumbre. Recuerden que ayer Braithwaite, Luuk de Jong y Abde eran la esperanza.
FERRAN
📀 Mi 'bonus track'
Recordando cosas como esta hay que darse cuenta de cómo cambia el panorama en nada de tiempo. Si hace unos pocos meses le dicen a cualquier culé que el entrenador del líder de LaLiga (sí, el líder) reservaba de inicio a Eric y a Dembélé para los dos próximos compromisos, la mayoría hubiera dudado sin disimulo: concretamente, y con todo el respeto del mundo, en si han empezado ya las primeras rondas de Copa del Rey los miércoles y si al siguiente sábado rinde visita al Camp Nou el actual colista. Esto, lo inesperado, es lo verdaderamente mágico de un deporte en el que la opinión de hoy se transforma en chiste mañana. Por eso, ahí va un consejo impopular para los impacientes: calma con Ferran; éste sí estará en el Mundial y sólo tiene 22 años.