El Espanyol pone patas arriba el descenso con goleada y festín ante un Rayo irreconocible
Puado, Roberto, Joan y una brillante actuación coral dan alas a los pericos en la parte baja. Volvió RDT en la única buena noticia del día en Vallecas.
El Espanyol ha dado un golpe sobre la mesa en el mejor partido de la temporada y se vuelve a casa con tres puntos en el bolsillo, cuatro golpes y una sensación de euforia indescriptible. Se lo ganó tras un encuentro bárbaro, letal al contragolpe, imperial en la presión, con Joan de salvador y Puado desatado. Apuntaba a un día feliz en Vallecas, con el regreso de Raúl de Tomás, de corto 157 días después, pero todo se torció desde la base. Cabrera, Roberto, Puado y Milla ajusticiaron al que probablemente también fue el peor Rayo de la campaña. Uno así se salvará más pronto que tarde (ojo a los cinco de ventaja a falta de la disputa de la jornada), el otro deberá sentarse a reflexionar, la salvación está lograda, es el momento de un paso más.
En un día que se antojaba clave para ya levantar la mano definitivamente en busca de Europa, Iñigo apostó por De Frutos en punta, Nteka por detrás y Unai y Pedro Díaz en lugar de Isi Palazón. Manolo, buscando esos agónicos puntos para ganar un poco de aire si es que corre la más mínima brisa en el infierno, creyó en Roberto como punta y Roca como banda. Su apuesta pronto salió bien. O, más bien, fue el equipo el que pisó el césped con los ojos inyectados en sangre, dispuesto a dar un golpe sobre la mesa y volar.
El Rayo buscó las cosquillas de inicio, con más iniciativa que amenaza. Pero la primera fue del Espanyol, más bien de Roca, cuyo remate se marchó desviado. El susto se convirtió en pesadilla rayista justo a continuación. Edu Expósito sacó el córner con maestría y Cabrera puso el balón en la red con la testa. Pudo hacer más Nteka, más que nada por la molestia a Augusto Batalla. Ni él ni el atacante pudieron sacar la pelota. Sorpresa en Vallecas, aunque a principio de temporada este partido fuera toda una incógnita, ahora los locales partían como grandísimos favoritos.
De poco vale la condición antes del pitido inicial. La dinámica resultó letal. Apenas cuatro minutos más tarde, Cabrera recupera ante Nteka, Aridane falla estrepitosamente frente a Roberto y Puado hace el resto. Lejeune tapó como pudo hasta que el capitán cedió para el mencionado Roberto, impecable en el mano a mano. Golpe de realidad en el Estadio de Vallecas. Silencio. Gestos de resignación. Otro tren se estaba escapando. Mientras, en la butaca, Manolo anhelaba un espíritu de resistencia que tan necesario iba a ser a posteriori.
Otro error flagrante de Aridane rozó la tragedia. Puado perdonó ante un Rayo partido, dubitativo, casi pidiendo la hora con media hora de primera mitad por delante. Batalla, siempre competitivo, tuvo que frenar de nuevo a Puado, también a Carlos Romero. Una vez frenó la lluvia incesante de todo el día en la capital, fue el Rayo el que hizo aguas. Más allá de un disparo de Álvaro, el relato resultaba agotador para la grada. Ni ápice de mérito toca quitarle a un Espanyol sobresaliente, asfixiante en la presión, que no dejó al Rayo conectar con su propio fútbol.
Joan García sostiene y Puado sentencia
Iñigo cambió el rumbo: retiró al errático Aridane y a un gris Nteka para dar entrada al necesitado Isi y al Pacha Espino. Con su decisión tocó la tecla. El Rayo comenzó a someter poco a poco al Espanyol, que, por otro lado, tampoco le hacía malos ojos a aguardar atrás, intentar cazar una contra y confiar ciegamente en su Joan García. Luis de la Fuente debe ver, una vez más, su actuación. Si no es el mejor portero de esta Liga... Bueno, ni siquiera entraremos en buscar alternativas. Sin duda, es el mejor portero de esta Liga.
En el 49', llega su primer paradón a De Frutos. En el 58', el afectado es Pedro Díaz. Se suma a la lista en el 60' Unai López. Y la matrícula de honor dentro de su sobresaliente: estirada salvadora ante Álvaro García cuando medio estadio daba ya por hecho el gol. Qué más habría que hacer, pensaría Iñigo. Respiraría Manolo a su lado. Qué placer de guardameta.
Pedro Díaz se desmelenó, Isi explotó entre líneas... Y de poco valió porque a la mínima que pudo, la volvió a armar el Espanyol en un contragolpe letal que acabó en penalti. Necesitó de la pantalla Hernández Hernández ante la incredulidad de un Rayo que sentía que ya había hecho todo y más para recortar diferencias y que se encontró de lleno con un monumental batacazo. Parecía de primeras que Roberto Fernández había fallado lo infallable, pero Pathé Ciss le había incomodado lo suficiente.
Visto para sentencia: Puado transformó la pena máxima, dejando el partido visto para sentencia. 0-3, decimoquinta plaza, pase lo que pase fuera de descenso y dejando la responsabilidad a los demás. La última noticia fue el regreso de Raúl de Tomás, 157 días después y ante su exequipo. Una vuelta esperada tras meses de calvario. Pere Milla, eso sí, le robó algo de protagonismo, marcando el cuarto.
Una jornada soñada para los pericos, en una nueva demostración que confiar en el progreso, en el proyecto y en el entrenador da resultados. Cuatro de los cinco que tiene por debajo cambiaron de rumbo, mientras el Espanyol aguantó y ahora celebra un éxito al que aún le queda muchísimo para traducirse en permanencia.
La ficha del partido:
- Rayo Vallecano 0 : Batalla; Ratiu, Lejeune, Aridane (45' Pacha), Chavarría (75' Embarba); Pedro Díaz, Pathé Ciss (85' Trejo); De Frutos, Unai López (75' RDT), Álvaro García; Nteka (45' Isi).
- Espanyol 4 : Joan García; El Hilali, Kumbulla, Cabrera, Romero; Pol Lozano (64' Kral), Urko; Roca (56' Calero), Edu Expósito (83' Edu Expósito), Puado (83' Jofre); Roberto (83' Pere Milla).
- Goles : 0-1 Cabrera (12'), 0-2 Roberto (16'), 0-3 Puado (72'), 0-4 Pere Milla (90').
- Árbitro : Hernández Hernández, acompañado desde el VAR por Trujillo Suárez. Amonestó a Chavarría, Pol Lozano, Pathé Ciss y Pere Milla.
- Estadio : Vallecas, 11.905 espectadores.