SEVILLA

Los cuatro minutos 'made in Caparrós' en el vestuario del Sevilla donde mezcló avisos, elogios y una banderilla de fuego final: "Hasta bebiendo agua se compite"

El nuevo técnico del Sevilla se presentó a sus jugadores con una charla entusiasta.

Caparrós, en el entrenamiento del Sevilla. /EFE
Caparrós, en el entrenamiento del Sevilla. EFE
Equipo Relevo

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El Sevilla ha recurrido a Joaquín Caparrós tras destituir a García Pimienta para reconducir el rumbo de un equipo pálido, de juego gris y una crisis de resultados preocupante. Cuatro derrotas consecutivas han llevado a la directiva a pulsar el botón de 'Eject' y telefonear a su bombero de urgencias, al más sevillista y al que ha demostrado en otras ocasiones saber tocar la tecla y la fibra para despertar a un grupo.

Caparrós fue presentado este lunes y sus mensajes sonaron como si no hubiera pasado el tiempo. Igual que el primero que dio al vestuario y que los medios del club publicaron en sus redes. Cuatro minutos de charla en la que mezcló el agradecimiento, el elogio, la advertencia, el consejo y una banderilla de fuego para acabar.

"Para mí es una gran ilusión volver al Sevilla. Yo soy sevillista desde pequeño y por lo tanto volver aquí, a mi club, es grande. Y cuando me lo pide el Sevilla pues me falta tiempo para estar. Pero yo os he visto todos los partidos, en casa os he visto todos los partidos y luego los de fuera los he visto por televisión. Y siempre lo he dicho también públicamente que el Sevilla tiene una muy buena plantilla. Tenemos que ser un equipo vertical, movilidad vertical y velocidad. Tenemos que jugar en eso porque es la forma de explotar a los futbolistas que tenemos en la plantilla", comenzó diciendo el de Utrera.

Caparrós, nada más llegar, quiso comunicar un mensaje futbolístico claro. Nada de galimatías, un relato sencillo que consiste, básicamente, en ser muy solidarios, estajanovistas en defensa y con un compromiso extremo: "Tenemos que ser competitivos, tenemos que manejarlo, lo tenemos que manejar. Y tenemos que ser un bloque fuerte, un bloque fuerte. Un bloque fuerte que cuando estemos defendiendo digamos, joder, me gusta defender, es que estoy a gusto defendiendo, es que estoy a gusto defendiendo, que los equipos lo vean. Y eso es el concepto de ser solidario, ser solidario, ser solidario. Y el futbolista contra más calidad tiene, más solidario es porque entiende mejor el juego. Y luego como ofensivamente sois un equipo que tiene hoy día el fútbol, el fútbol es oro molido tener velocidad. Y ustedes tienen velocidad, técnicamente es un buen equipo".

Después de la propuesta, llegó la exigencia. O al menos el aviso de que la plantilla encontrará un técnico duro con el trabajo: "Vamos a mezclar todo eso, por eso vamos a ser exigentes. Yo les voy a ser muy exigente. En los entrenamientos no podemos meter tampoco mucha carga porque estamos... No es cuestión de que lleguemos los partidos y estemos... Pero sí que vamos a insistir, exigentes, me van a ver que soy exigente en los entrenamientos porque los voy a exigir en los partidos, pero luego me tienen abierto a lo que quieran. Porque el juego, ese juego que está ahí, es de ustedes, de ustedes. Por mucho vídeo que pongamos nosotros, total, ¿qué hace un entrenador, qué hace un cuerpo técnico? Predisponer a una plantilla, predisponerla, hacerle ver que lo que se está entrenando es lo mejor".

Lo que quiere Caparrós es que sus nuevos chicos remen al tiempo y que se crean el mensaje que acaba de llegar a la caseta. Sólo creyendo se puede llegar al destino: "Y ustedes tienen que creer, tienen que creer, pero no de boca. O sea, en el fútbol, los futbolistas antes de salir '¡Sevilla!'. Todo el mundo fuerte, '¡Vamos a ganar!'. Detrás de eso hay mucho, detrás de ese grito hay muchas cosas y eso hay que transmitirlo luego en el campo. Y si yo estoy cabreado porque a un futbolista no lo ha sacado, se tiene que cabrear con el balón. No con el entrenador ni con el compañero, con el balón. Cabrearse con el balón, porque yo quiero el balón y quiero demostrarle a ese, al entrenador este gilipollas que no me pone, que yo tengo que estar ahí. Y luego llego al día siguiente y lo tengo que poner. Y la suma de todas esas actitudes, de esa actitud, te hace que seamos un equipo. Es todo".

Caparrós, sobre el vestuario.

Caparrós les puso un ejemplo, ante la cara boquiabierta de algunos: "Insisto, en el mínimo detalle, hasta la hora de que te llegue el masajista y te da el agua, hasta bebiendo el agua uno está compitiendo. Tiene que estar compitiendo. Yo no bebo agua por beber, yo bebo agua viendo el partido. Por si tal, le tiro la botella y me pongo a jugar. Y si tengo que hacer siete faltas allí, mejor que aquí. Si la tengo que hacer aquí, mejor que aquí. Por lo tanto, nada más".

El nuevo técnico del Sevilla cerró su charla de presentación con el foco puesto en el Alavés y un punto final made in Caparrós: "Si alguno quiere decir algo, que lo diga. Y si no, vamos al lío. Tenemos un partido precioso. El domingo tenemos un partido precioso. Por lo tanto, tenemos que apretar y fuera. Tenemos que estar pensando ya en el partido del Alavés, llegar lo mejor entrenarlo bien. Y poco a poco. He dicho que no vamos a volvernos locos porque no tenemos tiempo. Hay que disfrutar. Tenéis una profesión que es un lujazo, hostia".