Lo que los datos enseñan del rendimiento de Alejandro Balde y una pista para Xavi
El canterano ha iniciado el curso alejado de su nivel en la parcela ofensiva.
La pasada temporada del FC Barcelona quedó definida por encima de cualquier otra cosa por la enorme jerarquía que mostró su línea defensiva. De ser un equipo volátil, tendiente a perder duelos y sin capacidad de reacción ante ataques de nivel, a echar el cerrojo y ganar muchísimos de sus partidos por un 1-0. Y en este cambio de paradigma hubo un nombre que en verano de 2022 muy pocos contaban con que podría formar parte de este paradigma: Alejandro Balde. De no jugar con el primer equipo a titular. Y en gran medida desde Balde, el Barça de Xavi se pudo narrar.
El canterano emergió con muchísima fuerza. Su físico marcaba diferencias y su concentración, que había sido punto crítico en su etapa en el filial, parecía estar siempre despierta. Su facilidad para corregir, ganar duelos ante extremos habilidosos y sus conducciones potentísimas le permitieron ser titular indiscutible. A mediados de temporada, con un Barça que se desangraba en las transiciones, Xavi decidió situar a un cuarto centrocampista con Gavi partiendo como falso extremo, lo que transformó a Balde en un extremo. Ya no iniciaría abajo, sino que empezaría arriba.
La tarea pendiente de Balde
Este inicio de temporada viene confirmando los puntos en los que el lateral del Barça todavía tiene muchísimo margen de mejora. De entre todos los laterales de LaLiga con un mínimo de 300 minutos, es junto a Jaume Costa y Lekue el único que suma 0,0 asistencias esperadas, además de ser el segundo que menos pases clave (0,15) da por cada 90 minuto según StatsBomb. Los datos contrastan con los del pasado curso, en el que Balde fue el quinto lateral con más xA (asistencias esperadas) de toda la temporada. ¿A qué se debe este cambio?
Lo primero apuntar que la muestra es pequeña, y que las conclusiones que se saquen no son ni mucho menos definitivas, pero sí ayudan a poner en valor qué es Balde a octubre de 2023. El canterano es el tercer lateral que más regatea (1,64) y el que más valor añade (según el modelo de StatsBomb) con sus conducciones. Xavi le ha dibujado un escenario para que sea decisivo en campo rival, con un extremo (lo viene siendo Joao Félix) que acaba dentro y le genera muchos espacios. pero donde Balde marca diferencias no es arriba; sino abajo. ¿Hay que repensar su rol en el FC Barcelona?
Una estructura y una debilidad
El Barça está teniendo problemas importantes para controlar las transiciones del contrario y controlar la altura a la que defiende y a la que fuerza al rival a jugar. Con Joao Cancelo siendo el principal generador desde primera línea, bien sea jugando por dentro o empezando fuera para acabar dentro, a Balde le toca el rol de la amplitud; inicia las jugadas muy arriba y vive abierto, casi como un extremo, lo que deja muy desprotegida la espalda exterior y obliga a largos esfuerzos a los jugadores. Pero el problema de Balde no es de desborde, aunque es evidente que es mejor con espacios, sino de calidad en el pase.
Mientras que Balde es, y podría serlo más, una amenaza tremenda para eliminar presiones rivales al recibir y activar su poderosa diagonal, limpiando así toda la estructura contraria, el sistema actual le fuerza a ser otra cosa para la que su técnica y toma de decisiones todavía no está preparada. Y buena prueba de ello es comprobar que pese a ser uno de los laterales que recibe con más espacio (8,9 metros en cada recepción), apenas está produciendo. Su capacidad para elegir el último pase todavía está lejos de ser élite, domina pocos tipos de centro lateral y eso hace que la mayoría de sus acciones terminen siendo previsibles.
Tiene buenos recursos en parado para ganar línea de fondo y ejecuta bien el tuya-mía para atacar la espalda de su par, pero una vez el espacio ha sido generado todavía está lejos de tener la clarividencia necesaria para ser lo influyente que el sistema del Barça le demanda. Sus centros suelen salir rebotados porque las trayectorias que escoge no van medidas, sino que tienden a ser en línea recta.
Tampoco es un jugador que tenga, de momento, el timing de Jordi Alba. No siente el fútbol de esta forma porque se fía mucho de su capacidad de desborde recibiendo al pie y el Barça (salvo que Lamine Yamal empiece a tener mucho más peso) no tiene un pasador desde ese perfil que lo pueda alimentar. Quizás Joao Cancelo podría ser esa opción. Una vez Balde recibe con tiempo y espacio, Balde tiene que ir añadiendo más recursos a su potencia y cambio de ritmo.
En cambio, donde Balde sí está siendo diferencial es a la hora de ganar duelos. Solo es regateado 0,15 veces por partido y ha ganado el 90% de sus duelos a la hora de enfrentarse a su rival, ambas cifras son de las cinco mejores de LaLiga en jugadores de su posición y avalan su capacidad física para ser diferencial en ese aspecto. ¿Sería mejor idea retrasar un peldaño a Balde para tener a un efectivo extra a la hora de cerrar transiciones? ¿Ante presiones altas se verá al lateral iniciando más atrás para aprovechar su desborde en campo propio? Preguntas que la propia evolución del jugador y las necesidades del equipo irán determinando, pero lo que queda claro es que el margen de mejora de Balde a la hora de entrar en juego en el último tercio es muy alto, y que por poco que progrese, su techo será difícil de predecir.