"Y nos decían que eran excusas..."

El Barça se llevó los tres puntos del Metropolitano gracias a una encomiable actuación defensiva. Los azulgranas hincaron pronto el diente con el tanto de Dembélé y después amarraron la renta gracias al oficio y acierto de la retaguardia, liderada por unos gigantescos Araujo, Christensen y Kounde. La Champions ya no volverá, pero en el vestuario azulgrana no pueden evitar pensar cuál habría sido el desenlace en caso de contar con los citados frente a Inter.

A principios de octubre, un Barça muy mermado por las bajas en defensa dijo adiós a la Liga de Campeones tras caer frente a los italianos en el Giuseppe Meazza (1-0) y empatar en el Camp Nou (3-3). Sin Araujo, Christensen ni Kounde, el Barça exhibió una fragilidad total atrás. No solo por los errores individuales que cometieron, entre otros, Piqué, Eric, Sergi Roberto y Bellerín. Sino también porque la velocidad del uruguayo, danés y francés permite al equipo instalar la línea defensiva muy arriba. Los tres se hartan a ganar duelos y corrigen de maravilla los espacios a sus espaldas. Sin ellos, el Barça volvió a ser un bloque no tan alto como Xavi desea. Eso generó más espacios entre líneas y, por consiguiente, una versión perjudicada de Busquets.

El técnico egarense no quiso recrearse en las ausencias de sus hombres más importantes atrás. De forma pública, Xavi expresó su confianza en Piqué y Eric. Sin embargo, cuando en alguna ocasión apuntó que las lesiones de Araujo, Kounde y Christensen eran estratégicas por la forma de jugar hubo quien lo interpretó como un lloriqueo. A última hora de este domingo, desde el vestuario azulgrana trasladaban a Relevo la incidencia de los tres zagueros en la realidad culé. "Y nos decían que eran excusas...", deslizaban.

Internamente, para el cuerpo técnico fue un drama el alud de bajas en la retaguardia durante el mes de octubre, cuando estaba en juego una parte importante del curso. El staff tiene claro que el 'chiringuito' se desmonta sin la velocidad y oficio de Araujo, Kounde y Christensen. En el Metropolitano quedó comprobado que no era un cuento chino. El Barça necesita la infinita cantidad de duelos a campo abierto que ganan los citados para ser competitivo.

Inseguro porque sufría con muchos metros a su espalda, Piqué tendía a defender cada vez más cerca del área. Su calidad le permitía resolver acciones y no solía salir en la foto, pero el bloque acababa resintiéndose de esa falta de valentía. Eric sí es valiente a la hora de empujar, pero después sufre al espacio ante delanteros rápidos.

Arriba hay talento y contar con Lewandowski es un lujo mayúsculo, pero los técnicos tienen claro que la fortaleza atrás es básica para luchar por títulos. Con Araujo, Kounde y Christensen disponibles, al Barça se le abre un nuevo y más optimista escenario. La pizarra de Xavi aún debe mejorar sensiblemente pero cuando el talento no aflora, los azulgranas ya saben que también pueden ganar bajando al barro.