BETIS - SEVILLA

El polémico derbi del gol fantasma que dividió Sevilla: "Lopera salió a pedir que me dejasen tranquilo"

Carmona Méndez, árbitro de aquel Betis-Sevilla de 1997, Roberto Ríos, Alexis y Prieto recuerdan aquel polémico y vibrante partido.

El bético Bjelica levanta los brazos para reclamar el gol con Prieto y Unzué dentro de la portería./ABC
El bético Bjelica levanta los brazos para reclamar el gol con Prieto y Unzué dentro de la portería. ABC
Samuel Silva

Samuel Silva

La polémica del Real Madrid – Barcelona y ese gol fantasma de Lamine Yamal no fue la primera sobre una acción similar. Si en tiempos de VAR y tecnología llama más la atención que se produzcan situaciones así, años atrás el debate se recrudecía ante la dificultad de analizar ese tipo de jugadas, sobre todo si se producían en un duelo de tanto sentimiento como el derbi sevillano. Así ocurrió el 17 de mayo de 1997, en un Betis – Sevilla disputado en el Benito Villamarín. "Betis y Sevilla empatan con un gol fantasma como guinda final", tituló ABC una crónica firmada por el inolvidable Manuel Ramírez Fernández de Córdoba.

Fue un partido frenético. El Betis llegaba en la zona alta de la tabla y el Sevilla casi con un pie en Segunda. Los verdiblancos se adelantaron en el marcador con un gol estratosférico de Robert Jarni; Prosinecki empató tras un penalti y expulsión de Roberto Ríos sobre José Mari en el minuto 26; Jarni de nuevo y Cañas, éste en el minuto 87, pusieron al Betis 3-1 en el marcador; y, finalmente, Salva y Galván, ambos en la prolongación, establecieron el definitivo 3-3. Pero la última jugada del partido fue una falta en la frontal del área a favor del equipo verdiblanco...

Lo que vino después entró en la leyenda de los derbis y Relevo lo recuerda con protagonistas que vivieron de primera mano todo lo sucedió en aquel momento. Roberto Ríos y Alexis Trujillo por el lado bético, José Miguel Prieto en el bando sevillista y Fernando Carmona Méndez, el árbitro de aquel encuentro, evocan aquellos momentos que generaron tensiones que incluso al final tuvieron que ser aplacadas por Manuel Ruiz de Lopera.

La portada de ABC de aquel derbi.
La portada de ABC de aquel derbi.

"Estábamos en una situación clasificatoria muy buena, ya metidos en la final de Copa, pero eso no quita para que quisiéramos ganar el derbi. Habíamos vencido 0-3 el de la primera vuelta y queríamos más. Éramos mucha gente de la casa y eso se notaba", recuerda Ríos, que había visto la tarjeta roja en el minuto 25 tras cometer penalti sobre el sevillista José Mari. "Como estaba expulsado, el final del partido lo vi desde el túnel de vestuarios y desde allí viví esa jugada final", añade el exzaguero bético. "Todos protestamos al árbitro. Habíamos hecho un gran esfuerzo en el partido, con diez por mi expulsión, también se había lesionado Josete de gravedad. En el minuto 88 íbamos 3-1, nos empataron y luego vino esa jugada", apunta Ríos para justificar aquel tumulto que se formó sobre el árbitro. "Si el partido llega llega a durar 10 segundos más, perdemos. Estábamos muertos, entramos al vestuario que no podíamos más. Había sido un partido de mucha tensión y jugando con diez muchos minutos", añade Alexis, uno de los jugadores capitales de aquel Betis.

Esa última jugada que apunta Ríos fue una falta sobre Cañas que ejecutó Robert Jarni, quien ya había anotado dos goles en ese encuentro. "Fue un balón bombeado y no había sido ni falta", responde rápido Prieto. "De nuestra parte todos decíamos que había entrado y ellos lo contrario. Juan Carlos (Unzué), Prieto… Es complicado, son acciones muy rápidas y muy difíciles de ver en el momento", afirma Ríos. "Estoy muy cerca de la jugada, porque cuando se golpea salgo de la barrera para buscar el rechace de nuestro portero, el balón golpea en alguien y Juan Carlos en un movimiento de agilidad lo saca. Bajo mi punto de vista no entra, aunque no estoy en una posición paralela para observarlo, estoy frontal", comenta Prieto, que en las fotografías aparece hasta metido dentro de la portería. "La jugada era muy complicada, pero nosotros vimos que mucha parte del balón había entrado. Tiró Robert, golpeó en un defensa y luego en el poste, Unzué metió la mano hacia dentro y la sacó, aunque no podría decir si la esfera entera entró. Esa jugada quedará para misterios sin resolver. Nunca hubo una imagen o una cámara que la mostrase bien", asegura Alexis, ahora Team Manager del Betis.

Desde la grada se cantó gol hasta que Carmona Méndez, el árbitro extremeño que dirigía aquel derbi, señaló que la pelota no había entrado y de inmediato el final del partido. "He pitado todos los derbis posibles en España pero un Betis-Sevilla es espectacular. Es diferente, el ambiente de la grada desde el principio, con ese ataúd que se movía por uno de los fondos y el campo repleto", recuerda el exárbitro, que guarda en su memoria su único derbi sevillano. Y, cómo no, esa jugada que lo llevó a salir escoltado del terreno de juego, tras las protestas de todos los jugadores béticos. "Llegó esa acción del gol final. Si el balón entró o no... En aquel momento no existía el VAR con V, era una cuestión del ojo humano el que debía determinarlo. Yo miré a mi juez de línea y lo tuvo claro. Fue una decisión rápida, en ese sentido tienes que confiar en él y asumir la decisión. Tenía una mejor posición que yo para decidir", dice el extremeño para ratificarse en un dictamen que no contaba con el apoyo de la tecnología.

"Si con el gol del Madrid – Barcelona todavía se tienen dudas, con toda la tecnología que tenemos, imagínate en ese momento sin VAR, ni VOR ni VIR. No fue una acción clara que se pudiera determinar gol de manera tajante. Para mí no lo fue, pero ni el árbitro ni el asistente lo podían ver si el balón pasó en su totalidad había mucha gente en medio", asegura Prieto sobre ese colofón a un partido extraño desde el inicio. "Hoy por hoy, aunque sea pocas jugadas las que se producen, en una liga como la nuestra se debería contar con la tecnología, como se hace con el VAR. Aunque se dan pocas son importantes y generan mucho ruido", agrega Ríos con la perspectiva del tiempo y apuntando a ese déficit que aún existe hoy en LaLiga.

Carmona Méndez, escoltado por la policía.
Carmona Méndez, escoltado por la policía.

Pero la polémica no acabó con el pitido final. Si Carmona Méndez enfiló los vestuarios protegido por la policía y por el delegado bético, el mítico Rogelio Sosa, las protestas continuaron en las entrañas del Villamarín. "Lopera bajó para hablar con el árbitro", recuerda Ríos, después de que en el Betis se entendiera que la pelota había rebasado la línea y que se tendría que haber concedido el cuarto tanto. "Se ha cargado el partido en dos minutos", dijo el expresidente a los medios nada más acabar el partido. "Estuvo esa particularidad de lo que pasó con él, que tristemente ha fallecido recientemente. Pero no fue a mayores", expone Carmona Méndez, que incluso desvela que el propio Lopera le facilitó la salida del estadio: "También tengo que decir que se portó bien, fue todo un caballero y salió a pedir a la afición que me dejase tranquilo. Había como un centenar de aficionados agolpados en la puerta del estadio esperándome, pero no pasó nada".

Las reacciones de los protagonistas aquel día también fueron dispares. Desde el enorme enfado de Lorenzo Serra Ferrer, el entrenador verdiblanco, a las palabras de jugadores sevillistas que entendieron que el balón no había entrado. "Creo que ha sido gol y todo el mundo o ha podido ver. Ha decidido una decisión arbitral. No sé por qué el árbitro ha dejado toda la responsabilidad en el linier cuando estaba a diez metros y tendría que haber decidido por sí mismo", señaló un enojado Serra en la sala de prensa. "En cuanto a esa jugada polémica, creo que el balón no entró totalmente, por la referencia que tenía de la raya", apuntó Unzué en la zona mixta de un partido que quedó para el recuerdo por esa última jugada.

El derbi regresa este domingo al Benito Villamarín. Casi 27 años después de aquel intenso partido del 3-3. "No soy muy de recordar esas historias, pero de vez en cuando surgen en la conversaciones y aquel derbi fue muy bonito de vivir. Fue una experiencia increíble", dice ahora Carmona Méndez, que entonces acabó en el foco de los béticos por aquel gol fantasma que todavía hoy genera controversia entre los protagonistas que lo vivieron en Heliópolis.