Descifrando la mejor posición para Mbappé al lado de Vinicius
Todo se encamina a que los blancos jueguen en un 4-4-2 en el que ya han trabajado este curso.

Existió un momento no tan lejano en el que todo señalaba la urgencia por parte del Real Madrid, casi como una necesidad vital, de firmar a Kylian Mbappé. La relación entre futbolista y club estaba desnivelada, truncada por el poder aterrador de quien con 19 años ya asombró en un Mundial. Todo se agravó entre 2019 y 2021, periodo en el que el Real Madrid ganó menos y en el que Vinícius parecía un jugador de una galaxia distinta a Mbappé, una que nunca lograría alcanzar. En 2024, el Real Madrid ha ganado su segunda Champions en tres años, firmando dos dobletes (Liga y Copa de Europa) y con un Vinícius catapultado al Balón de Oro. El juego ha cambiado. Y el encaje, al que uno imaginaba de forma servil hacia las necesidades del francés hace unos años, tiene ahora distintos juegos de poder.
La realidad es que el Real Madrid se ha estado preparando para acometer este fichaje durante tiempo. Tanto por sus intentos frustrados como desde un plano táctico y futbolístico, modificando su estructura de tal forma que la ausencia de Mbappé parecía en realidad una presencia sin forma, como un vacío al que dar su espacio para que cuando se llenase, el cambio fuese menor. El paso del 4-3-3 con Valverde de extremo diestro como contrapunto al talento y desborde de Vinícius en su ala opuesta al 4-4-2, primero en rombo con Bellingham en la punta y después como volante izquierdo ya daba una pista certera a qué imaginaba Ancelotti para su Real Madrid: un equipo más flexible, expansivo y dinámico.
El camino de Vinicius que moldea la llegada de Mbappé
Pensar en Mbappé en el Real Madrid es hacerlo en Vinícius. La imparable evolución del brasileño en los últimos años ha modificado por completo el encaje de Mbappé, incluso su status en el equipo, porque de mejor jugador del mundo indiscutible a pasado a estar mucho más cerca de Vinícius (siendo este dos años menor) de lo que nunca lo estuvo. Lo primero, es que Ancelotti ha transformado a ese extremo encarador, como un especialista que necesita la repetición constante en sus acciones para darle forma, en un jugador global, redondo. Este curso es el del Vinicius delantero, de haber pisado zonas interiores con mayor asiduidad y, por lo tanto, de ser un jugador mucho mejor que el de hace un año.


Mbappé va a disfrutar, presumiblemente, de los minutos de Rodrygo en el Plan A. El francés comparte con el brasileño el gusto por combinar en espacios reducidos, por recurrir al compañero en la frontal. "Necesita mucho balón, es muy bueno en ataque posicional porque es muy listo moviéndose, explota muy bien cada espacio", explica a Relevo un ex miembro del staff del PSG que ha estado con Mbappé. Con Luis Enrique, Kylian ha sido tanto un 9 como extremo izquierdo, y en ambos casos el francés ha tenido movimientos similares, cayendo en el pico del área para asociarse o buscar su disparo favorito.
Lo lógico es pensar que Ancelotti partirá de una foto fija en la que Vinicius estará más abierto y Mbappé más centrado, pero que esta posición inicial no es nada más que una formalidad, algo que se hará añicos una vez la pelota eche a rodar. Como con Rodrygo, la relevancia no reside en el dónde, sino en el cómo. Las interacciones que nazcan entre ambas estrellas deberán estar jerarquizadas y alimentas por un tercero, que por cercanía será Bellingham pero que encontrará en la ausencia de Kroos un vacío difícil de reemplazar. Sin él, una forma de entender el juego habrá desaparecido para siempre, y el Real Madrid multiplicará su capacidad para imprimir ritmo sin alguien que lo regule.


Jugadas como la de arriba conforman el Signature move del francés: conducción, diagonal y disparo. Lo mejor es la variedad de recursos que maneja para la misma acción, pudiendo buscar el palo largo o el corto, recortar o ganar línea de fondo, pues su cambio de ritmo en espacios reducidos es su arma más letal: no hay defensor que aguante su primer paso en carrera.


Apareciendo en zonas de remate como 9, Mbappé es un fuera de serie. El francés no es un delantero centro si por ello entendemos a un jugador que fije y esté siempre con los centrales, pero cuando juega allí no existen demasiados jugadores que sean mejores que él, por lo que es, sin duda alguna, uno de los mejores 9 que hay en el mundo. Arrancando desde 25 metros más atrás, su potencia en carrera le permite llegar al área pequeña en un abrir y cerrar de ojos, transformando una zona sin amenaza en el epicentro donde todo el peligro se condensa.
Más allá de posiciones, zonas o relaciones, el Real Madrid firma a un jugador que empujará al resto a zonas desconocidas. ¿Cómo defender la profundidad ante dos de los mejores jugadores que se desmarcan? ¿Cómo organizar el sistema de ayudas con tantos focos que las reclaman y que no parten de un único punto detectable? Se entra en un espacio desconocido para el resto de equipos y para el propio Real Madrid.