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El 'Djukic' gallego que trajo a Pellegrini a España: "Aquella portada ['Estás despedido, Manolo'] la hizo un pseudoperiodista que escribía al dictado de la voz de su amo"

Suso Martínez fue central y director deportivo del Valencia y ahora es íntimo del técnico chileno del Betis: "Morirá el día que deje de entrenar. Tiene ofertas y no quiere selecciones sino el día a día"

Jesús Martínez, 'Suso', atiende a Relevo en su casa de Valencia. /
Jesús Martínez, 'Suso', atiende a Relevo en su casa de Valencia.
Alfredo Matilla

Alfredo Matilla

Valencia.- Jesús Martínez Rivadeneira (Cangas de Foz, Lugo, 1947), más conocido como Suso, lo ha sido todo en el mundo de fútbol. Fue central internacional que conoció la gloria con el Valencia de Kempes, que llegó a ganar una Liga en los años 70 y que hizo carrera en Argentina, donde se nacionalizó. Luego formó tándem como secretario técnico en Mestalla, en tiempos de Paco Roig, fichando jugadores para Luis Aragonés, con el que se recorría Europa en coche para ver candidatos, o para Parreira, al que siempre recuerda pintando en sus ratos libres. Allí hizo amistad con Jorge Valdano, con el que comparte ese gusto por la charla. Pero a lo que se ha dedicado en este siglo es, sobre todo, a ser la sombra y el consejero de Manuel Pellegrini. Él, que ha sido intermediario, Llaneza y Poletti se encargaron de traerlo al Villarreal.

Desde entonces ha sido más amigo del chileno que otra cosa. Estuvo muy cerca de él en el Real Madrid —donde recuerda con pelos y señales su ilusionante llegada y su abrupta salida—, le acompañó a China, le siguió de cerca en el Málaga y en la Premier —en el City y en el West Ham— y ahora, cada poco tiempo, se presenta en Sevilla para darle aliento. A unas horas de un nuevo derbi andaluz con el Betis como favorito, nos recibe en su casa en el centro del Valencia. Y escucharle equivale a un Máster.

¿Por qué le recuerda actualmente más la gente: por su etapa como futbolista, como secretario técnico o por su rol como agente o intermediario?

Muchas veces digo que pasé por todos los estamentos del fútbol. Todos. Empecé a jugar a los siete años al baby-football que se llamaba en Argentina, donde emigraron mis padres. Se jugaba en pabellones de basket con piso de parqué. O sea, llevo casi 70 años vinculado de un modo u otro a esto. He sido director deportivo y directivo a la vez. Después trabajé con un gran amigo mío que desgraciadamente falleció, el representante Alberto Toldrá. Dejé el fútbol a los 33 años, empezamos a trabajar juntos y estuvimos 10 o 12 años codo con codo. Después ya hicimos caminos diferentes. Puedo ser más o menos listo, lo puedo hacer mejor o peor, pero que a mí no me tienen que contar nada de todo lo que esté vinculado con un vestuario o con un despacho. He visto de todo y he pasado de todo. Cada uno me recordará por una cosa. Si es que me recuerdan [risas].

¿Y por qué le gusta a usted que le recuerden más?

Ahora, más como ciudadano de Valencia que como un exfutbolista. Frecuento tertulias, voy a restaurantes porque me gusta comer o cenar todos los días fuera de casa, tengo reuniones de amigos... El fútbol hasta se ha quedado ya al margen. A otros personajes de mi época se les recuerda solamente por el fútbol, porque no tienen una vida social así. Ante todo me gustaría que me recuerden por lo personal. Son 60 años viviendo en esta ciudad, en pleno centro. El que me quiera buscar me encuentra. A mí me molestan muchísimo los aduladores. A veces te da miedo hasta dar las gracias porque alguno se te engancha y no te suelta... A mí me gusta que me recuerden mis vecinos.

Con esos diferentes roles a lo largo de su carrera, ¿de cuál ha disfrutado más?

De futbolista, no. He sufrido. He sido un privilegiado porque no tenía ninguna condición genética para jugar al fútbol. Hoy haría cosas que no se hacen dentro de los equipos y le daría importancia a lo psico-físico. Algunos dicen que al fútbol se juega con los pies. Y yo pienso 'qué torpes'. Decir eso es lo mismo que creer que al ajedrez se juega con las manos. Es exactamente lo mismo. Al fútbol se juega con la cabeza. Si no tenés cabeza... Y pongo siempre como ejemplo a Pellegrino, el central. Fue un fenómeno que no tenía ninguna condición. No era rápido, no era fuerte de cabeza, no era nada. Y jugó 20 años como profesional. Me lo traslado a mí y te digo exactamente lo mismo. O sea, yo físicamente era muy pobre. Kubala, que me entrenó, me definió muy bien: decía que era muy inteligente, y creo que es verdad ya que veía el juego por donde iba, pero que tenía unas carencias físicas tremendas.

Para los que no le hayamos visto jugar. ¿A qué defensa actual se podría parecer?

A Djukic. En todos los aspectos. Yo lo traje al Valencia cuando estaba de secretario técnico.

¿Qué le queda de Galicia y por qué se quedó a vivir en Valencia?

Tengo una hija que vive en Argentina. Y voy bastante allí por ella y los hijos y porque hago colaboraciones con clubes de mi ciudad, de Mar del Plata, donde me crie. Tengo unos scouting que mando de vez en cuando y que supervisan jugadores potenciales que podrían venir a jugar a España. Entonces a Galicia, desde que se murió mi abuelita, la mamá de mi madre, dejé de ir. A veces me daba la sensación, por la personalidad del gallego y viendo a mis primos, que cuando iba no me veían con muy buena cara. Después llegué a la conclusión de que se creían que iba a buscar la herencia [risas]. Se pensaban que había uno más a repartir. Los pueblos son como son...

Dígamelo a mí que soy de La Mancha profunda.

Me fui a la Argentina porque en el 47 mis papás emigraron por pobreza y por miseria. Yo tenía 15 meses. En Mar de Plata pusieron una casa de comidas, que por cierto, no sé si ganaban mucho dinero, pero que tenía una fama extraordinaria. En el 68 mi madre se quedó viuda, pobrecita, y éramos tres hermanos. Entonces me firma el Valencia y me traigo a mi madre, pero nunca se adaptó. Se volvió. Luego hablamos de los futbolistas que vienen de fuera y queremos que a los dos días ya estén adaptados... Aunque su caso es diferente porque lo tienen todo. Ser emigrante es muy duro. Ahora hay una corriente migratoria de los países de Sudamérica hacia España muy grande. Y en ese aspecto Valencia es racista.

¿Sí?

Fue muy rica toda la vida con el arroz y la naranja. Y no necesita nunca más. Ya lo ve, todos los grandes descubridores son extremeños, vascos, de cualquier lado, menos de Valencia. No hay un Pizarro o un Hernán Cortés. Todos los descubridores son de donde había miseria y hambre, y fueron a buscar. Al valenciano no le gusta que venga el inmigrante. No es una tierra solidaria con el inmigrante.

Suso Martínez y la relación de Pellegrini y el Madrid.

Volvamos al fútbol. Dígame un central de ahora que le tenga enamorado.

Mire, de esto discuto con mis excompañeros y la vanidad llega a unos límites... Lo que juegan hoy al fútbol estos muchachos es increíble, nosotros... Dicen que si se entrenaba distinto, que si las botas eran distintas, que los campos eran no sé qué, que el balón era de no sé cuánto.... Nosotros éramos tuercebotas al lado de estos chicos y de las cosas que hacen y del modo que juegan. ¡La técnica que tienen! Claramunt es el único jugador que yo, en cincuenta y tantos años que llevo en este tema, creo que era de antes, durante y después. Ahora, los demás... Es que si miramos la velocidad a la que se juega, por ejemplo, no hay ni comparación. Me acuerdo de Manolo Velázquez en el Real Madrid. Fue un número 10 que era una institución de aquella época. Pues lo de Pedri... Velázquez tenía que nacer siete veces para hacer lo que hace Pedri. Y así te diría en todos los puestos. Es tremendo.

"Nosotros éramos unos tuercebotas al lado de los jugadores de ahora. Los mejores con los que jugué fueron Kempes, Valdez y Claramunt. El mejor al que vi: Di Stéfano. El mejor en contra, Cruyff"

¿Ser internacional es lo mejor que le ha pasado o se queda con haberse mantenido 10 años en el Valencia e incluso ganar una Liga?

Hombre, lo máximo que le puede pasar a un futbolista es ir con su selección. Para mí fue muy importante. Siempre tuve lesiones musculares. Nada de ligamentos, ni meniscos, ni nada de eso. Nunca. Pero muchas lesiones musculares. Y alguna, traicionera. Tengo cuatro internacionalidades, seis incluso contando la Sub-23. Y podrían haber sido muchas más. Eso sí, reconozco que mucho más grande fueron los 10 años de Valencia y los dos, que mucha gente no sabe, en el Levante antes de que llegara Cruyff.

¿Y Argentina le tentó?

No, yo era español-español. Fíjese si lo era que cuando circulaba lo del Imperio en el que no se ponía el sol a España sólo le quedaba una colonia que se llamaba El Aaiún y tuve la mala follada que me tocó ir allí cinco meses a la mili porque a los de mi letra les tocó aquel lugar. Después, a través de un convenio, me iba a Las Palmas y a Tenerife a entrenar. Con Argentina nunca tuve una posibilidad.

Usted jugó con estrellas como Kempes, pero también con leyendas como Iribar. ¿Cuál fue el mejor futbolista con el que ha jugado?

Con Di Stéfano en el año 70. Vino a entrenar al Valencia con 41 años o 42 años. Ya había dejado el Elche y Boca. Se ponía con nosotros de portero, pese a que teníamos a Abelardo, y era el mejor. Se ponía de central y era el mejor. Todo lo hacía distinto en cualquier posición. Era un fenómeno. Pero de aquella época, Kempes fue el más grande. También Valdez, que se nos fue la semana pasada, y Claramunt.

¿Y el mejor rival?

El mejor, desgraciadamente, porque lo sufrí, fue Cruyff. Yo tengo fotos con él en las que siempre estoy detrás. Siempre le veía el número a Cruyff. Y eso es muy mala noticia para un defensa.

Con 77 años, y aunque le veo en plena forma, ¿está ya jubilado o sigue en primera línea?

Sigo, sigo. Superviso cosas en esta nueva experiencia que he cogido hace uno o dos años en Argentina. Prácticamente estoy jubilado, y mi hijo está cogiendo un poco el testigo de mi trabajo. Viajo a ver fútbol, pero no con la intensidad de antes.

¿Ganó suficiente dinero como futbolista para vivir sin preocupaciones o lo que se ingresaba entonces no es comparable con lo de estos días y da hasta un poco de rabia?

Ése es otro de los grandes temas que hay a debate. En el año 74, por un error burocrático de un directivo del Valencia, quedamos 20 jugadores libres en el Valencia. Mi ficha de esa época era de 1.750.000 pesetas. El piso donde yo vivía, que compré recién llegado, valía 1.250.000 pesetas. Es decir, con mi ficha anual podía comprar un piso y medio. Luego Djukic y compañía, en el año 94, ganaban 100 millones de pesetas por año y resulta que no podían comprar un piso en la calle Colón, la mejor de todas. Con eso no compraban ni la casita de los perros. El dinero que ganábamos en aquella época era bastante más de lo que ganan ahora. Le hablo de los jugadores de clase B. Si te vas a la clase A, con Messi, Cristiano y todos estos, es distinto. Claramunt ganaba 4 millones en el año 72 y con eso comprabas media Plaza del Caudillo. Pasieguito ganaba 170.000 pesetas por año en el año 47 y entonces, en esa misma plaza, las casas costaban 50.000 o 60.000. Hubiera comprado tres pisos por año. Después me explicás qué es lo que ha pasado.

Lo hago ya. ¿Qué ha pasado?

No lo sé. Nosotros, en mi familia, pusimos un pub, y mi señora en aquella época abrió una casa de tiendas de niños. Y no sé de qué modo, pero el dinero se va gastando y gastando... Y yo digo: '¿Cómo se va así el dinero?'. Pues lo tengo muy claro: lo de que se gana más ahora que antes es mentira.

He leído que no le gusta que le digan que es el agente de Pellegrini. ¿Qué es entonces?

Yo le voy a explicar. Hace veintipico años tuve un gran trato con José Manuel Llaneza, al que presumo de haber conocido. Lo hicimos gracias a un club como el Villarreal donde había y hay un gran líder como Fernando Roig padre. Llaneza fue el gestor de este gran Villarreal y Fernando Roig hijo lo consolidó y ha aumentado ahora su potencial. Cuando empezaron, yo hacía muchas cosas, y junto a Llaneza trajimos al Villarreal a Palermo, Riquelme, Forlán y a todos los jugadores sudamericanos de aquella época. Con errores y aciertos. La cosa funcionó y fue creciendo. Como decía Paco Roig en el Valencia: 'Si traemos a Romario, después van a querer venir jugadores que hoy no podríamos ni atacar'. Y podía ser en parte verdad, aunque con Romario hacías un pozo. Pero con el Villarreal no pasó. Los fichajes dieron empaque y el club fue creciendo. Y entonces, en mis viajes a Argentina, Poletti, un gran amigo con el que trabajé mucho, me habló de Pellegrini cuando el Villarreal justo estaba buscando un entrenador. Y entones le dije 'flaco, cómo puedo hacer para localizar a Pellegrini'. Él me contó que ya lo quiso llevar a México el año anterior y que estaba en San Lorenzo. 'Vamos a verlo', me animó. Y le llamamos para comer.

¿Le conocía de antes?

No. Yo no conocía a Manuel personalmente ni nunca había hablado con él. Sabía de él por lo que había hecho en Ecuador, lo que había hecho en Chile, en San Lorenzo, en River.... Entonces le propusimos el nombre a Llaneza y le pareció bien, así que nos juntamos Poletti, Pellegrini y yo en Buenos Aires. Ahora que hablo de Llaneza… Era un personaje.

¿Y eso?

Fue un futbolista muy malo, tremendamente malo. Y no hacía falta que lo dijera él, porque yo lo veía. Pero pasó por todos los estamentos de los clubes y sabía mucho. Era el más completo. Llaneza tenía mucha ilusión con Pellegrini y Manuel quería venir a Europa. Se dio la operación y fueron cinco años exitosos, extraordinarios. Y desde entonces estamos juntos. Llaneza fue quien lo hizo posible. Y hablando de él, por cierto, un día fuimos a ver un jugador a Brasil que yo le quería mostrar, Marcos Assunção, y cuando estábamos viendo el partido en cuestión dijo 'Jesús, no quiero a este, prefiero a este otro'. Era Marcos Senna. Fíjese si tenía vista. Tenía mucha intuición. Llaneza había jugado con tierra de chico, y eso es muy importante porque no todo el mundo lo ha hecho.

Siguiendo con Pellegrini. Supongo que surgió la amistad más allá de lo profesional.

Exacto. Vas haciendo una relación. Cuando llegas a un país que no conoces, es importante el calor. Lo que hablábamos antes de los emigrantes. Empezamos a vernos. Su señora en ese momento trabajaba y entonces él estaba solo en España. Hicimos una relación muy estrecha, muy grande, y hasta hoy.

¿Qué le cautivó de él?

Va por delante del resto. Yo trabajé con los mejores técnicos que pueda haber de aquella época. Kubala, Di Stéfano, Parreira, Luis Aragonés, Valdano... Pero es otro nivel. A Cousillas, que es su hombre de confianza, le puedo decir más cosas que a Manuel. Con él opino menos por una razón muy sencilla: si resulta que lleva 21 años en España, entrenando al Villarreal, Real Madrid, Málaga y Betis, entrenando durante 12 años en Europa con estos clubes, es que siempre lleva razón... ¿Para qué debatir con él? [Risas]. A mí me gustaría que Guardiola o Mourinho, o todos esos, hubiesen entrenado al Málaga y a equipos así e hicieran lo que ha hecho Pellegrini con ellos. Bueno, hoy el Villarreal es un equipazo; el Honved del año 40. Hacer lo que ha hecho es... Me acuerdo en el Manchester City...

"A mí me gustaría que Guardiola o Mourinho o todos esos hubiesen entrenador al Málaga y a equipos así e hicieran lo que hizo Pellegrini con ellos"

¿Qué pasó?

Txiki Begiristain le dijo, 'Manuel, toma tres años de contrato, pero hay que ganar tres títulos'. Y efectivamente ganó tres títulos.

Suso, junto a una foto en la que sale jugando contra Cruyff.
Suso, junto a una foto en la que sale jugando contra Cruyff.

En el Madrid no los logró.

No ganó y eso que hubo récord de goles y récord de puntos aquella temporada... Pero mire, justo estaba ese Barcelona imbatible de Guardiola y le superó. Manuel es una persona espectacular. Hay dos cosas en la vida: una te la da el pupitre y otra te la da la calle. Manuel tiene un 60 o un 70% de pupitre y 30% de calle. Yo soy totalmente al revés. Y está claro que triunfa el método de él. Un día puedo tener un arranque y decirle cosas, siempre desde la amistad, pero normalmente le digo poco porque siempre acierta.

¿Dónde hemos visto la mejor versión de Pellegrini?

Yo he visto un Villarreal muy bueno. Tenía a Cazorla, Pires, Riquelme, Forlán... Ya se estaba gestando lo que es hoy ese club. Una máquina a la que se le caen los goles. Donde más hizo fue en el Málaga, que ahí fue cuando trajo a Isco y tenía a Cazorla. Le gusta jugar con dos medios ofensivos siempre. Ahora en el Betis pues una vez se le van 14 jugadores, otra se le van 16, la otra vez se le van 18... Formar parejas en el fútbol, que es donde yo creo que está el éxito, es lo más complicado y si te van cambiando todos los años de esa manera la plantilla... El mérito es mucho más importante ahora.

¿Fue en el Real Madrid donde sufrió más?

¿Sabe en lo que sufrió...? Pues que tanto con Valdano, como con Txiki, como con Ramón Planes, con Mario Husillos o con Antonio Cordón, con todos los directores deportivos que ha tenido Manuel, hubo una gran relación, y en la época de fichar en el Madrid fue un poco la más compleja para él. Valdano era un pararrayos, pero su comportamiento exquisito no fue el mismo con él desde la planta noble. Es una gran persona. No hubo ningún conflicto, pero la cosa empieza el primer año de la pretemporada y había que jugar en Alemania partidos amistosos y... En ese momento había dos o tres jugadores del Madrid que estaban en la rampa de salida [se refiere sin decirlo a los Robben, Van der Vaart y compañía...], pero que seguían en el equipo con el resto. Y Manuel se los llevó a todos a Alemania. Y cuando fue a formar el once que él consideraba para un amistoso, en ese momento le dicen desde Madrid que no puede ponerlos porque estaban intentando venderlos. Pero bueno..., mientras estén, seguían siendo jugadores del Madrid... Por eso, entiendo yo, no gustó que Manuel dijera, con su personalidad, algo así como 'haré lo que yo considere'. Aquello me parece que fue lapidario. Y eso que no quería molestar a nadie; era por defender sus principios y sus valores por el bien de todos y para fortalecer la credibilidad ante la plantilla. El ego y la soberbia de algunos no lo podían consentir. ¿Pero sabe lo mejor de Pellegrini?

"En el Madrid Manuel defendió sus principios y sus valores por el bien de todos y para fortalecer la credibilidad ante la plantilla. Peo el ego y la soberbia de algunos no lo podían consentir"

Dígame.

Que no se le caen los grupos. Nunca. Una vez me dijo un gran técnico de otro gran técnico: 'Ese no es buen entrenador'. Y yo le decía: '¿Pero cómo no lo va a ser?'. 'No, porque nunca ha tenido una crisis', resumió. Si vos como técnico no pasaste una crisis, no tenés ni puta idea de lo que es ser técnico. El técnico es bueno cuando tiene crisis, como la de Pellegrini con Riquelme, o en este caso en el Real Madrid... Y sin embargo, a Manuel nunca se le rompió un vestuario. Y la gente lo ve. Cuando se fue del Madrid, las encuestas internas señalaban que el 77% de los socios aprobaban su gestión.

¿Cómo se fragua su fichaje por el Real Madrid?

Por sus actuaciones. Había futbolistas en el Villarreal que, a mi juicio, no podían jugar ni locos. Y llegó el subcampeonato de Liga, las clasificaciones para Europa, aquella semifinal de Champions... Y un día lo firma el Real Madrid y entonces me dice: '¿Te acuerdas cuando me criticabas porque ponía a este o al otro? Pues que sepas, Jesús, que por todos esos muchachos que tú decías que no valen para nada ahora estamos aquí'. Menuda lección de vida de la madre que lo parió. Ves que uno no tiene ni idea.

¿La primera llamada del Madrid se la hacen a él o a usted?

No... Yo tenía amistad con Jorge Valdano, que lo había tenido aquí en el Valencia como entrenador. Me imagino que habrían hecho una evaluación, qué sé yo, y ahí está.

Es curioso que mantuviera usted una buena relación de amistad con Valdano porque el Valencia lo destituyó después de aquella alineación indebida en El Sardinero...

No tiene nada que ver una cosa con la otra. Esa relación no se rompió. Ni mucho menos. Y se lo explico con un ejemplo con Paco Roig, que como pasa siempre cuando se busca el éxito en el fútbol, y no eres un profesional de esto, ponía el carro delante de los caballos. Los éxitos de Paco no eran hoy o mañana; él los quería ayer. No entendía muchas veces que esto llevaba un proceso. Como lo que hablábamos antes del Betis. Entonces claro, Valdano tuvo una frase muy desafortunada que después la usaron muchos y era verdad: un día nos elimina Las Palmas en la Copa, que entonces es como si el Conquense elimina a un Primera, o como a Manuel le pasó con el Alcorcón, y dijo que era una "derrota útil". Y eso fue un golpe muy duro para Roig. Entonces los resultados no acompañaban. Son cosas que pasan. Yo, por ejemplo, tiré a Héctor Núñez y yo había llegado al Valencia gracias a él. Me trajo de Racing de Avellaneda por una gira que hicimos por aquí y tras jugar el trofeo Costa del Sol. Héctor Núñez trabajaba para el Valencia y me fichó. Héctor era mi amigo y mira. Y con Jorge lo mismo.

¿Pellegrini habla del Real Madrid con orgullo o como una espinita clavada?

Él ama el Real Madrid, ama a la ciudad y ama el club. Su club, después de donde él está trabajando, es el Real Madrid. Pero le dolió mucho que en un año no hubiera una charla entre Florentino Pérez y Manuel Pellegrini. Luego tienen una relación correcta. Se ven en los campos de fútbol y ya está. Pero es duro que un presidente y un entrenador no hablen, que el dueño de la fábrica no hable con el gerente es complicado.

"Manuel ama al Madrid. Pero fue duro que un presidente y un entrenador no hablen, que el dueño de la fábrica no hable con el gerente"

¿Usted llegó a tener alguna conversación con Florentino Pérez?

No, nunca.

¿Estaba cerca de Pellegrini en esa época en Madrid o su relación era a distancia como ahora?

Sí, yo siempre he estado ahí. Ahora voy a Sevilla cada 15 días a verlo a él y a ver partidos. Fuimos a Braga hace poco en la Conference. Y a Leganés. Siempre estoy cerca de él.

¿Qué pensó el día que amanece y ve una portada de Marca en la que ponía 'Estás despedido, Manolo'?

Me acuerdo perfectamente de aquella portada y me acuerdo que la hizo un pseudoperiodista que obedecía y escribía al dictado de la voz de su amo.

¿Lo dice por el que era su director entonces, Eduardo Inda, o por quién en concreto?

No digo nombres. Por respeto y educación no voy a decir lo que pienso del que hizo eso. No me gustan los personajes siniestros y que hacen daño.

Portada de Marca con Manuel Pellegrini como protagonista.
Portada de Marca con Manuel Pellegrini como protagonista.

¿Cuánto le dolió aquello a Pellegrini?

Supongo que la procesión va por dentro. ¿A quién no le va a molestar una cosa así? Seguro que le habrá hecho mucho daño aquella portada. Pero cuando yo a Manuel le hablo del personaje, alguien que se vende al mejor postor aunque no sea el mejor, pues todo se entiende. Ese pseudoperiodista hablaba al dictado de la voz de su amo.

¿Pensó llevar a Pellegrini alguna vez al Valencia?

En el fútbol son muy difíciles las fechas. Que estés tú libre, que el club necesite entrenador... Pellegrini está loco con Valencia. Cuando estaba en el Villarreal, durante cinco años, venía a Valencia y cenábamos aquí una o dos veces por semana. Conoció lo que es Valencia y el club, por supuesto. Pero nunca se dio.

Igual ahora no le apetecería tanto...

No sé. Pues mire, he ganado más de una apuesta y fíjese que no sé ni con quién la jugué... El Valencia no baja porque, quitando los seis o siete primeros de la tabla, e igual ni eso, el Valencia tiene mejor plantilla que el resto y tiene jugadores muy buenos o tan buenos como esos. Tenía y tengo claro que no baja. Es que yo me pregunto: ¿Cómo haces para formar hoy en el Valencia una delantera con Rep, Diarte y Kempes como teníamos nosotros? Es imposible. Primero, por el tema famoso del Fair Play, que se ha demostrado que es una estafa. El Barça ha hecho lo que le ha salido de ahí y el Levante, por ejemplo, pobrecito, quería firmar a dos jugadores con las cartas de libertad que costaban 200.000 euros y nos les han dejado... Las barbaridades que hacen con Real Madrid y Barcelona no las hacen con el resto. Salvo ellos, todo lo demás es poca ropa que le llamo yo. El Betis quería comprar a no sé quién, y no pudo por la norma del 1:1. Venga, hombre... Yo, para hablar de estas cosas, siempre pongo el fenómeno más grande que he visto en el fútbol español, que es Ángel Torres.

¿Por qué?

¿Por qué? Porque es un crack. El mismo Rayo también, ojo. El Getafe recibe 70 u 80 millones entre atípicos, entradas, televisión y demás, Torres se va a un presupuesto de 30 o 40 millones y todos los años 20 o 30 millones a la pera. ¿A qué presupuesto va el Rayo? ¿Cuánto tiene de gasto el Rayo? Siempre menos que lo que ingresa. Este Torres llegó a la conclusión de que no puede llegar a más. ¿Cómo alcanzas al Madrid, al Barcelona o al Atlético? Lo tiene claro y no engaña a nadie. A mí me hace gracia lo de las palancas. La primera que se hizo en el fútbol español es la que ha hecho LaLiga por 2.800 millones. Lo de CVC por 50 años. Yo estuve tres años en China y no podía ver un partido de LaLiga allí, ¡ninguno!, y dicen que venden el fútbol por todos lados... Si vendieran tanto no haría falta lo de CVC. Tú no puedes vender, con todos los respetos, un Cádiz-Valladolid o un Mallorca-Getafe por ahí. ¿A dónde lo vas a vender? Descapitalizaron deportivamente a los equipos. A ver si usted conoce un equipo después de los seis de arriba, uno que haya comprado un jugador por 10 millones de euros. Haga memoria.

...

No piense más. No lo hay. Esto qué espectáculo es entonces. Si vos no llevas buenos artistas, buenos cantantes, buenos tanques... ¿quién va a ir al teatro? ¿Quién?

Suso Martínez y las ofertas de Pellegrini.

Pese a que Pellegrini no pudo ir al Valencia, seguro que habrá tenido alguna oferta desconocida que no pudo fructificar...

Pero... ¡Claro! Si le muestro ahora mismo una de Arabia se asusta. Y bien reciente [del Al Nassr de Cristiano]. El año pasado. Manuel ha tenido y tiene muchas. Te llaman, no oficialmente, intermediarios que trabajan para Levy en el Tottenham, y otros para otros clubes como la Roma, por ejemplo. Oficialmente no hay. Pero indirectamente, ofertas tiene. Y muchas. Manuel tiene 70 o 71 años...

Eso le iba a decir. ¿Le queda mucha cuerda o ya, con su edad, está pensando en dejarlo?

Se morirá el día que deje de entrenar. No quiere selecciones. Me llaman periodistas de Chile y me preguntan. Y yo les digo: '¿Pero qué creéis que necesita de mí para ir a Chile…?. ¿Ustedes creen que yo le hago falta para eso? Manuel conoce a todos los dirigentes. Pero no le gusta el trabajo de selecciones. Le gusta el día a día.

¿Qué tal le ve en el Betis?

Muy bien. Eso es muy grande. Manuel le tiene un amor especial al Betis y a su afición. Le veo muy contento donde está. Y no sólo por todo lo que rodea al club, sino por toda la gente de la ciudad de Sevilla. Es como cuando el Málaga. Igual que tiene que haberle hecho mucho daño la famosa portada esa de la que hablábamos antes, ésa en la que decían que se tenía que ir, el hecho de que le hayan hecho una rotonda en Málaga y que en Sevilla no pueda andar por la calle porque le adoran es muy grande. Se ve que en Sevilla hay más gente del Betis que de Sevilla. Entonces también está un poco borracho de éxito. Yo le digo: 'Manuel, pierdes tres partidos y te tiran al Guadalquivir'. Y, sin embargo, esa adulación los entrenadores la necesitan, se alimentan de eso. Porque es muy grande para ellos ese reconocimiento. Aun así, Manuel es muy tranquilo, siempre tiene los pies en el suelo y va a lo suyo. En este parón ha vuelto a Florencia para un homenaje a Giuseppe Rossi, aquel delantero tan habilidoso que jugaba en el Villarreal, y ya de pasó fue a ver esos museos que tanto le gustan.

"Pellegrini está un poco borracho de éxito. Yo le digo: 'Manuel, pierdes tres partidos y te tiran al Guadalquivir'. Está feliz y encantado con Isco. Qué compromiso. Perdió 7 u 8 kilos"

¿Qué le dice de Isco?

Bueno, bueno... No tiene palabras. Isco siempre fue muy bueno, pero el compromiso que tiene en este momento con el Betis es... Yo no he visto una cosa igual. ¡Lo que está corriendo ese muchacho! Tan bien es cierto que cuando tú lideras un ejército pobre, como en las películas de Cromwell y todos esos, el jefe se hace más grande. Y él se siente jefe de ese equipo. La responsabilidad es de él y ahora este Antony le está ayudando mucho. Pero lo de Isco es asombroso. Y es una satisfacción también personal para Manuel por haber apostado por él cuando había fracasado en Sevilla, porque llevaba casi un año sin jugar... Su compromiso y el respeto que le tuvo a la profesión es digno de alabar. Perdió 7 u 8 kilos.

Toca derbi. ¿Cómo lo ve?

Ya he vivido alguno. Pellegrini no le pudo ganar nunca al Sevilla con el Betis. Y eso que lleva dos o tres años que parte como favorito. El Sevilla se ha reforzado muy bien. Y le digo una cosa, y por favor que no se confunda lo que digo, porque de racista no tengo ni un pelo...

Tranquilo.

Desde mi época estamos esperando a que África despierte. Llevo 30 o 40 años escuchando que un equipo o una selección africana va a ser campeona del mundo. ¡30 años! Y eso es porque Weah destacaba mucho. Y nunca ha pasado. Pero hoy, si no tenés tres o cuatro jugadores de raza negra no haces nada. Es un complemento excepcional y si trabajas bien lo psico-físico, cuidado. Si no pones cuatro en tu equipo, malo. Y el Sevilla tiene siete, ocho o nueve y un poder físico grande. Como el Villarreal.

A su Valencia, pese a que también tiene este tipo de jugadores físicos que dice, no le va tan bien. ¿Le duele verlo donde está?

Me duele pero lo comprendo. Tenía que venir un fondo americano... ¿Por qué cree que al City le va a costar una barbaridad volver a hacer lo que era? Porque hoy, por más que tengas dinero, no tenés jugadores. Los jugadores no se fabrican como cuando haces tornillos. Al Valencia lo veo como LaLiga ha querido que sea. Yo me acuerdo que para tener a Rep, Diarte y Kempes, como le decía antes, nadie se quedaba sin cobrar en el club. Y estuve 10 años. Siempre ha habido problemas y la deuda histórica y, aun así, todo el mundo cobraba. Pero entonces los directivos avalaban. Hoy, como es LaLiga la que te tiene que autorizar, vos querés atacar a Romario y ni lo podrías comprar. Y si quieres comprar a jugadores así como Keita y otros importantes en su época no te los dejan comprar. Entonces, yo admiro al chino [por Peter Lim], como al del Udinese [Pozzo]. Si el Valencia tiene la suerte de no bajar, pues de lujo. ¿Qué vas a hacer? Si querés competir con Tyson, por más que quieras, no podés. Si no tienes capacidades, ¿para qué te vas a gastar una fortuna para nada?

¿Cree que Lim venderá pronto?

Buff. He estado en Inglaterra cinco o seis años, siempre acompañando a Manuel, en el City y el West Ham, y entonces veía que se vendía el Chelsea por 7.000 u 8.000 millones. O el Manchester United por 8.000. Estos aquí en Valencia no saben el patrimonio que tienen. Los valencianos, digo. Quieren que alguno lo compre por 50 millones, o que se puede hacer con 100 o 200. ¿Pero ustedes están bien de la cabeza? ¡Pero si eso vale sólo la plantilla! O un jugador de la plantilla.

¿Cuánto vale entonces?

Yo decía que valía 1.000 millones por lo que veía por Europa y por el mundo. Y un día un amigo mío que fue directivo dice 'no, Jesús, estás equivocado, no vale 1.000 millones'. Y pensé, 'otra vez a tocarme los cojones…'. Y me respondió, 'no, no, es que vale entre 1.200 y 1.400 millones'. ¡Eso sí! Pero no le va a ser fácil encontrar el comprador, aunque haya 300 o 400 millones que son de deuda a 20 años. Aun así, quedan 700 u 800. Ese campo vale una fortuna y la ciudad deportiva, también. Juan Bautista Soler, con el que también coincidí, llegó a decirme que el Valencia no valía más de 300 millones. Nadie entiende lo que de verdad vale... De hecho, el dueño va diciendo ahora que quiere unos 500 millones para él.

Lo que vemos los que estamos fuera es que se hace difícil, por no decir imposible, dirigir un club desde fuera... ¿Cuánto hubiera aguantado alguien como Luis Aragonés en esta situación?

¿Qué sé yo? Trabajé con Luis un año y pico. Tuvo la fortuna de encontrar en el camino a tres o cuatro veteranos periodistas que tenían amistad con él. Yo vi a los chicos jovencitos que veían a Luis y se cagaban vivos, temblaban. Luis jugaba con tres en el fondo [defensa] y éramos un desastre. Y le digo: 'Luis, ¿no te parece que sería mejor jugar con cuatro?'. Fue tajante: 'No, Jesús, no, mi sistema es innegociable'. Bueno, vale, vale... Se fue de aquí, va al Mallorca y empieza a jugar con cuatro. Y va a la Selección y juega con cuatro. Y luego yo lo veía y le decía '¿no era innegociable tu sistema?'. Luis decía lo que tenía que decir en cada momento. Dependía de si le perjudicaba o le beneficiaba. Éramos muy amigos, cuñas del mismo palo. Yo le repetía, 'mira Luis, somos parecidos, y yo hago más que tú de todo lo que dices que haces; a mí no me tienes que contar la milonga que tú le cuentas a todos estos muchachos que toman café con leche y ensaimadas'. ¡A mí qué me vas a contar! Él vendía un producto que le iba bien, lo de 'mírame a los ojitos' y todos esos rollos. Me preguntaba usted, ¿qué pensaría Luis de todo esto del Valencia? Bueno, pues depende.

¿Es verdad que se hicieron algunas operaciones en el Valencia que Aragonés no quería como las de Romario o el Piojo López y que, a veces, hubo que ir hasta casa del míster para convencerle?

Mentira, mentira y mentira. Además, como veo que usted se atreve a hacerme esa pregunta y veo que está bastante informado, se lo explico gustosamente. Un día estábamos en un restaurante, Aragón 58, Paco Roig, Luis Aragonés y yo. Y otro, no me acuerdo si Pedro Cortés. Entonces Paco, que quería hacerse grande demasiado pronto, le dijo: 'Luis, hemos pensado en traer a Romario; ¿qué te parece a ti?'. Y el entrenador respondió: 'Presidente, tráigalo, aunque sea para pasearlo por la Gran Vía del Marqués del Turia, tráigalo'. Luego, cuando las cosas se torcieron, dijo que él no lo quería. Mentira. Y otra, otra...

Suso Martínez, sobre Isco.

Adelante.

Acudí al Sudamericano en Mar del Plata. Y fui a ver a Argentina, que jugaba con estos tres atacantes: Ortega, Crespo y Piojo López. En un restaurante de aquí a la vuelta, que se llama Los Enfemades, vamos a cenar a mi regreso y le digo 'Luis, el Valencia no tiene dinero para los tres, pero yo me quedaría con Ortega y López y los podíamos traer'. Ortega era más popular que López. Y al otro día me dijo 'Jesús, me han dicho que el Piojo no es delantero'. Y le fui muy claro: 'Mira, Luis, me puedes decir si te han contado si es bueno o malo, pero lo único que es el Piojo es delantero; no sabe hacer otra cosa que correr y patear, correr y patear, correr y patear'. Bueno, pudimos traer ese Ortega y trajimos al otro luego. ¿Qué pasa? Luis tenía a Griffa en Argentina, que era el asesor espiritual que tenía, a quien él consultaba. Y Griffa, pobre, que tenía bastante más años que yo, estaba pasado. Y le dijo que no era delantero. Y ahí se me hinchó el ojo. No tenía otra virtud que la de ser delantero. Aún recuerdo cuando Luis y yo salimos en coche de Valencia y pasamos por Portugal, Francia y Alemania para ver jugadores y, cuando llegamos a casa de nuevo, me dijo 'Jesús, ficha a quién quieras, pero yo no me muevo más de aquí". Así era él [risas]

¿De qué fichaje está más orgulloso?

Piojo López. Luego, los grandes. Por ejemplo, Mazinho fue un fenómeno.

¿Y alguno que estuviera a puntito a puntito de fichar y no se pudo cerrar?

No me recuerdo de alguno en concreto. Yo me fui porque le dije a Paco Roig que lo de ser cuñadísimos como somos [están casados con dos hermanas] nos estaba perjudicando. Le dije: 'No sé si yo a ti o tú a mí'. Y se quedó en el club Subirats, mi mano derecha. Y en ese momento creo que estuvieron a punto de traer ellos a Cristiano Ronaldo. Fueron a Lisboa y lo intentaron. No sé muy bien cómo fue el tema, pero por ahí anduvo. Y fíjese, me fui del club y a los cuatro meses se tuvo que ir Paco.

Para terminar: ¿tiene alguna perla desconocida por ahí que vaya a dar que hablar pronto?

Ahora soy más especialista en detectar a los que no valen que a los que valen. Valdría una fortuna para un club. Antes te mandaban para ver y firmar a un jugador. Ahora tenían que enviar a un especialista para no firmarlo porque importa mucho todo lo que rodea al jugador y mantener una vida ordenada. Hoy, las direcciones deportivas tienen un 33% de honestos, un 33% de deshonestos y un 33% de indocumentados con desconocimiento de la materia. Aprietan un botón y el Big Data les dice que el jugador que quieren tira siete córners por minuto, 75 centros por partido y que corre no sé cuánto. Se ha perdido la naturalidad. Hay robots que firman jugadores. A Pellegrini, por poner un ejemplo del que hemos hablado mucho aquí, le gusta lo de siempre, el cara a cara y la naturalidad, aplicado todo a las nuevas cosas que aparecen en el fútbol. Pero estas cosas no se han apoderado del personaje. Él tiene su estructura sólida intelectual. Fue campeón en todos lados y en todos sitios logró los objetivos por algo.