Dorado recuerda la presión tras salir del Real Madrid mientras espera un trasplante de médula: "Dicen que vas a ser la leche... y a lo mejor no"
El exlateral repasa una carrera que comenzó en el Madrid y finalizó en Mallorca. Hace dos años le diagnosticaron cáncer.
![Javier Dorado supera a Overmars en un partido entre el Real Madrid y el Arsenal. /GETTY](http://s3.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202404/12/media/cortadas/dorado-arsenal-getty-RHdCq1lZe9b2aRLfYmRE3BJ-1200x648@Relevo.jpg)
La de Javier Dorado (Talavera de la Reina, Toledo, 1977) no es la historia de un futbolista que un buen día se encuentra por casualidad con el triunfo. Sabe bien lo que es ganar, pero también conoce el pico y la pala, el peso de las puertas que hay que tirar abajo y generar demasiadas expectativas. Lo tenía todo para jugar en la élite, como así hizo, pero nada en abundancia para instalarse en la aristocracia, la misma que da portadas y ocupa marquesinas.
Su carrera nació en la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid pero su crecimiento tuvo que buscarlo fuera. "Yo no iba a poder jugar en el primer equipo ni de broma", dice a Relevo con la naturalidad de conocer lo imposible. Su posición estaba localizada en los dominios del mejor del mundo: Roberto Carlos. Con el brasileño compartió temporada, habitación y Copa de Europa (la Octava). Una licenciatura de un año que le habilitó para aprender en Salamanca, frustrarse en Vallecas, sonreír en Gijón y lamentarse en Mallorca con una lesión de rodilla que le partió su credibilidad sobre el verde y le abrochó la carrera. Hoy, Dorado vive en Palma y juzga sus recuerdos con distancia mientras se focaliza en la empresa más importante. Hace dos años le diagnosticaron cáncer y está esperando un trasplante de médula.
Para el que te tenga la pista perdida. ¿Por dónde anda Javier Dorado?
Vivo en Mallorca. Aquí terminé mi carrera como futbolista y acabé echando raíces.
¿Sigues vinculado al fútbol?
Tengo tres hijos que juegan al fútbol y estoy con ellos, entreno con ellos pero a nivel de fútbol base. En la Salle, de Palma, es un equipo de un colegio. Este año llevo unos juveniles y también unos alevines.
Te picó el gusanillo del banquillo.
No, bueno, a mí me gustan los peques y disfruto con ellos. Al final es recordar lo que he vivido en el fútbol y el ambiente del vestuario que uno conoce desde niño.
¿Cómo empezaste en el fútbol?
Yo empecé en el pueblo, en Talavera, de pequeñito. Mi hermano mayor jugaba. Comencé en el barrio y luego pasé a algún equipo de la ciudad. De los cinco hermanos que somos, cuatro chicos y una chica, el único que jugaba al fútbol era mi hermano mayor. Era mi ídolo, le seguía en todo.
¿Y de Talavera directamente al Real Madrid?
Porque me convocaron con la selección de Castilla-La Mancha. Y en el Campeonato de España de selecciones territoriales el Madrid me ve jugar y me ficha.
¿Cómo fue ese primer contacto?
Uno de los ojeadores del Real Madrid estaba allí y cuando acabó el partido pidió el teléfono de mis padres. Llamaron a casa la semana siguiente para decir que me tenía que ir a la capital, que se habían fijado en mí e iban a hablar con nosotros por el tema de mi incorporación. Y así fue. Con 15 años me fui a vivir a la pensión que tenía el club en Recoletos.
![Dorado, en 1999, en un partido con el Madrid. IGNACIO GIL](http://s3.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202404/12/media/cortadas/dorado-real-madrid-U23122715582xIa-406x720@Relevo.jpg?cw=300&ch=533)
Menudo cambio. ¿Qué tal en la pensión? Si las paredes hablaran...
(Risas) El cambio fue muy grande. Con 15 años, dejar una ciudad pequeña para irte directamente a Madrid fue un contraste. Pero la ilusión de fichar por un club con tanta grandeza y buscar tu sueño hace que merezca la pena. El ambiente era muy chulo. Yo creo que en mi época éramos 32. Veníamos de todos los puntos de España y todos más o menos con las mismas circunstancias. La mayoría éramos de algún pueblo pequeño, se habían fijado en nosotros y estábamos ahí viviendo. Jugábamos en diferentes equipos, pero buscábamos lo mismo. Todos muy jovencitos. Teníamos 15, 16, 17 años... Estando fuera de casa se convierten todos un poco en familia. Guardo bastantes amigos de aquella época.
¿Como quién?
Uno de mis mejores amigos, que además fuimos compañeros durante tres años, fue Alberto Rivera. Luego estuve con Álvaro Benito; César, el central que jugó en el Zaragoza; Meca; con Mista también tuve mucha amistad...
El ambiente era tan bueno en ese grupo de adolescentes que estaban solos en Madrid que, imagino, más de una vez alguien os tuvo que atar en corto. ¿Quién era la figura que os ponía firmes?
Uf. Mira, me acuerdo de mi primer entrenador, Ramón Mesón, que además de ser un buen técnico, era una buenísima persona. Y luego en la pensión teníamos un señor que era como nuestro padre, que era el que nos cuidaba, el que nos... El que hacía que estuviésemos a las horas. Era el señor Goñi. Él era el que hablaba con nuestros padres, el que nos daba permiso para ir, o no, a pasar el fin de semana fuera. Era un trabajador que ponía el Madrid. Vivía con nosotros. Y luego, claro, nuestro jefe era don Vicente del Bosque. Llevaba todo, supervisaba todo.
¿Qué normas teníais?
Nosotros vivíamos en una pensión en la que existía la orden de que a las nueve de la noche se cerraba con llave. Nadie podía salir de allí a partir de esa hora. El señor Goñi nos llevaba a la pensión, él hacía el recuento de todos los chicos que estábamos allí. Y si querías ir a casa un fin de semana te tenía que dar permiso Del Bosque.
"Llegué a Madrid con 15 años y viví en la pensión que tenía el club en Recoletos. Éramos como 32 chicos. Echaban la llave a las nueve de la noche; nadie podía salir desde esa hora"
Casi como en la mili.
Sí, sí, algo parecido. Además, nos controlaban mucho el tema de las notas. Si sacabas malas calificaciones no te dejaban ir de permiso. Controlaban todo para que llevásemos una cierta seriedad. Al final todo esto te ayuda a que estés centrado, te inculcan valores como la responsabilidad, el compromiso... Al final eso luego lo pones en el campo, ser profesional al máximo.
¿Siempre fuiste lateral izquierdo?
No, no. El Madrid me ficha como lateral, pero yo jugaba de delantero o de medio.
¿Y cómo acabas en un puesto que no era el tuyo y, además, haciendo carrera ahí?
Lo que pasó es que justo ese partido con la selección de Castilla-La Mancha, en el que estaba el ojeador del Madrid, fui lateral. Ellos me vieron ahí y me quedé ya en la banda. Yo no era muy rápido y tampoco era muy grande. Recuerdo que en esa selección había dos delanteros muy rápidos y muy grandes. Entonces, el entrenador dijo: 'Bueno, a ti, como tienes buen toque, te voy a probar de defensa, que igual en salida de balón ahí podemos mejorar'. Y mira, por la visión de ese entrenador que pensó en esto me salió la cosa redonda. Si hubiese jugado a lo mejor de delantero, el Madrid no se fija en mí.
Hay accidentes que marcan el destino. Sucedió un poco eso en tu debut con el primer equipo. Semifinales de Copa, contra el Valencia en Mestalla. Menuda plaza para estrenarse como titular del Real Madrid.
Los debuts no se olvidan, pero es que el mío... Yo de vez en cuando subía a entrenar con el primer equipo. Y no sé si Roberto Carlos estaba lesionado o no le habían convocado. En principio, le iba a sustituir Rojas, pero un par de días antes se lesiona. Entonces, el día que subo a entrenar, Toshack viene y me dice que me vaya preparando. Al verme un chavalillo, él me quiso preparar para que lo asimilara progresivamente. 'Dile a tus padres que vas a jugar', me soltó. Y fui titular. El 9 de junio de 1999. Pero fue un partido raro. Nos metieron un 6-0. Era aquel Valencia de Mendieta, el Piojo, Angulo... Eran aviones. Y pronto, en la primera parte, nos expulsan a Redondo. Fue duro y difícil. Pero yo sinceramente creo que estuve más o menos bien.
¿Con un 6-0?
Sí, pero a pesar del resultado el club me felicitó. Por eso decía que este debut no es fácil de olvidar. Es un recuerdo muy bonito, pero a la vez un poco fastidiado. Que te metan seis en el Madrid...
"No es que yo fuera malo o regular, es que delante tenía a una bestia como Roberto Carlos. Se portó muy bien conmigo... y a veces compartí habitación con él"
Conociste de forma abrupta la presión y la exigencia de ese club.
Es cierto que aquello tuvo una repercusión... Y hubo mucha tensión en el público, con periodistas. Fue enorme. Pero al final, no sé si por la inocencia o por qué, el ser joven o la ilusión del debut no me hizo pensar tanto como si me hubiese sucedido en la madurez. Si me pasase ahora le daría mucha más importancia, me afectaría más, pero en ese momento no me afectó tanto. Obviamente los primeros días fueron duros, pero la inexperiencia me hizo pasar mejor el trago. Siempre intentando mejorar y cambiar todo.
Lo hemos pasado por alto, pero te hizo debutar Toshack. ¿Cómo lo recuerdas?
Pues me acuerdo que él no traía prácticamente cuerpo técnico, el preparador físico hacía casi de todo. Un tipo peculiar, cuando las cosas no van bien al final lo llevaba todo a su terreno, pero yo tengo un buen recuerdo. Al final fue quien me hizo debutar en Primera y me dio salida para ser profesional. Es verdad que después de tener una carrera y muchísimos entrenadores... Sí, es verdad, era un entrenador bastante peculiar.
Tuvo roces con un vestuario en el que había muchos gallos...
Yo ya en la 1999/2000 subo al primer equipo y sí es cierto que fue una época rara. Las cosas no iban bien en LaLiga y al final en este tipo de situaciones, pues no es sencillo. Pero yo, un chaval, en un vestuario de tanta figura, siempre me sentí arropado. Desde el primer momento.
¿Hubo algún veterano que te acogiera bajo su ala?
En general todos. Pero luego, claro, tienes tus predilectos. Para mí Fernando Redondo era un espejo y un ejemplo a seguir, porque era una maravilla. En el vestuario y como profesional. Me identificaba un poco en todo. He pasado por muchos equipos profesionales y como él, pocos. Pero lo que decía, fue una temporada rara, acabaron echando a Toshack y entró Del Bosque.
En ese vestuario estaba Anelka. ¿Tan mal se llevaba con la gente?
No, lo que pasa es que no encajó mucho. La gente le quería, pero no sé si por su manera de ser, por la prensa, por el idioma. Siempre iba rodeado de su gente. No es que fuera un ambiente malo, pero...
![Dorado, en un entrenamiento con Anelka. MIGUEL BERROCAL](http://s3.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202404/12/media/cortadas/dorado-anelka-realmadrid-U22745654001gHv-406x720@Relevo.jpg?cw=300&ch=533)
En ese año no jugaste prácticamente nada.
Pero fue un año muy bonito para mí. Aprender de esa gente. A un futbolista le gusta jugar, pero entrenar con ellos te sirve para mucho, para toda la vida. Jugué un poquito en la Copa, en Liga algún minuto. Disfruté esa temporada. La cuestión no es que yo fuera malo o regular, es que delante tenía a una bestia como Roberto Carlos. Sigue siendo el mejor lateral que he visto en mi vida y aún no lo he vuelto a ver repetido. El nivel que tenía... Era imposible. Luego tuve la suerte de que conmigo se portó muy bien. Incluso a veces compartimos habitación.
¿Podías dormir?
(Risas) Era un tío muy divertido y nos llevábamos bien. Él sabiendo en todo momento que yo era un chico que jugaba en su posición y que estaba aprendiendo. Algún consejo cayó. Yo lo único que hacía era abrir los ojos y mirarle con cara de asombro con cada cosa que hacía y decía. Y luego, pues nos llevábamos la Play y jugábamos al FIFA o al Pro. ¡Siempre se cogía a sí mismo y se reía con esos pasitos que daba el muñeco cuando iba a tirar una falta! Fue un buen año y acabó mejor. Con la Octava.
Y contra el Valencia.
Sí, parecía cerrar un círculo. Fue un final de temporada bonito después de venir de unos meses extraños. Mal en Liga, en Champions tampoco parecía la cosa... Luego se enderezó y el equipo en Europa comenzó a dar otra cara. Y se consiguió el título. Imagínate, pero apenas pude celebrarlo.
¿Y eso?
Pues que justo comenzaba la Eurocopa Sub-21. Me convocaron y nada más llegar a Madrid tuve que viajar. Fui a Cibeles, pero pude saborearlo poco. Me fui con España y muy bien. Quedamos terceros, con la espinita de quedar en esa posición sin haber perdido un solo partido. Nos clasificamos para los Juegos Olímpicos. Fue un verano bueno...
Que acaba con el inicio de tus cesiones. ¿Quieres que te cedan o te ceden?
No, no, me ceden. Yo, lógicamente, no tengo sitio, porque estaba Roberto Carlos. Y también uno lo que quiere es intentar jugar. Estaba claro que yo en el Madrid no iba a jugar ni de broma. La idea fue buscar una cesión. Y salió la posibilidad de ir al Salamanca. Fue un año de aprendizaje.
Uy, eso suena a eufemismo.
Al principio me costó mucho. Venía de un año y medio casi sin jugar. Y empiezo a notar presión de venir del Madrid. Como que a lo mejor las expectativas de la gente... Se piensan que por venir del Madrid vas a meter goles, vas a defender, vas a hacer todo. Dicen 'este chico va a ser la leche'. Y a lo mejor no. O a lo mejor sí, ¿eh? Al final termino jugando 34 partidos, que es lo que buscaba, tocar el fútbol profesional. No fue un año muy bueno a nivel deportivo porque se buscaba un ascenso y no se obtuvo.
Hay presión en el Madrid y hay presión por llegar a un equipo tras haber salido del Madrid. ¿Cómo te afectó eso a nivel mental?
Es duro. Al final estás hablando de que tienes 19 años, un chico muy joven. Estás todavía sin hacer, sin experiencia. A lo largo de los años, cuando ya has visto que todo ha pasado, te das cuenta de muchas cosas. Y a lo mejor yo no he sido el mismo jugador cuando estaba en el Madrid o cuando estaba en Salamanca que cuando he tenido 27 años, que llevaba ya 300 partidos. Al final uno se asienta, uno tiene las ideas más claras. Personalmente a lo mejor puedes estar más centrado. Son muchas cosas que a veces no se valoran. Y das por hecho que si un jugador viene de Madrid o Barça… Las expectativas. Esto a un jugador le puede afectar. O que no entres bien en un vestuario. O que el público, por lo que sea, te empieza silbando y tú no tienes la misma confianza que en otro equipo. Es que son muchas cosas.
"En el Madrid, los canteranos teníamos charlas sobre la presión. Tuvimos una sobre periodistas. Recuerdo la de Valdano, nos dijo que nos iban a dar caña"
¿Todo esto lo viviste tú?
Sí, claro. Además, mi fichaje por el Salamanca fue un poco raro. Hubo cosas por detrás del club. Antes de fichar ya se me empezó a poner como que yo quería ir a otro sitio y no quería ir a Salamanca. Entonces, la gente ya de entrada como que no me aceptó. Entré un poco así. Pero la verdad es que mentalmente siempre he sido muy fuerte y no me afectó. Recibimos muchísimas críticas. Y la gente… Muchas veces dicen 'ah, este era muy malo' y tal. Bueno, pues puede ser. Pero al final hay gente a la que le gustas, hay gente a la que no, hay gente a la que le da más o menos igual. Yo siempre he intentado no hacer mucho caso a esto. Es verdad que cuando éramos jóvenes, en Madrid, teníamos charlas.
¿De qué tipo?
Charlas sobre la presión de los periodistas, la presión de este mundo. Pues con entrenadores, por ejemplo. Recuerdo una que tuvimos de Valdano, que nos cogió a los chicos de la cantera y nos ayudó mucho. Nos decía que si queríamos ser jugadores de fútbol, profesionales, teníamos que intentar estar al margen de la crítica, de los periódicos, de todo, porque nos iban a dar caña. Y al final... Es verdad que siempre hay algún periodista al que le gustas menos y siempre veías que iba a por ti, o que te ponían siempre a parir. O aunque lo hicieses bien, siempre para alguno lo hacías mal. Y claro, si tú al final estás un poco pendiente de esto y te afecta... pues es difícil. Es difícil porque sí que te llega. Yo siempre he intentado estar un poquito al margen, sabiendo lo que soy y sabiendo cómo jugaba. Sé que hay gente a la que le gusta el color rojo y hay gente a la que le gusta el color negro. Pues esto yo creo que es un poco lo mismo. Hay gente que a lo mejor le encantas y le pareces el mejor jugador del mundo y otra que piensa que es que no sabes ni dar al balón.
Y de Salamanca a Gijón. Otra cesión. ¿Otro mundo?
Futbolísticamente el mejor sitio, donde más me han querido y donde mejor he jugado. Todo va relacionado. Estás a gusto, te dan minutos, incluso jugando algún día mal ves que tienes la confianza del público, de los entrenadores… Y se junta que vienes de un año con 30 partidos jugados, tienes más experiencia, estás más rodado.
![Dorado, en el Rayo, contra Zidane. GIL-IGNACIO](http://s2.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202404/12/media/cortadas/dorado-zidane-rayo-U14085827135Cxb-406x720@Relevo.jpg?cw=300&ch=533)
¿Por qué no se prolonga la cesión?
Bueno, el Sporting estaba en Segunda y a mí todavía me quedaba una temporada más firmada con el Real Madrid. Así que vuelvo y sale la posibilidad del Rayo, que estaba en Primera. Y me ficha. No fue un buen año. El equipo desciende, yo en Vallecas tampoco terminé de jugar mucho. El entrenador era Fernando Vázquez y luego llegó Lopetegui. Como veía que iba a seguir la cosa igual, y como el Sporting me quería en todo momento, llegamos a un acuerdo y volví a Gijón. Fue donde conseguí más estabilidad, donde mejor me sentí en el fútbol.
¿Quién era el entrenador en aquel Sporting que te fichó?
Marcelino García Toral. Muy bueno y muy cañero. Siempre lo ha sido. Saca del jugador el máximo, fueron mis mejores años. Pero es que luego es una persona muy cariñosa, muy cercana y eso para un jugador es importante. Los tres años que estuve disfruté, sin duda.
¿Por qué la aventura duró sólo tres años?
Económicamente en aquel momento el Sporting estaba regular. Y desde el club intentan que a lo mejor algún jugador se vaya por el tema de fichas. Yo me hubiera quedado en Gijón. Pero surge la opción del Mallorca, de volver a jugar en Primera, me hacen una oferta y el Sporting está totalmente de acuerdo. Y decidimos venir para acá.
![Dorado, en su presentación con el Sporting. PALOMA UCHA](http://s2.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202404/12/media/cortadas/dorado-presentacion-sporting-U30253402386Sag-624x385@Relevo.jpg?cw=780&ch=481)
¿Cómo era aquel Mallorca?
Lo entrenaba Manzano. Era un muy buen Mallorca, con Güiza, El Caño Ibagaza, estaba también Jonás Gutiérrez, Moyá… Estuvimos a punto de jugar Europa, se metió el Racing por nosotros. Y yo bien, pero también fue corto.
¿Qué pasó?
Llegué y entre problemas físicos y que jugaba de vez en cuando... Pero el año siguiente, que era una temporada importante y parecía que podía participar con mayor regularidad, jugamos un partido contra Osasuna en Pamplona y me rompí la rodilla. Ahí se acabó todo.
"En el Sporting disfruté del fútbol. En Mallorca, bien hasta que me rompí la rodilla. Estuve dos años sin jugar, no renové y nadie quiso ficharme; no se fiaban"
¿Tan grave fue la lesión?
Las lesiones al principio parece que son muy duras, pero con el tiempo te recuperas. Sin embargo, estuve dos años sin jugar. Tenía ficha, pero no jugué. Y luego ya… No tuve la posibilidad de renovar con el Mallorca.
¿Y nadie te quiso fichar?
No encontré equipo. Cuando un jugador de fútbol profesional cumple 30 años y tiene una rotura de rodilla, a los clubes les cuesta ficharte. No se fían. El problema que tuve es que no llegué a jugar. Si después de la lesión en Mallorca hubiese participado en algún partido, alguien podría haberlo visto y hubiera tenido la oportunidad de, no sé, ir a Segunda División por ejemplo. De haberse dado eso, pues a lo mejor habría seguido en el fútbol. Pero como no llegué a jugar...
¿Cómo es ese día en el que tomas la decisión de retirarte?
Es difícil. Más que dejar yo el fútbol es el fútbol el que me deja. Porque si te ves que no das más de sí, que estás en un momento en el que tu nivel no es el que te gustaría y para no hacer ningún desastre decides dejarlo, bien. Pero yo tuve la posibilidad de fichar por un par de equipos y por el tema de la rodilla no se fiaron. No encontré nada y lo tuve que dejar.
![Dorado, en un entrenamiento con el Mallorca. MALLORCA](http://s2.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202404/12/media/cortadas/dorado-entrenamiento-mallorca-U20346206057jfy-624x385@Relevo.jpg?cw=780&ch=481)
¿No tuviste un intento de vuelta con el Atlético Baleares dos años después, en 2011?
Pues mira, la cosa fue así. Llevaba dos años sin jugar e hicieron una liga de fútbol profesional de exjugadores. Yo la jugaba y me vio el Atlético Baleares. Me dijeron: '¿Pero por qué no estás jugando si estás para jugar? Y justo el entrenador era Gustavo Siviero, el ex del Mallorca. Me propuso: 'Si quieres hacemos la pretemporada y si te encuentras bien, te quedas en el equipo'. Hice la pretemporada, me encontré perfectamente. Ese año fuimos campeones el Segunda B y estuvimos a punto de subir a Segunda.
Un oasis después de tanto revés por la lesión. Entonces, ¿por qué no continúas y cuelgas las botas definitivamente?
Hubiera seguido jugando, la verdad. Lo que pasa es que el Baleares quiso hacer otra vez cambios de un montón de jugadores y no decidieron contar conmigo. Y una vez que decides dejarlo totalmente, bueno, al principio como que te quitas un peso de encima. De presión, de que quieres disfrutar de la vida y tal. Pero cuando llevas un tiempo sin tocar fútbol, sin estar dentro, se hace duro. Sobre todo, encontrar tu sitio de después del fútbol porque llevas toda la vida haciendo una cosa, desde pequeñito no has hecho nada más, y de repente terminar…
Necesitas ubicarte en el mundo.
Exactamente. Es lo más duro. Tienes que plantearte todo porque no dejas de tener treinta y pocos años, te queda toda la vida por delante, hay que buscar trabajo…
¿Cómo ha sido tu vida desde entonces?
En su día monté un negocio en Talavera con mi familia y luego en Mallorca mi mujer y yo tenemos un par de empresas, nada que ver con el deporte. Tenemos parques infantiles. Cuando me retiré los montamos y con el negocio, encantado. Ahora llevo dos años fastidiado, me diagnosticaron cáncer. Hace seis tuve uno y me curé. Y hace justo dos años volvió a reproducirse.
¿Se vio en alguna revisión o notaste algo?
En una de las revisiones los marcadores salieron alterados, decidieron no ponerme nada porque estaba todo controlado. Pero tuve como unas anginas, me pusieron antibiótico y al ver que no se me pasaban, fui al especialista. Me hicieron una biopsia y demás y las pruebas revelaron lo que se temían, me dijeron que tenía que empezar con la quimio.
"Hace seis años tuve cáncer y me curé. Y hace dos se reprodujo. Estoy a la espera de un trasplante de médula. Hay días que lo llevas mejor, y otros peor, pero con optimismo. Si no, no haríamos nada"
¿Sigues con las sesiones de quimioterapia?
Sí, voy los miércoles y jueves. Ahora estoy a la espera de un trasplante de médula, ahí estoy luchando.
¿Tienes fecha?
Bueno, estamos a la espera de que se organice todo y poder hacerlo cuanto antes.
¿Y tú cómo estás?
Ya te digo, gracias al deporte y al fútbol creo que mentalmente somos personas muy, muy, muy fuertes. Eso me está ayudando bastante a llevarlo. Ves a la gente que te da ánimos, aunque tampoco lo vas contando mucho, no quieres dar pena. Cuando sufres enfermedades como esta, encuentras mucho apoyo. Hay momentos que lo llevas mejor, y otros peor, pero con optimismo. Si no, no haríamos nada.