ALAVÉS-REAL SOCIEDAD

El drama personal de Dalibor Stevanovic que a punto estuvo de apartarle del fútbol: "Los primeros meses no podía respirar"

Hace dos años, el que fuera futbolista de la Real y ahora entrenador del Lausanne-Ouchy perdió a su mujer por culpa de un cáncer fulminante.

Dalibor Stevanovic junto a su hijo en la final de la Eurocopa 2024 en la que España se impuso a Inglaterra ./Relevo
Dalibor Stevanovic junto a su hijo en la final de la Eurocopa 2024 en la que España se impuso a Inglaterra . Relevo
José Luis Lorenzo

José Luis Lorenzo

La conversación fluye por los cauces normales de un encuentro, digitalmente hablando, entre un periodista, que comenzaba a dar sus primeros pasos en la profesión, y un futbolista que llegó en esa época a la Real Sociedad. Lo hizo con apenas 21 años siendo un proyecto de estrella en Eslovenia. Las típicas preguntas de cómo ha ido la vida, de que si no has cambiado mucho, de que si tengo más canas, de que ahora soy entrenador: "Ahora estoy bien, pero hace un par de años viví una situación complicada".

La entrevista comienza con el protagonista de esta historia, Dalibor Stevanovic (Liubliana, Eslovenia, 1984) hablando de cómo llegó a ser entrenador del Lausanne-Ouchy, equipo que actualmente dirige y que milita en la Segunda división de la liga suiza. Pero al poco de iniciarse la charla y, antes de recordar su paso por Donostia, sale a colación el motivo por el que vivió esa situación complicada: el fallecimiento repentino de su mujer, hace dos años, por un cáncer. El motivo principal de la entrevista, el derbi entre el Alavés y la Real, los dos equipos de LaLiga en los que militó, pasa a un segundo plano. Y 'Dado', como cariñosamente se le conoce en el mundo futbolístico, abre su corazón a Relevo.

¿Qué es de tu vida?

Nos instalamos aquí en Suiza hace ocho años. Vine aquí pensando que era mi último país, seguro, porque tenía ya 34 años. Con mi mujer estábamos hablando dónde acabar mi carrera futbolística para seguir viviendo con los niños, dónde podían tener ellos una buena educación, una escuela donde pudieran progresar. Estábamos pensando en Alemania, Austria, Suiza y tuve una buena oferta de Suiza, del Servette y nos fuimos a Ginebra. Estuve jugando un año en el Servette y luego me fui a Nyon un año y coincidió con el Covid. Dije que era mi ultima temporada. Tenía 36 años y el propietario del Nyom era el mismo propietario del Lausanne-Ouchy, donde estoy ahora. Había un jugador que estaba jugando conmigo en Nyon y se fue como director deportivo a este equipo. Hicieron muy buena plantilla, pero estaban buscando un entrenador. Me preguntaron y propuse a Meho Kodro. Fue mi entrenador en Servette. Yo nunca había pensado ser técnico. Quería seguir en el fútbol pero quizás en algo relacionado con el marketing, quizá director deportivo... Meho me dijo que sí, pero que necesitaba un asistente con el que tuviera confianza. El director deportivo me preguntó si yo quería ser asistente de Meho y fue un shock. 'Si Meho está de acuerdo, podemos ir hablando de eso', les dije. Él decidió que podía ser una buena opción. Y así pasó.

¿Tenías claro que querías seguir ligado al fútbol?

Va en nuestro ADN, en la sangre. Tenía claro que tenía que seguir en fútbol, pero no tenía las ideas muy claras. De entrenador, no. Cuando eres jugador eres uno y piensas en ti mismo, pero como entrenador tienes que pensar en los 25 jugadores, un lío. Siempre decía que no quería ser entrenador, pero quizás como agente, director deportivo, algo de marketing, scout o algo así... Y empecé como asistente. Con Meho me llevaba muy bien. Empecé a estudiar, a sacarme las licencias. Fui poco a poco y me gustó. Después de cuatro años como asistente, ahora soy el primer entrenador. Mi último año de asistente fue con un entrenador portugués, Ricardo Dionisio. Bajamos a Segunda y hubo un momento que me llamó el director deportivo y me dijo que había rescindido. No era una buena situación. Habíamos bajado de Primera a Segunda y éramos últimos. Yo pensaba que el club iba a buscar un entrenador porque yo no tenía la licencia UEFA Pro. Empecé hace un año y medio y la voy a tener ahora dentro de dos meses, pero el director deportivo me dijo: 'Mira, he hablado con el presidente y nosotros pensamos que es el momento que cojas el equipo'. No era fácil aceptar. Estás último, el equipo fatal, pero tras pensarlo mucho y hablar con mi padre, decidí coger el equipo.

Al principio de la conversación me has dicho que hace dos años pasaste un mal momento. ¿Qué es lo que pasó?

Murió mi mujer. Fue en noviembre de 2022. Después de 23 años juntos, con dos niños. Fue una tragedia muy grande. Fue un cáncer. Desde que nos enteramos pasaron solo 40 días hasta que se murió.

Stevanovic habla de la muerte de su mujer. Relevo

¿Y cómo se le da la vuelta a eso?

Fue muy difícil. Cogí a mis niños y nos fuimos a Eslovenia porque la enterramos allí. Estuvimos cuatro meses. Yo salí de fútbol también, no quería volver a Suiza y no quería trabajar en fútbol. No quería nada. Fue un momento grave y muy difícil para toda la familia. Cuando estás con una persona 23 años, tienes dos hijos... Ella era la jefa de casa, ella controlaba todo. Yo estaba trabajando fuera, pero ella era la jefa. Preparaba todo y, de repente, te encuentras solo con tus niños de 11 y 14 años. Yo soy una persona que quiere resolver los problemas, no quiero dejar nada para mañana. Quería dar un paso adelante, ver si me podía salvar de esa tragedia. No era algo que quería meter debajo de la cama y seguir adelante como si nada hubiera pasado. No. Había que resolver eso y ahí estuve, buscando soluciones. Y al final volvimos a Suiza porque mi mujer siempre decía que era el país perfecto y su deseo era que los niños acabaran la escuela y la educación aquí. Y yo siempre tenía eso en la cabeza cuando estuve en Eslovenia. 'Ella quiere eso', pensaba. 'Vale, pues tenemos que volver'. Ella murió aquí en Suiza. Imagínate, el hospital donde murió está a cinco minutos de nuestra casa y yo, cada día, pasaba con el coche por ese hospital. Imagínate cuando vuelves donde pasaron las cosas. Fue horrible.

¿Y qué te salvó?

Lo que me salvó fue el trabajo. Volví de nuevo al fútbol, al mismo club. Me estuvieron esperando. No cogieron a nadie. Volví, empecé a trabajar y cuando trabajas mucho, no piensas en esas cosas. Luego, la familia. Es muy importante. Hablar con un psicólogo, hacer deporte y hablar. No hay que tener miedo de hablar de esas cosas. Esas son las cosas que me salvaron, las cosas que me hicieron dar un paso adelante. Y a mis niños también. Mis niños tuvieron cada uno su psicólogo. Yo no quería que tuviéramos el mismo porque los niños se expresan mucho más cuando no están al lado de mí. Cuando están solos se van a expresar mucho. Yo creo que eso les ha ayudado mucho. Nosotros en casa, cada día, hablamos algo de su madre. Nunca la vamos a olvidar, pero tenemos que aprender a vivir sin ella. Y así estamos.

Stevanovic junto a sus hijos en una reciente visita a Valencia.  Relevo
Stevanovic junto a sus hijos en una reciente visita a Valencia. Relevo

Después de dos años y medio puedo decir de verdad que hemos pasado ese nube negra y que ahora mismo estamos recuperados 100%. Los niños están bien, yo estoy bien. Mis padres están jubilados y el año pasado les dije que se vinieran. Ser entrenador, como sabes, te lleva mucho tiempo. Y mis niños ahora mismo están en una edad donde yo no puedo dejarlos solos. No puedo estar siempre detrás de ellos. Alguien tiene que controlar eso. Y por eso mis padres han venido aquí. Mi padre se ocupa de la logística y mi madre se ocupa de todas las gestiones de la en casa. Así yo puedo manejar también un poco desde atrás y si hay problemas, ahí aparezco. Y lo manejamos así y estamos muy bien. Mis padres, bueno, han hecho un sacrificio porque han dejado todo en Eslovenia y se vinieron aquí, pero tampoco va a durar eso mucho. Cuando mis niños crezcan, cuando sean más maduros, mis padres se volverán a Eslovenia, pero ahora mismo son muy muy importantes para mí que están aquí con ellos.

Dicen que después de la tormenta siempre escampa. ¿Ha sido así en tu caso?

Hay que seguir. Hay gente que me dice que es increíble cómo me he recuperado de todo eso. Nosotros, los deportistas, y no me refiero solo a los futbolistas, hemos pasado por diferentes países, muchos entrenadores, diferentes mentalidades en cada país. Hay muchas subidas y bajadas. Hay mucha presión en fútbol. Juegas, no juegas, estás lesionado, no estás lesionado, tienes presión de la dirección, de los entrenadores, de los fans. Cada sábado tienes un nuevo reto, porque cada sábado es un partido diferente. Tienes que manejar esas subidas y bajadas. Yo he estado en el fútbol más de 30 años. Debido a todo eso tienes un carácter mucho más fuerte que una persona normal. ¿Me entiendes?

El ex de la Real habla de cómo le dio la vuelta a la situación. Relevo

Esa pérdida que tuve fue una tragedia para todos. Yo lloraba todos los días y todas las noches. Yo tenía mucha ansiedad. Los primeros dos meses no podía respirar, me faltaba el aire. Eso se llama ansiedad. No era depresión. Con mi mujer todo era magnífico. No estuve depresivo pero sí tuve ansiedad porque no sabía cómo iba a seguir, no sabía qué es lo que iba a pasar. Pero tengo todo en mi vida. No necesito nada más, pero te preocupas y tienes ansiedad porque ella no está aquí. Te preguntas: ¿Cómo vamos a seguir con la vida? Porque ella estaba siempre aquí y ahora no está. Y con estas cosas tienes que afrontar la vida. Tienes que hablar de eso. Yo hablaba mucho. Mira, contigo también. Hablo mucho de ese tema porque solo así puedes traspasar eso. La primera vez que fui a un psicólogo estuve tres horas hablando con él y me sentí como si me quitara 20 kilos de encima. Y yo siempre era de los que pensaba: '¿Para qué necesitamos psicólogo? Yo ya sé qué es lo que tengo que hacer'. Hasta que te pasa alguna cosa así, hasta que no puedes respirar, hasta que tienes ansiedad y te dices a ti mismo: 'Mira, pues algo está mal, tengo que buscar la ayuda'. Y no puedes hablar con la familia. Lo puedes hacer, pero no puedes resolver el problema con ellos. Porque ellos lloran como tú. Tienes que buscar una persona fuera de eso, que no tiene tanto sentimiento y que te puede ayudar. Mira, durante los primeros seis meses no dejaba a mi mujer irse. Yo la sentía. No me creía lo que nos había pasado. Ahora está también aquí, pero la dejé irse. Una vez que dejas a la persona irse, puedes respirar y puedes seguir con tu vida. Y mi vida continúa.

Vamos a cambiar de tema. Vamos a echar la vista atrás en el tiempo, a tu carrera futbolística, marcada también por momentos complicados como tu llegada tan joven a Donostia, donde no te salieron las cosas, y tu posterior estancia en Israel, donde tuviste que salir casi nada más llegar porque estalló la primera guerra de Gaza...

Yo creo que solo he cometido un error en mi carrera, que fue irme de España a Israel. Ese fue mi gran error, pero bueno, es así y como has dicho, subidas y bajadas, cometemos errores, aciertos... Yo, en ese momento, no tuve una persona que me hubiera podido aconsejar. Me fui a Israel y ni sabía lo que me iba a esperar ahí. Tuve la suerte de que después de dos o tres meses me fui a Holanda. Ese fue el único error. Pienso que me tenía que haber quedado en España. Quizás no en la Real Sociedad porque en esa época, en la Real Sociedad había muchos problemas. Yo tuve nueve entrenadores en dos años y medio. Fue una locura. No fue fácil en ese entorno. Pero pienso que en esa época tenía que haberme quedado en España y después de unos años, de haber crecido mentalmente, poder dar mucho más quizá en la misma Real Sociedad. Fue algo que lo demostré luego en Holanda, donde tuve tres años con mucho éxito y creo que lo podría haber hecho en España también. Pero mi destino era diferente, muchos países, conocer diferentes mentalidades... Quizás eso tenía que ser así. Quizá haber estado en tantos países fue algo que me fortaleció el corazón y me ha ayudado a sobrellevar mejor lo de mi mujer. Hablo siete idiomas. ¿Qué es lo que quieres más para un entrenador de fútbol? Cuantos más idiomas hables, más puertas tienes abiertas en todo el mundo. Y son cosas de las que no me puedo arrepentir. Yo voy a decir que he tenido éxito en Holanda, también en Polonia donde lo gané todo, pero siempre voy a decir que el mejor país para ser futbolista es España.

Stevanovic recuerda su paso por la Real Sociedad. Relevo

Te tocó vivir una de las épocas más convulsas en la historia de la Real Sociedad. Llegaste con 21 años, con el cartel de joya del fútbol esloveno, pero nada salió como se esperaba. ¿Cómo lo recuerdas?

Pues mira, los primeros seis meses fueron, digamos, bonitos. Llegué como una esperanza, pero, en mi opinión, había un problema de estructura. ¿Qué quiero decir? Ahora, siendo más maduro y ejerciendo de entrenador, sé lo que pasó. Yo creo que no tenían claro cómo había que integrar a los jóvenes. Conmigo sucedió así: 'Ven, vas a jugar y tienes que mostrar inmediatamente'. No hubo un progreso. Bueno, es algo que lo puedo entender. Pagaron un dinero y tenía que rendir. Pero yo vine de Eslovenia y, en esa época, era imposible comparar Eslovenia con España. Es como si saltaras cuatro escalones de repente. Quizá me tenían que haber cedido a un equipo de Segunda seis meses, un año y luego, a Primera. Yo ese vacío lo sentí en el segundo año. Los primeros seis meses no lo sentí. ¿Por qué? Porque las piernas funcionaban, pero en ese segundo año estaba siempre lesionado. Había muchos partidos, muchos entrenamientos con mucha intensidad, con el triple de intensidad respecto a Eslovenia.

Stevanovic, junto a Samuel Eto'o, en su época en la Real Sociedad.  EFE
Stevanovic, junto a Samuel Eto'o, en su época en la Real Sociedad. EFE

Tú como jugador joven no te enteras de eso. Pero yo, cuando ahora vuelvo 20 años atrás, estoy seguro de que era eso. Mi cuerpo no estaba preparado para aguantar esa intensidad. Los jugadores de ahí estaban acostumbrados, porque en la formación de Real Sociedad y en la formación de los clubes españoles se trabaja así, en Eslovenia, no, y ahí, yo creo, que el club podría haber hecho un poco más si la estructura hubiera sido buena, o, si yo hubiera tenido un buen agente que me hubiera ayudado a gestionar eso y decirme: 'No, ahora vamos a pedir a Real Sociedad que te ceda a un club más pequeño, quizá en Segunda División, e ir poco a poco'. O quizá, antes de venir a la Real Sociedad me tenía que haber ido a otro país como Bélgica o Suiza y luego dar el salto a España. No se gestionaba bien eso, pero yo no puedo culpar a la Real Sociedad. Ellos funcionaban así. Era joven y no sabía mucho de ese tema. En el segundo año estuve mucho tiempo lesionado. Me lesioné el tendón de Aquiles. Estuve seis meses fuera. Volví y empecé a jugar con Coleman, regresé a la selección y me rompí el isquio, porque no aguantaba ese ritmo. No estaba acostumbrado a tanta intensidad y volumen. Se fue todo a tomar por culo. Me fui cedido al Alavés y a la vuelta me dijeron que no contaban conmigo.

"Badiola fue el único que me decepcionó estando allí. Era un mentiroso. Hablaba de una manera muy dulce, con buenas palabras, pero un mentiroso. No era claro. Siempre como una serpiente"

Dalibor Stevanovic

Estaba de presidente Badiola...

Fue la persona que más me decepcionó estando allí. El único. Te lo voy a decir porque ya han pasado 20 años. Era un mentiroso. Hablaba de una manera muy dulce, con buenas palabras, pero era un mentiroso. No quiero entrar en profundidad. Pero me mintió mucho a mí y a los demás. No era claro. Siempre como una serpiente. Era joven y me creía muchas cosas.

Con 21 años y después de tomar una decisión tan importante y que no salió bien, ¿te afectó personalmente? ¿Hubo un momento de bajada de brazos?

No se me quitaron las ganas. Soy una persona que voy a reconocer las cosas si algo no está bien. Si las cosas no van bien, nadie me va a quitar las ganas de seguir hacia adelante. Por eso tuve después una buena carrera futbolística. Después de la Real Sociedad, yo jugué en todos los equipos en los que estuve como titular. Nadie me iba a quitar la motivación. Al contrario, me motiva más. Cuando pasan cosas así, yo soy de los que quiero trabajar más, quiero demostrar. Soy así. Por eso tengo todo lo que tuve en mi carrera y ahora como entrenador es parecido.

Stevanovic pugna por un balón junto a Shaqiri.  EFE
Stevanovic pugna por un balón junto a Shaqiri. EFE

¿Te ves en Suiza asentado de por vida?

Nunca sabes. Si me tengo que ir fuera, me voy fuera. Es así. La carrera de un entrenador es peor, en este sentido, que la de un futbolista. Te pueden echar, te tienes que buscarte la vida y por eso traje también a mis padres a vivir conmigo y que se acostumbren. Yo quiero que mis hijos terminen sus estudios aquí en Suiza. Durante un periodo se van a quedar. Si yo estoy aquí, muy bien, pero si yo no estoy, son mis padres los que van a controlar todo. Si tengo que salir fuera les estoy preparando a mis hijos. Si llega ese día, que igual no, igual me quedo aquí toda la vida... Me gustaría trabajar en algún país más fuerte que Suiza en lo que a fútbol se refiere. Es mi objetivo, entrenador en alguna de las cinco mejores ligas del mundo. Ojalá que sea en España algún día.