REAL SOCIEDAD - BARCELONA

Antes que el 'Dream Team', el Euskobarça: "Cruyff vio que tenían algo especial"

A las puertas del partido ante la Real Sociedad, los jugadores azulgrana de los 80 y 90 recuerdan las historias de aquella plantilla.

Johan Cruyff, en un entrenamiento en los años 90 con Bakero y Begiristain en el FC Barcelona. /GETTY
Johan Cruyff, en un entrenamiento en los años 90 con Bakero y Begiristain en el FC Barcelona. GETTY
Lu Martin

Lu Martin

En la historia del FC Barcelona, salvo error u omisión, 803 futbolistas han defendido la camiseta del primer equipo. De ellos, que se sepa, 33 nacieron en Euskadi. Fue el primero Manuel Vidal Hermosa, portero, nacido en Bilbao, el segundo arquero en jugar con la Selección española -sustituyó a Don Ricardo Zamora en un amistoso contra Francia en 1927- convirtiéndose al tiempo en el primer jugador del Athletic bajo los palos del combinado estatal; y el último es Iñigo Martínez, también bilbaíno.

Vuelve el Barcelona a San Sebastián y resulta imposible no viajar a finales de los 80, cuando con la llegada de Johan Cruyff el Barcelona habló euskera porque antes que el Dream Team fue el Euskobarça. José Luis Núñez, el entonces presidente del FC Barcelona, venía de superar un motín de su plantilla debido a un problema con Hacienda y pidió consejo a Javier Clemente, entonces entrenador del Espanyol, para rehacer el equipo. Núñez llegó a ofrecerle el cargo al técnico bilbaíno que, obviamente, le preguntó al constructor si estaba loco: después de los enfrentamientos con el Barça cuando entrenaba al Athletic y con contrato con el Espanyol, era imposible que un solo socio del Barça avalara su contratación. El caso es que si Javi dio la lista, Cruyff hizo el equipo, basado en el núcleo duro euskaldún con el alma de los catalanes.

En la plantilla ya estaban José Ramón Alexanko (403 partidos, 42 goles, 13 temporadas en el club, donde sigue trabajando) y Andoni Zubizarreta (8 temporadas bajo los palos, 410 partidos), capitán y jugador de peso, titulares de la Selección. Ese verano, entre otros refuerzos, aparecieron en el Camp Nou López Rekarte, Bakero y Begiristain, de la Real Sociedad, Julio Salinas, del Atlético de Madrid, Juan Carlos Unzúe y Goikoetxea, de Osasuna y Valverde, del Espanyol.

Unzué: «Según me convenía yo era vasco o navarro»

La importancia de la relación entre el fútbol vasco y el catalán, y el del Barça en particular, es enorme, más si atendemos a los muchos navarros que han llenado de gloria páginas inolvidables de la historia del Barcelona, que no constan en esta lista aunque algunos, como José Mari Bakero, nacido en Goizueta, euskaldún y criado en la cantera de la Real Sociedad se consideran "más vascos que cualquiera". A Valverde lo parieron en Viandar de la Vera (Cáceres) y al mes ya vivía en Vitoria, donde creció, o Goiko, nacido en Pamplona de la Rotxapea, barrio de Pamplona, tenga sus raíces familiares en Tolosa (Gipuzkoa) donde vivió de joven.

"Yo era vasco a la carta", se ríe Juan Carlos Unzué, que explica una anécdota de uno de los primeros días de entrenamiento, durante un ejercicio de velocidad. "Jorge Vilda, el entonces preparador físico, nos agrupaba por regiones: ¡catalanes, extranjeros!… gritaba. Y vascos. Y yo ni me moví. Y uno me dijo: 'Eh, ¿tú qué?' 'Yo soy navarro', le dije. Así que según me convenía, yo era vasco o navarro".

Por futbolistas navarros salen nueve jugadores en la historia del club, desde Severiano Goiburo, delantero fichado de Osasuna que militó desde 1929 a 1934, años en los que jugó 64 partidos marcó 23 goles y luego fichó por el Valencia antes de terminar su carrera en equipos menores y dedicarse a la pelota, jugando a pala y a cesta punta con notable éxito. Julián Vergara, Esteban Areta II José Antonio Zaldúa, Serafín García, Pedro Mari Zabalza, José Mari Zabalza, Juan Carlos Unzué y Jon Andoni Goikoetxea completan la lista de navarros.

De los chuletones a las botellas de Marqués de Arienzo en las concentraciones

Cuando Naval acaba de cantar la tercera o cuarta estrofa del Eusko Gudariak, explica que hizo la mili en Valencia, en 1979, y allí hizo muy buena amistad con un compañero de Errenteria, con el que ha mantenido contacto hasta hoy y al que en aquellos años de juventud solía visitar a menudo, hasta el punto de que alguna vez le tocó salir corriendo delante perseguido por la poli, incluso con su hijo Xavier, un bebé, en brazos. Pero esa es otra historia. Carles recuerda la aportación de aquel grupo de vascos como "trascendental" en el desarrollo del equipo de Johan Cruyff. "Dieron personalidad, equilibrio, normalidad …"

Dice que el compromiso se le supone a todos los futbolistas pero que en el caso de los vascos, más allá del fútbol, "son gente comprometida en lo que hacen, sea lo que sea. Es serio y de fiar" y que seguramente por eso, además, "hacen grupo". Recuerda que la relación entre aquellos futbolistas "y sus familias" trascendió lo meramente deportivo. "Era normal que se reunieran fuera del campo, alrededor normalmente de un buen pescado asado, o un chuletón y una botella de vino". Y en aquel equipo, si se habla de vino se habla de Marqués de Arienzo. "No recuerdo exactamente por qué, pero alguien nos regaló unas cajas y casi se convirtió en tradición en las concentraciones, en los stage de pretemporada… siempre teníamos Marqués de Arienzo en las comidas". Concluye el delegado azulgrana, que lo sigue siendo hoy en día: "Aquel equipo fue muy cercano a la afición, por eso, más allá de por lo bien que jugaba o por lo que ganaron, creo que son recordados con tanto cariño".

«Alexanco y Zubizarreta eran dos ídolos y referentes»

Entre ellos, José Mari Bakero, que dejó el Barcelona para irse a jugar a México, pero que en diferentes etapas trabajó en el club, como segundo de Serra Ferrer o en diferentes cargos en el fútbol base hasta hace bien poco. Ahora, tras una mala experiencia como entrenador en Bulgaria, ha vuelto a su casa en Sitges y desde allí recuerda aquellos años en los que a bote pronto señala: "Creo que aportamos disciplina y equipo, eso nos enseñaron de críos y sin eso, no llegabas a la Real. Luego estaba la calidad, claro, pero la disciplina y el concepto de compromiso con el con el compañero por el bien del equipo es fundamental. Yo lo llevaba dentro, una cuestión natural que estoy seguro le pasaba a los del Athletic y a los de Osasuna, seguro". Recuerda que Johan solía decir: "Si fichas a un vasco sabes que va a trabajar, que lo va a dar todo". Y eso hicieron... Pero se lo pasaron muy bien.

"Yo creo que lo más importante fue lo que nos enseñó Johan y lo que nos aportaron a los nuevos Alexanko y Zubizarreta, por lo menos a mí. Para mi eran dos ídolos y yo aprendía cada día de ellos", relativiza de entrada Juan Carlos Unzue, que se aferra a la vida en el combate contra el ELA desde su casa en San Just, cuando no está de gira para dar visibilidad a la enfermedad que le corroe. "Nosotros éramos un grupo de chavales jóvenes, con más o menos experiencia en Primera, con la ilusión del novato y ganas de triunfar. ¡Para mí imagínate lo que fue poder entrenarme al lado de Andoni cada día!". Reconoce que los futbolistas vascos –"y no digo que los de otras zonas no lo aporten"- garantizan compromiso, trabajo, solidaridad y buen ambiente. "En aquel tiempo, además, éramos muy jóvenes y nuestras mujeres se llevaban muy bien, lo que ayudaba mucho a juntarnos". Juan Carlos estuvo dos temporadas en el Barça y solo jugó nueve partidos: "Por eso me fui, necesitaba jugar. Y con Zubi delante era imposible. ¡No cogía ni un constipado!". No le fue nada mal: Sevilla, Oviedo, Tenerife y de vuelta a casa, a Osasuna, jalonan una carrera extraordinaria.

Unzué llegó con Goiko, cedido el primer año a la Real Sociedad, así que cuando apareció en escena el segundo año la máquina ya estaba arrancada. "Me encontré un vestuario que era una gozada", recuerda. "Daba gusto ir a entrenar. Un rondo con Laudrup con Pep con Txiki… imagínate. Yo no sabría decirte que aporté, pero al lado de aquel equipazo, supongo que lo único que podría hacer era currar mucho y molestar poco", Goiko recuerda que más allá de los vascos había gente como Nando, andaluz, Miquel Àngel Nadal, mallorquín o los vallisoletanos Eusebio Sacristán o Juan Carlos que aportaban "tanto o más que los vascos, en el campo y fuera". Jon Andoni Goikoetxea jugó 174 partidos y marcó diez goles en las cuatro temporadas que jugó en el Barça.

"Personalidad, seriedad, compromiso, calidad… Un vasco en tu equipo raramente te falla"

Miquel Angel Nadal

"Personalidad, seriedad, compromiso, calidad… Un vasco en tu equipo raramente te falla", dice Miquel Àngel Nadal, que era inseparable de Goiko en aquel grupo y en la selección, hasta el punto de que en vacaciones ellos y sus familias solían pasar unos días juntos. "Los jugadores vascos son gente seria y de fiar. Y además eran muy buenos futbolistas, de mucha calidad. Y muy buena gente". En ese sentido, el de Manacor advierte que han pasado más de 35 años y mantienen el contacto. "Nos llamamos, buscamos excusas para reunirnos, estamos en contacto y eso es por algo". Nadal jugó 268 partidos en el Barça y marcó 15 goles durante los ocho años que estuvo en el Camp Nou.

«Johan supo ver muy claro que tenían algo especial»

"El jefe era Alexanko. El gran capitán. Él y Zubi. Nos aportaban la seriedad del veterano y nos marcaban el camino. Pero además de que eran muy buenos jugadores, eran muy buenas personas" admite Hristo Stoichkov, que considera que aquel Barça está lleno de "hermanos. Algunos mayores, como Zubi y Talin, o Bakero o Guillermo Amor, un profesional ejemplar. Otros pequeños, como el Txapi o Guardiola, que eran los más jóvenes y luego estaban Txiki, Julito…". Hristo no niega que los jugadores vascos "tienen algo especial y Johan lo supo ver muy claro" recuerda el búlgaro desde Miami, que reivindica una figura a menudo denostada: la de Julito Salinas: "Se metían con él porque fallaba muchos goles, pero metió muchos. Por ejemplo, cuando a mí me sancionaron por lo Urizar, él tiró del carro como nadie".

Se ríe Julito desde su casa en Premià. El también echó raíces en Cataluña. Admite que los vascos vinieron a sumar sobre la base de los catalanes, pero que "el núcleo duro del vestuario, aunque solo fuera por la cantidad, éramos los vascos, claro, aunque al final, el sentimiento de más que un club lo aporta la gente de casa. Pero los vascos tenemos carácter, compromiso y sentimiento de país. Quieras o no, venimos de un sitio con una particularidad, muy cercana al catalán, aunque solo sea porque sabemos lo que es defender una lengua diferente, y eso ya une y nos permitió conectar bien con la afición". Recuerda que el Barça salía del Motín del Hesperia y que aquello fue "una revolución". Una de las cosas que más presente tiene es lo que disfrutaba en los entrenamientos: "Era muy divertido ir a trabajar. Al final, a nadie le gusta ir a currar. Ni a, los futbolistas. Hay un día que te duele algo, que te da pereza… a nosotros eso nunca nos pasaba: estábamos todo el día jugando, tocando la pelota, nos reíamos. Pero trabajábamos, porque Johan no te perdonaba ni una". Julio fichó por el Barça el verano de 1988 jugó 216 partidos y marcó 85 goles antes de irse al Deportivo de la Coruña después del Mundial de USA'94.

"Era muy divertido ir a trabajar... A nosotros nunca nos pasaba nada, estábamos todo el día jugando y riendo"

Julio Salinas Ex jugador

Juan Carlos Rodríguez fichó por el Barcelona procedente del Atlético de Madrid. En tres años ganó tres Ligas y la Copa de Europa. Durante aquellas tres temporadas defendiendo la banda izquierda, tuvo dos hijos con Belén, su esposa. Atiende desde Valladolid, donde reside acaba de llegar de La Seca, del entierro de la madre de su amigo Eusebio Sacristán, con el que había jugado en el Valladolid y en el Atlético de Madrid antes de fichar por el Barcelona. "Yo había vivido con Julito en Madrid, así que ya sabía dónde me metía" dice entre risas. Reivindica también la figura de Alexanko y de Zubi, la importancia de los extranjeros, Koeman Laudrup y Stoichkov –"eran futbolistas nivel Balón de Oro y una gente magnífica", y también de Richard Witschge –"un chaval fantástico"- pero admite que sin aquel grupo las cosas probablemente hubieran sido diferentes: "No sé si mejores o peores, pero aquel grupo dio sentido al equipo".

De las cenas a los gintonics en el FibraOptica

Eso sí, quiere dejar claro que el alma era de los catalanes: "Ellos nos ayudaron a aclimatarnos, nos dieron todas las facilidades del mundo, nos hicieron sentir como en casa desde el primer día". Juan Carlos recuerda que una de las escenas más repetidas en aquel camerino eran las cenas post partido: "De golpe se escuchaba una voz en el vestuario: "Ha venido mi hermano y cenamos en el Gorria. ¿Alguien se apunta? Y de golpe se escuchaba: Yo, yo vengo, venimos y vienen unos colegas que han bajado de San Sebastián… Y en la mesa acabábamos siendo 20 o 23". Juan Carlos jugó 74 partidos con el FC Barcelona entre las temporadas 1991-92 y 1993-94

En la mesa del Gorria o en el Salamanca, en la Barceloneta. O en alguna fiesta de disfraces -hubo varias- en las cenas que daban por concluidas las pretemporadas, alguna fiesta en Sitges que no terminó en comisaría de milagro tras algún incidente en el parquin, los gintonics en el FibraOptica al volver de un viaje, o la mítica fiesta de fin de año en casa de Txiki Begiristain ese que vino de la Real Sociedad para hacer grande el Barça y junto a un grupo de vascos le dio calidad, carácter, sentimiento y cercanía a un equipo inolvidable, un equipo que cuando visitaba Donosti jugaba en casa. De víspera, eso sí, el otro dream team, el que formaban Mara, Flor, Nuria, Belen y compañía, las mujeres de Txiki, Bakero, Unzué, Juan Carlos, Goiko y compañía, las que cerraban el mítico Bataplan, la víspera del partido, cuando el Barça era el Eusko Barça, en el prólogo del dream-team.

PD: Los vascos del Barça, por orden alfabético, Leandro Aguirreche Emilio Aldecoa José Ramón Alexanko, José Arana Pedro Pablo Areso, Pedro María Artola, Gonzalo Díaz Beitia, Aitor "Txiki" Begiristain, Berrondo, Jaime Escudero, Xabier Eskurza, Jesús Garay, Gerardo Bilbao, Francisco Javier Goicolea, Juan Irízar, Carlos Iturraspe, José Lanzabal 'Lakatos', Ramón Lekuona, Julen Lopetegi, Luis María López Rekarte, Iñigo Martínez, Gaizka Mendieta, Oier Olazabal, Santiago Pérez 'Pachi', Periko Alonso, Mikel Roteta, Julio Salinas, Félix Sesumaga, Joaquín Urquiaga, Javier Urruticoetxea, Manuel Vidal Hermosa, Luis Zabala y Andoni Zubizarreta son los futbolistas vascos que han defendido hasta ahora la zamarra del Barça.