OPINIÓN

Contra los que no les duele perder en pretemporada ni contra el Barça

Vinicius, lamentándose en Dallas./EFE
Vinicius, lamentándose en Dallas. EFE

La vez que más me enfadé por una derrota fue en un partido amistoso. Jugábamos el 'C' contra el 'B' en el colegio, y lo hacíamos en cada recreo. Nunca nos jugamos nada. Nos lo jugábamos todo. El Real Madrid perdió 3-0 contra el Barça delante del mundo entero y hubo muchos aficionados merengues que pudieron dormir en calma. Yo no.

El Clásico de Dallas dejó cinco postes y dos palos para el equipo de Ancelotti. Si el madridismo normaliza caer 3-0 contra su máximo rival, aunque sea en pretemporada, es que los blancos están más cerca de volver a perder que de ganar. Si las disculpas de la derrota vienen por la mala suerte de los largueros, el club seguirá perdonando títulos en una época en la que puede marcar una gran distancia con el Barça.

El Madrid sólo ha ganado dos partidos de los últimos seis Clásicos. A la plantilla se le enquista el cuadro de Xavi y no se sabe muy bien por qué. Como si ganarles ya no les hiciera falta. Este Barça, que parece que se pasa los años soñando con que el Madrid no gane la Champions y los veranos rezando para que no fichen a Mbappé. Sólo se alivian cuando se enfrentan.

En Dallas, Vinicius, Tchouameni y Carvajal chutaron al larguero. Vini se estrelló contra él tres veces. No hay que buscarle sentido al fútbol; sólo hay que hacer gol. El Madrid ataca sin violencia, como si les convenciese más la idea de buscar el gol que de encontrarlo. Muchos presumen de la lista de ocasiones como algo positivo y no hay nada más preocupante que fallar tanto.

En el ataque del Real Madrid falta un futbolista que no tenga palabra, que traicione, que no perdone ni un euro, que le dé exactamente igual lo que piensen de él. Que esta derrota sirva para algo.