Detrás de Eero Markkanen, el primer fichaje de la era Zidane que "no cuajó" y desafió al Real Madrid: "No venía a los planes, estaba bloqueado"
El conjunto blanco pagó más de dos millones por hacerse con los servicios del delantero finlandés, ahora en la Segunda división de su país.

El fichaje de Eero Markkanen (33 años), el primero de la era Zidane, está de celebración: hace diez años, el 23 de julio de 2014, el finlandés aterrizó en Valdebebas con el cartel de delantero diferencial, avalado por su altura (1.97m) y unas condiciones físicas sobresalientes. El Real Madrid pagó algo más de dos millones por hacerse con sus servicios al AIK Estocolmo de Suecia, consciente de su potencial pese a la importante cuantía económica que estaba desembolsando. Pero su contratación, la primera que acometió el filial blanco con el técnico galo al frente, no cuajó. "Estaba bloqueado, no llegó a adaptarse y tampoco lo intentó", resumen algunos de sus excompañeros en Valdebebas.
Por partes. Eero Markkanen llegó al Castilla como refuerzo estrella en verano de 2014. En la temporada que vistió la casaca blanca, sólo participó en 10 encuentro (411' de juego) y anotó dos goles. "Era buen chico, pero muy introvertido... No venía a los planes de equipo, no le salieron las cosas y le costó mucho meter goles. No cuajó", recuerda Rubén Belima, que coincidió con el atacante finlandés en el filial. Su participación fue residual, relegado al banquillo y a la sombra de Mariano y RDT, delanteros del Castilla, y también de Borja Mayoral, que subía ocasionalmente del Juvenil A para reforzar la parcela ofensiva.
En un primer momento, Eero Markkanen se convirtió en la carta de presentación del Castilla durante el mercado estival. Su fichaje fue considerado estratégico y una demostración de intenciones, porque rara vez un filial acostumbraba a realizar un desembolso económico así, tan importante en cuestión económica y de apuesta: "Daba la sensación de que le pesaba que el Madrid pagase tanto por él, porque había unas expectativas muy altas y se le veía frustrado".
"Se le veía frustración", añade Belima, que relata los problemas de adaptación por los que pasó el delantero finlandés: el idioma, su forma de ser, "un fútbol completamente diferente" y falta de confianza por parte de un Zidane al que sus condiciones ("era muy alto y grande, físicamente parecía demasiado...") no terminaron de convencer. Su carácter "frío, como si estuviese encerrado", tampoco ayudó a la hora de facilitar una aclimatación que nunca llegó.
Lejos de cambiar, la situación de Eero Markkanen siguió siendo la misma durante la temporada regular. Sin minutos ni participación, el Castilla vislumbró un futuro cercano (y lejano) sin su fichaje estrella, de ahí que, sólo un año después de aterrizar en Valdebebas, el club blanco prescindiese de sus servicios y dejase de contar con él en agosto de 2015. "Puede ser falta de tiempo, que tampoco tenía muchas ganas o que simplemente no cuajó, porque era muy tímido y no hablaba casi", sintetizan algunos de sus compañeros en aquel Castilla, la primera de Zidane.
Un final amargo... con varias indirectas
Sólo un año y dos meses después de vestir por primera vez la camiseta del Real Madrid, el club blanco rescindió su contrato. La rumorología no cesó e incluso se llegó a hablar de que llegó pasado de peso (18 kilos más) a la pretemporada, todavía con Zinedine Zidane al mando. El francés, como los jugadores a los que dirigió en el filial cuentan, prestaba especial atención al apartado físico, con ejercicios individuales y colectivos personalizados, buscando sacar el máximo rendimiento a cada integrante de la plantilla.
Lenkille lähdössä. #18kg #kortisto #työkkärinjononkautta pic.twitter.com/UaMbMH0B8A
— Eero Markkanen (@eeromarkkanen) August 21, 2015
Eero Markkanen no dudó en pronunciarse al respecto. Lo hizo en un tuit en X (antes Twitter), a través de una foto editada en la que se le veía pasado de peso, con la zona de la papada deformada. La publicación tuvo más de 700 retuits y 1.400 me gusta, con comentarios de todo tipo: desde aficionados de otros equipos pidiendo su fichaje, hasta madridistas increpándole que su manera de responder fuese en redes sociales y no sobre el césped.
Su salida del conjunto blanco, obviando los rumores que hablaban de su condición física en pretemporada, quedó manchada de polémica. De los cuatro años que firmó, sólo cumplió uno (temporada 14-15) y acabó llevando al Real Madrid a juicio, alegando que le quedaban en torno a 1.700.000 euros por cobrar del contrato en el que estampó su firma hace hoy diez años.
Desde entonces, el finlandés ha probado suerte en hasta once equipos, más de uno por año desde que abandonó el Castilla en verano de 2015. En su historial figuran el Rovaniemi, AIK Estocolmo (club del que lo fichó el Madrid), Dinamo Dresde, Randers FC, Dalkurd FF, Makassar, FC Haka, Orange County, HIFK Helsinki, IF Gnistan y PK-35, su equipo en la actualidad. Ahora en la Ykkösliiga, la segunda división de su país, disfruta de sus últimos años en el fútbol, alejado del foco mediático y sin etiquetas que hablen de él como 'fichaje estrella' o 'futurible del primer equipo'. Precisamente ese tipo de comentarios hicieron que la presión y las expectativas en torno a su fichaje aumentasen.
El Madrid, por su parte, aprendió la lección y, aunque el club acometió algunas operaciones similares que tampoco terminaron de cuajar, se centró en otros mercados, sobre todo en el brasileño, buscando perfilar la plantilla e incorporar jugadores que elevasen el techo del equipo. Bajo esa premisa aterrizó Eero, por una cantidad importante de dinero además (dos millones, algo poco habitual hace diez años en un filial), pero no cuajó.
Familia con raíces en el deporte... y un hermano en la NBA
Que Eero Markkanen terminase decantándose por el fútbol supuso romper con la tradición de una familia con historia en el baloncesto: sus padres, Pekka y Riikka, se dedicaron al baloncesto cuando eran jóvenes. Al igual que su hermano Lauri, ahora en los Utah Jazz y uno de los jugadores europeos mejor pagados de la NBA. Miika, su otro hermano, también practicó esta disciplina, aunque no logró llegar a profesional.
Su altura (1.97m) bien podría haberle permitido dedicarse al baloncesto y colgarse del aro como lo hace en la NBA su hermano Lauri, con quien tiene una relación muy estrecha pese a vivir en diferentes países. Ahora, además de militar en un equipo de la segunda división finlandesa, practica golf junto a sus amigos.