REAL MADRID

El 'culpable' de la leyenda de Antonio Pintus: "Le fiché en el club de atletismo de la FIAT"

Claudio Gaudino, gurú de la preparación física en España, fue quien le llevó a la Juventus. A partir de ahí, la vida del ahora madridista cambió.

Antonio Pintus, en una imagen suya en el Bernabéu. /GETTY
Antonio Pintus, en una imagen suya en el Bernabéu. GETTY
Sergio Gómez

Sergio Gómez

El currículum de Antonio Pintus (60 años) es inversamente proporcional a su pretensión de protagonismo. Reticente a los focos, poco se sabe del italiano, más allá de su empeño por elevar el físico con un método que Modric celebra como si fuera una Champions y su obsesión por absorber todo conocimiento posible. A lo largo de más de tres décadas de trabajo al frente de la preparación de futbolistas ha contribuido de manera decisiva en títulos hasta convertirse en el gurú de Florentino Pérez. El presidente del Real Madrid le fichó dos veces. La primera en 2016, a petición de Zidane y tras pagar una indemnización al Olympique de Lyon. La segunda en 2021, después de irse al Inter dos años antes a causa del deterioro de su relación con Zizou.

Florentino ordenó que su retorno se anunciara como si fuera una contratación galáctica: comunicado oficial y plenos poderes. Pintus no reapareció para encargarse exclusivamente de modelar al primer equipo sino para coordinar el trabajo de todas las plantillas del organigrama. Desde entonces, es el capo del club en esta disciplina, tan temido como venerado por los jugadores.

Pero antes que Sargento, como le apodaron por su seriedad en el tajo, fue recluta. El culpable de que Antonio Pintus esté en el fútbol es Claudio Gaudino (74 años), considerado uno de los maestros de la preparación física en Italia tras su paso por la Juventus, el Inter y la selección campeona del mundo en 2006. Todo nació de la necesidad, como suele suceder en las grandes trayectorias. "Yo estaba en el equipo Primavera de la Juve (el filial) después de que en 1991 Gigi Maifredi me dejara fuera de su staff. Pero una temporada después ficharon a Trappatoni y volví al primer equipo. Entonces, se precisaba a alguien que se hiciera cargo de la preparación física del filial y se lo pedí a Antonio. Yo le conocía muy bien porque era atleta en el Sisport, el club de atletismo de la FIAT, que estaba también controlada por la familia Agnelli; ahí le fiché".

Claudio Gaudino, en una imagen de archivo.  INSTAGRAM
Claudio Gaudino, en una imagen de archivo. INSTAGRAM

Mediofondista y metódico

Pintus tenía viento en las piernas. En el suburbio obrero del FIAT Village (su padre trabajaba en la marca de automóviles), en Settimo Torinese, sobresalió en las carreras de resistencia y se aficionó al atletismo. Le llamó la atención más que el fútbol. Su interés le impulsó a estudiar en el Instituto Superior de Educación Física (ISEF), donde se graduó con un brillante historial. Su tesis doctoral sobre el maratón moderno obtuvo el premio CONI, máximo galardón del Comité Olímpico Italiano. Lo suyo no sólo era la teoría. "Fue muy buen atleta, un gran mediofondista. Corría los 1.500 en menos de cuatro minutos", recuerda Gaudino, que se extiende: "Yo también era el director técnico del Sisport Fiat y desde el principio me fijé en él. Eso fue en los primeros años de los 80. Entró como estudiante y después se convirtió en profesor de Ciencias Motoras. Entrenó a mediofondistas juveniles, llevó a rajatabla todos los estudios, es muy metódico. Por eso me acordé de él cuando surgió la oportunidad en la Juventus. Su base de atletismo le ha ayudado a ser lo que es".

"Pintus era un gran mediofondista. Corría los 1.500 en menos de cuatro minutos"

La llamada del maestro Gaudino le llegó a Pintus mientras compaginaba el atletismo y la preparación física de judokas en el club Akiyama. Aceptó sin reservas. Antes había tenido sus coqueteos con el fútbol en el Settimo Torinese, el equipo de su ciudad, que jugaba campeonatos regionales. Pero Claudio le abrió las puertas de la élite. Era su oportunidad de entrar en uno de los mejores clubes del mundo y la cogió al vuelo.

Antonio Pintus, a la izquierda, junto a Vialli, en su etapa del Chelsea.  GETTY
Antonio Pintus, a la izquierda, junto a Vialli, en su etapa del Chelsea. GETTY

"Recuerdo cuando entró en la Juventus, hace ya 32 años. Estábamos en una concentración de pretemporada con Trappatoni y me reuní con Antonio para explicarle cómo era la entidad, los dirigentes, todo. Le di un consejo: 'Aquí tienes que trabajar mucho y hablar poco, no quedar nunca en evidencia'. Y él ha hecho un tesoro de ese consejo. Cada tanto, cuando nos vemos, todavía me recuerda esas indicaciones que le di y que tanto le han servido. Se enorgullece de ello. Uno tiene que hacerse valer con el trabajo y no con la palabra. Sé de qué hablo".

Los ojos de Gaudino han visto cómo ha evolucionado la labor del preparador físico en el fútbol: ha pasado de sospechosa a ponerla en un altar. "Al principio no fue fácil: cuando en 1983, en una primera etapa, Trapattoni me presentó a los jugadores de la Juventus, Beppe Furino me llevó aparte y me dijo que había ganado seis Scudettos sin necesitar nunca la ayuda de un preparador. Y Boniperti me soltó que no me dejara ver mucho antes de los partidos...".

«Él hace sufrir pero a la larga todos se entusiasman»

Pintus conoce la desconfianza de oídas. Los jugadores le tratan con complicidad después de comprobar que el sufrimiento que marcan sus ejercicios es tan importante para la temporada como la relación con el balón. También por verle sudando como uno más. A sus 60 años, con su físico de maratoniano, corre cada día entre 10 y 15 kilómetros. Es de los de dar ejemplo. "Es importante que me vean trabajar", suele decir. De esta forma se llega más fácil a la persuasión. "Antonio se caracteriza por su disponibilidad con los jugadores pero, sobre todo, por su humildad. Él les hace sufrir, mucho. Recuerdo los tiempos de la Juve de Deschamps y Zidane. Entrenamientos muy duros. Pero propone el trabajo del modo más racional y concreto posible. Él no va de fenómeno pese a hacer muy bien su trabajo. No recuerdo un futbolista que haya tenido mala relación con él. A la larga todos se entusiasman", declara Gaudino.

"Pintus estudió en Italia, en Francia y ahora también en España, donde acaba de hacer cursos de Fisioterapia"

Se hizo viral aquella imagen de Modric, agarrado al cuello del Sargento después de eliminar al Manchester City en la Champions 2021-22, gritando mientras le señalaba en un intento de explicar lo que fue irracional: "¡Método Pintus, método Pintus!". Sin embargo, más que un método el del italiano son muchos. "Su evolución se ha basado en eso precisamente, en saber evolucionar, adaptarse. No para de empaparse de conocimientos: estudió en Italia, en Francia y ahora también en España, donde acaba de hacer cursos de Fisioterapia. No tenía necesidad de hacerlos, pero cree que es interesante completar aún más su formación. ¡A su edad sigue estudiando! Es un ejemplo en ese sentido. Por eso los que han sido jugadores suyos, los que le conocen más que nadie, le han llamado para que se uniera a sus equipos. Vialli en el Chelsea, Poyet en el Sunderland o Zidane en el Madrid", dice su mentor, que destaca el afán de Pintus por mantenerse en lo alto de la ola de la innovación.

Ancelotti abraza a Antonio Pintus al acabar un partido de la temporada pasada.  GETTY
Ancelotti abraza a Antonio Pintus al acabar un partido de la temporada pasada. GETTY

Esa ha sido una de sus improntas en Juve, Chelsea, Mónaco, West Ham, Olympique de Marsella, Palermo, Sunderland, Inter o Real Madrid. "Antonio iba dos pasos por delante del resto. Con él tenías una sensación de lo más curiosa, porque te tenía reventado y a la vez entre algodones. Nos colocaba un GPS y analizábamos la distancia recorrida, la velocidad en los sprints o el tiempo a máximas pulsaciones. Eso, que hoy parece de lo más normal, a mí me resultaba muy novedoso en 2012, porque yo venía del Aston Villa y el Rangers, con unos métodos completamente diferentes", declaró el español Carlos Cuéllar el año pasado en El Mundo. En Valdebebas ya son populares las máscaras de hipoxia para aumentar la resistencia y la capacidad anaeróbica y aún se recuerda aquella tarde del 31 de diciembre de 2017, cuando mandó a la plantilla subir todas las escaleras del Bernabéu hasta tocar el último asiento del estadio. Sólo se echó de menos que el 'Gonna Fly Now' de Rocky atronara por megafonía.

Un método de prevención

"Antonio no solo dirige su trabajo a personalizar los entrenamientos para llevarlos al límite, sino también a la prevención de lesiones. Ahora todos manejan mucha tecnología y números que contribuyen a mejorar ese aspecto; en este sentido él también es de los mejores", recalca Gaudino. Ese fue uno de los argumentos de Florentino Pérez para ficharle por segunda vez. El presidente quería cortar de raíz la sangría de lesiones musculares que estaba sufriendo el Real Madrid, con Gregory Dupont al frente de la preparación física. El francés, fichado en 2019 de la Francia campeona del mundo tras la marcha de Pintus al Inter, pinchó al llegar al Bernabéu. No fue capaz de cogerle el punto a la plantilla. Al finalizar la temporada 2020-21, se marchó al tiempo que lo hizo Zidane. El 1 de junio de 2021 se anunció a Ancelotti como nuevo entrenador blanco y, sólo tres días después, se sacó el bombo y los platillos para hacer lo propio con Antonio Pintus.

"Pintus no va de fenómeno; no recuerdo un futbolista que haya tenido mala relación con él"

Desde entonces, toda la materia física está bajo su supervisión. "Mantiene contacto permanente con los futbolistas, no es de los de mano dura y mal gesto. Es muy serio en lo suyo, pero muy comunicativo", informa Gaudino. Ahora, en pretemporada, es cuando Pintus se adueña de la escena. Los jugadores no se incorporan en punto muerto tras las vacaciones sino con una carga de trabajo acumulado que, previamente, ha sido recomendada por el Sargento. Una vez en Valdebebas, toca sudar. Bellingham y Güler ya conocen cómo se las gasta el italiano. Ambos sufrieron en el primer día de entrenamiento los rigores de sus métodos. Los mismos que empezaron a cocinarse en un tartán y que han acabado por ser la llave de varias Champions.