Luis García Plaza, el míster ascensor: "Me tiré un órdago que por fortuna me salió bien"

Luis García Plaza (Madrid, 01/12/1972) acaba de lograr su cuarto ascenso a Primera División. Esta vez, con el Alavés. anteriormente lo logró con el Levante, Mallorca y con el Beijing Renhe chino. En el mes de marzo hizo su particular profecía: "El Alavés será uno de los equipos del ascenso". No se equivocó, y así lo explica en Relevo.

Lo que sentiste el otro día al acabar el partido contra el Levante, ¿cómo lo recuerdas exactamente?

Sentí mucha felicidad porque al jugar un playoff se convierte en una temporada de 11 meses y casi tres semanas. Y mentalmente ha sido la más dura. Me fui a buscar a mi familia entre la gente para abrazarme. Es un ascenso muy peleado, que lo hubiese merecido el Levante también. Es la primera vez que asciendo así, las otras tres fueron de manera directa. Tenía esa cosita ahí dentro.

Después de la frase atrevida que pronunciaste en marzo, cuando ya aseguraste que el Alavés sería uno de los equipos que ascendería, ¿sentiste un gran alivio?

Cuando la dije, estábamos a ocho puntos del acceso directo, pero estábamos trabajando y compitiendo muy bien. Pensé que los futbolistas necesitaban ver a su entrenador que se la jugaba delante de la gente. Después de eso, perdimos el siguiente encuentro, y encarrilamos cinco victorias seguidas y una racha muy buena. Mi sensación no era tanto de que íbamos a ascender, sino de que lo íbamos a competir. Me tiré un órdago que por fortuna salió bien.

¿Hubo detalles en partidos o entrenamientos en los que podías 'oler' el ascenso?

Los entrenadores nos tenemos que guiar en el día a día. Son 25 personas distintas en el vestuario y se notaba esa química entre ellos, estaban entrenándose cojonudo, incluso los que luego no jugaban. Desde aquella frase, quedaban 14 partidos por delante y sólo perdimos uno. Jugábamos con los de arriba y siempre estábamos en el partido o como mínimos les empatábamos. Remontábamos y se veía ese punto de acierto necesario, como el del último día.

¿Cuál fue el momento más complicado de la temporada?

En diciembre, sin duda. Ya no por las cuatro derrotas seguidas, sino porque se veía que el equipo no iba. Porque, por ejemplo, antes de aquella frase de marzo, llevábamos cuatro partidos sin ganar, pero el equipo estaba. Sin embargo, en diciembre no competíamos bien. El parón nos vino muy bien y después la Copa del Rey nos dio la vida, eliminamos a Valladolid, Burgos…. Pero antes de eso, sí, el equipo se cayó.

¿Cómo te manejas en ese tipo de contextos?

Al final la experiencia en Segunda, aunque tenga más partidos en Primera, hace que cuando el jugador te ve venir dice: "Este tío tiene tres ascensos, sabe de qué va a esto". Sé manejarme en esos contextos de presión, de exigencia, cuando el entorno se pone nervioso o se llena de euforia porque las cosas van bien. Soy tranquilo, y sé que la Segunda división es muy igualada. Cuando llega el momento duro creo que sé llevarlo bien.

Pero se te cuestionó tu estilo arriesgado.

Al principio llegas con la idea de presionar arriba y jugar en campo contrario, pero al final hemos sido capaces de ejecutar dos estilos. Es decir, que en un momento dado también podemos estar juntos en bloque medio y salir a la contra. No somos el City, que podemos firmar a quien nos apetezca, sino que debemos acertar mucho con los fichajes. Me traje a gente que ya había tenido antes para que en un momento dado te ayuden. Lo importante es estar en un sitio donde crear esa escuela, aunque es difícil.

¿Y si a partir de ahora sólo te dan la oportunidad en equipos que pretenden ascender?

Estoy encantado si me ponen el sambenito de entrenador ascensor. Me gustaría poder estar aquí varios años después de ascender, pero sé que es muy difícil. Además, partes de unas condiciones económicas inferiores, somos el equipo con menor presupuesto de la Primera división. Siempre que asciendes, el año siguiente es muy duro. Luego estás hasta el último minuto sufriendo. Fíjate Rubi en el Almería, el Mallorca, Pacheta en el Valladolid…

¿Qué esperas de la próxima temporada?

Seguro que vamos a tener un equipo que pelee cada partido hasta el último minuto. Ya te digo que el presupuesto del Alavés es el más bajo o el segundo más bajo, y tenemos que firmar a bastantes jugadores porque varios acaban contrato, quizás a algunos sí podemos mantener. En casa tenemos que hacernos muy fuertes.

Necesitáis muchos refuerzos, entonces.

En todas las líneas. Defensa, medio y arriba. Arriba que acompañe lo que tenemos y marque la pauta. La mediapunta también porque Rober vuelve al Betis. Necesitamos reforzar no sólo las posiciones, sino en todas las líneas. Salva queda libre, Antonio Blanco está cedido por el Madrid…

¿Cuánto de importante es poder contar con jugadores que hayan estado en ese tipo de situación?

Se necesita gente joven con esa hambre, pero también a los Salva Sevilla, Laguardia… Que sabían de qué va esto y que su aportación en el día a día es fundamental, por cómo hablan con los chicos, aunque ellos no fueran titulares indiscutibles. Saben que luego subes a Primera y no ganas un título si no juegas en uno de los grandes, así que ascender es como ganar un título. Han sido muy importantes en el vestuario para transmitir esa ilusión.

¿Qué jugador te llevarías siempre para luchar por el ascenso?

He congeniado mucho y echado mucho de menos a Raíllo. Se perdió media temporada en el Mallorca y se notó mucho. Para este tipo de proyectos hacen falta jugadores como Juanfran, del Levante, que ahora es entrenador.

Cuéntanos qué se está cociendo en Arabia Saudí. 

Sólo estuvimos tres meses en el Al- Shabab, porque llegó la pandemia y nos tuvimos que ir, pero ya me di cuenta de que querían apostar mucho por el fútbol. No es una cuestión de clubes, sino del gobierno, aunque eso no se consigue de un día para otro. Lo bueno es que en la liga saudí pueden tener a siete extranjeros, yo ya tenía a Banega. Pero luego, cuando sales a competiciones no nacionales, sólo puedes alinear a tres, así que tienen que subir el nivel del jugador local. Tampoco allí te enfrentas a los grandes de Europa. Pueden ser la mejor liga de Asia y creo que lo van a conseguir. En el Mundial vimos cómo eran, pero eran 14 jugadores de nivel alto, el resto tienen un nivel medio, y necesitan mejorar en los futbolistas locales. Tienen otra cultura, los que suben de abajo son los que tienen que mejorar, el fútbol base, porque vienen con otra disciplina.

¿Qué fue lo que culturalmente más te chocó?

Sigue siendo el país más cerrado en el que hemos estado. Mi mujer estuvo un mes nada más, pero podía salir sola, con ropa amplia, conducir… Sin embargo, cuando íbamos a restaurantes con mi mujer y mis hijos con mi cuerpo técnico, debíamos comer por separado. Los hombres solteros debían sentarse en otra zona diferente a los matrimonios y mujeres solteras. Vemos cosas que nos sorprenden, pero ellos también se sorprenden con nosotros.