FC BARCELONA

El día que Eto'o pegó fuego al vestuario del Barça en Vilafranca: "Eso sí es de mala persona"

El cruce de declaraciones entre Gündogan y Araujo es un juego de niños comparado con este episodio de 2007.

Samuel Eto'o celebra un gol durante su etapa en el Barcelona./AFP
Samuel Eto'o celebra un gol durante su etapa en el Barcelona. AFP
Lu Martin

Lu Martin

La polémica generada esta semana después del consejo de Gündogan a Araujo tras el Barça-PSG parece un juego de puchinelis (títeres en catalán) comparado con anteriores trifulcas en el vestuario del Camp Nou. Las palabras del jugador alemán al señalar que su compañero se había equivocado al precipitarse en la acción que le costó la expulsión en el 29' y, por consiguiente, dejar a su equipo con 10 jugadores marcando, evidentemente, el devenir de los acontecimientos en aquel partido tuvieron respuesta. Araujo le replicó en el acto de presentación del XIX Libro de Periodistas Solidarios, que este año apadrina el central, a beneficio de la fundación y que como de costumbre está a la venta en El Corte Inglés. "Hay unos códigos", dijo visiblemente molesto el sudamericano. Días después, el capitán, Sergi Roberto, terció: "Está más que hablado y superado. No pasa nada, el vestuario está unido. Somos un familia".

Resulta que en febrero del año 2007 aquel vestuario de los Deco, Ronaldinho, Motta o Zambrotta, Márquez y unos jovenzuelos Puyol, Xavi o Messi, también era una familia. Hasta que Eto'o dijo basta y tiró de la manta. Salía el camerunés de una lesión que le había tenido de baja seis meses y el Barça, el día 11, jugó contra el Racing. Ganaron con dos goles de Ronaldinho. Eto'o fue suplente. Rijkaard pensó en hacerle salir al campo en la segunda parte pero, al final, no jugó. Después, el entrenador holandés explicó que el delantero había preferido no jugar.

Dos días después, el 9 compareció a la firma de ejemplares del libro Camerún, programada desde hace meses. Eto'o se negó a suspender la visita. Un grupo de niños ataviados con ropas que les identificaban como jugadores del CF Hristo Stoichkov le esperaba a la puerta de la sede de la Caixa del Penedés. Llegó acompañado por Josep María Mesalles, su abogado. Más de veinte medios le esperaban; los encargados de comunicación del club insistían en que Eto'o no hablaría. Su hermano, Alejandro Echevarría, el cuñado del presidente Laporta, con quien Eto'o había pasado la mañana en el vestuario del Barça mientras se sometía a sesión de masaje, le aconsejó que no dijera nada sobre las declaraciones de Rijkaard. Como Mesalles, como el resto de su entorno, trataron de hacerle comprender que la postura inteligente era mantenerse callado hasta reunirse con Rijkaard.

El entonces director de comunicación del club, José Manuel Lázaro, recuerda con Relevo la conversación que tuvo con Eto"o. "¿Quiéres que te acompañe?, le dije. Samu me contestó: no te preocupes, papi, que no pienso hablar". Años después, y con un tono desenfadado, Lázaro bromea: "Nos dejó helados, menos mal que no habló".

Pero habló. Básicamente escupió su enfado y se llevó por delante a Rijkaard, a Sandro Rosell y a Ronaldinho en una de las mayores rajadas que se recuerdan en el FC Barcelona. Todo empezó así, según recuerdan las hemerotecas.

Pregunta. ¿Qué tal?

Respuesta. Muy bien.

P. Quizá lo mejor es que explique su versión sobre lo que...

R. No tengo nada que decir. El señor Rijkaard dijo lo que dijo y es el que tiene que hablar con ustedes.

P. ¿Está enfadado?

R. Para nada.

P. ¿Por qué no quiso entrar a jugar el domingo?

R. No doy explicaciones a nadie. Si el club las pide se las doy, pero a nadie más.

P. ¿Le preocupa el revuelo que se ha montado?

R. Los que están hablando son los que están preocupados. En el Barcelona hay dos grupos. Uno, el del presidente; otro, de otra persona (se dio por hecho que aludía a Sandro Rosell, ex vicepresidente deportivo del Barça).

Siguió tirando con bala: "Los preocupados que sepan que he vuelto. Volveré y lo que duele son mis goles. Volveré a marcar goles", repitió hasta tres veces. "...Si un compañero sale y dice que hay que pensar en el grupo el que debe pensar es él [alusión a Ronaldinho]. Yo siempre, siempre, siempre pienso en el grupo. Es lo único que me ha molestado. He visto lo que habéis dicho pero volveré a marcar goles".

Eto'o y Ronaldinho durante un entrenamiento. EFE
Eto'o y Ronaldinho durante un entrenamiento. EFE

"Vale, ya está", terció Mesalles, el abogado del jugador. Eto'o hizo ademán de retirarse, los niños se acercaron a pedirle un autógrafo... pero a Eto'o no había quién le sacara de allí. Señaló a los periodistas con el dedo índice y desafiante, apuntó a los medios antes de empezar su monólogo: "Yo escucho todo y no me olvido de nada. Volveré. Puedo perdonar pero no olvidaré. No tengo ningún problema, me he encontrado una guerra que no es mía, es de dos personas [Laporta y Rosell] y yo me llevo todos los palos. Si alguien tiene los huevos de decírmelo a la cara que me lo diga. Cuando ha sido mi jefe nunca me ha saludado, y pasan atrás para pegarme palos. Esto sí es de mala persona y es de mala persona los que salen en una rueda de prensa y dicen que Eto'o se ha negado a jugar. Lo que tienen que pensar es que Samuel Eto'o siempre ha entrenado con sus compañeros, lesionado, y con golpes y todo".

Los periodistas nos mirábamos sorprendidos, Mesalles no sabía qué hacer y los niños empezaban a temer que se los comiera. Y Eto'o, desbocado, seguía. Cabe recordar que en aquellos días, Ronaldinho empezaba a aparecer más bien poco por los entrenamientos, así que nadie dudó de que lo que sigue era una alusión directa al brasileño: "Yo siempre he entrenado. Siempre. Voy con la cabeza alta dentro del vestuario. Lo único que me interesa es el vestuario para adentro, lo de fuera es para ustedes y si queréis saber lo que ha pasado preguntadle a Rijkaard. Yo no hablo pero digo que el que quiere meter la prensa en el vestuario es el que sale y habla esas cosas, y eso hay que saberlo. Y yo, si salgo y hablo, la gente, seguramente va a ver lo que va a pasar". Lanzada la amenaza, se fue a firmar libros. Por la noche habló en El Larguero, de la cadena SER, y a preguntas de José Ramón de la Morena negó haberse referido a Rijkaard o a Ronaldinho y dijo que había saltado porque no aceptaba "que me tiren mierda encima".

Eto'o siempre sostuvo que él nunca se negó a salir al campo el día del Racing pero Gio Van Bronckhorst le desdijo en rueda de prensa. "Yo estaba calentando a su lado con Oleguer. Y es cierto, no quiso salir". Con el tiempo, explicó que sólo pidió más tiempo para calentar la rodilla. Años después aseguró que aquella rajada le hizo un gran favor al Barça.

La llegada de Guardiola al banquillo significó el adiós de Roanldinho y Deco al Barcelona. Los compañeros salvaron la cabeza de Eto'o ante el de Santpedor. Lo dicho, al lado del histórico día de Vilafranca, lo de Gündogan y Araujo parece un juego de niños.