El rodillo del Athletic aplasta al Espanyol y se lanza a Champions

Si alguien dudó del Athletic Club por la carambola de los penaltis en Girona puede escribir 100 veces en la pizarra "no volveré a dudar de los chicos de Valverde". Este equipo ha vuelto a demostrar que se levanta siempre de los golpes y, además, parece hacerlo cada vez más fuerte. La primera parte ante el Espanyol fue una nueva demostración de ello y una exhibición futbolística que recordó a los mejores momentos del curso pasado. Un raudal inagotable de juego, intensidad, presión y velocidad. De goles también, dejando sentenciado el encuentro a la media hora para que San Mamés disfrute y celebre.

[Así está la clasificación]

Todo salió bien desde el inicio, sin importar las bajas de Sancet o Paredes. Es importante esto, ya que el equipo había echado en falta al mediapunta navarro cada vez que se había ausentado por lesión. Valverde esta vez apostó por Berenguer como enganche, junto a los hermanos Williams en las bandas y Guruzeta haciendo lo que mejor sabe: pivotar todo el juego para mejorar al resto de compañeros. Cuando estos fluyen, pocas defensas pueden pararles hoy en día.

Si a esto se le suma un centro del campo conformado por Galarreta y Jauregizar -cada vez con más cara de titular indiscutible- el resultado es un equipo que te ahoga sin piedad. Y si además el 'Teniente' Vivian añade goles a su sobresaliente rendimiento defensivo, hablamos de un Athletic imparable. Lo fue durante muchos minutos, con un Espanyol irreconocible. Superados, los catalanes perdieron su fortaleza defensiva e intensificaron sus problemas de juego, incapaces de jugar al ritmo que proponía el cuadro vasco. Eso es sinómimo de 'muerte' en La Catedral.

El tempranero gol de Vivian, rematando con la rodilla un córner botado por Nico Williams, desniveló un partido que ya tenía un claro favorito en la previa. El Espanyol ni siquiera se acercó al área rojiblanca, prácticamente no pisó campo rival, en una primera parte de exhibición ofensiva. Nico e Iñaki se divertían en las bandas, con De Marcos y Yuri acompañándoles desde los laterales para poblar el campo rival. Si perdían balón, lo recuperaban rápido. Y cuando eso pasa en San Mamés, es cuestión de tiempo que lleguen los goles.

Iñaki, en menos de dos minutos, sumó un doblete a su buena temporada. Ya porta en la mochila cuatro goles y cuatro asistencias entre LaLiga y la Europa League. Esta vez fue Berenguer quien le asistió en ambos goles, aunque en el segundo fue clave la participación de Nico. El menor de los hermanos se reencontró con San Mamés, empujado por la afición cada vez que intervenía. Estuvo entonado desde el principio, regalando regates y caños, partiendo desde banda izquierda.

Desde allí 'bailó' a El Hilali en una jugada individual para el recuerdo que finalizó su hermano. Galarreta y De Marcos corrieron a felicitar al hermano menor, conscientes de que necesita cariño y reconocimiento en un inicio de curso en el que no está sumando cifras, pero en el que sigue siendo diferencial.

Con confianza, incluso se intercambió la posición con Berenguer por momentos, actuando de mediapunta. Pero el ex del Torino estaba en esos días que le sale de todo y se apoderó de la posición interior. Desde allí marcó el cuarto del partido tras una acción individual, con un recorte dentro del área y una finalización de goleador nato. El navarro está de dulce y lo volvió a demostrar con un partido que finalizó con dos asistencias y un gol para seguir apretando a todos por la titularidad.

Con la tranquilidad del resultado, Valverde movió el banquillo pensando en el jueves, cuando reciben al Slavia de Praga en San Mamés. Yuri y Galarreta fueron los primeros en salir del campo, a la media hora, mientras que Nico e Iñaki lo hicieron diez minutos más tardes. Primero Iñaki recibió los aplausos del público, que se volcó aún más cuando dejaba el césped el hermano menor. Un momento importante para él y también para su buen amigo Nico Serrano, que saltó al terreno de juego para jugar sus primeros minutos de la temporada.

Una jornada plácida, de las más tranquilas que se recuerdan en los últimos tiempos en Bilbao. Ni siquiera el golazo de falta de Tejero en el descuento lo pudo empañar. Todo aficionado rojiblanco se fue a casa con una sonrisa. Imposible no ilusionarse con este equipo, que el jueves volverá a San Mamés para seguir dando pasos al frente. Con este nivel de juego y el estado de forma de sus jugadores más determinantes, cualquier sueño es posible.

Athletic Club (4): Agirrezabala; De Marcos, Vivian, Núñez, Yuri (Adama Boiro, min. 62'); Galarreta (Prados, min. 62'), Jauregizar; Iñaki Williams (Nico Serrano, min. 72'), Berenguer (Unai Gómez, min. 78'), Nico Williams (Djaló, min. 72'); Guruzeta.

Espanyol (1): Joan García; El Hilali, Kumbulla (Tejero, min. 73'), Sergi Gómez, Brian Oliván, Carlos Romero (Pere Milla, min. 45'); Gragera (Cabrera, min. 45'), Pol Lozano, Král; Jofre (Cardona, min. 62'), Véliz (Cheddira, min. 45').

Tarjetas: Yuri (45'+3), Núñez (48'), Milla (51'), Cabrera (74') y El Hilali (82').

Goles: Vivian (6'), Iñaki Williams (28'), Iñaki Williams (30'), Berenguer (55') y Tejero (90'+2).