El cruce de cables de Mbappé retrata la realidad que vive el vestuario del Real Madrid
La tarjeta roja del francés puso en aprietos a los blancos en Mendizorroza, y explica lo que están sufriendo desde la caseta merengue esta temporada.

"Hay algo emocionante en mirar a un grupo de gente tremendamente privilegiada y ver que ellos tampoco son exactamente felices". La frase se podría extrapolar a cada fin de semana, cuando comparece en Liga el Real Madrid. La imagen que deja el equipo merengue en cada jornada es la de un grupo algo desquiciado con esta competición. Y tienen sus argumentos.
Mbappé fue el protagonista del último episodio. El astro de Bondy estuvo totalmente fuera del encuentro desde el inicio del duelo de los suyos contra el Alavés, y se le notó en cada acción. Primero, viniendo a recibir demasiado atrás, como si estuviera algo desesperado por no tocar mucho balón. Después, molesto con los zagueros rivales, que rascaban en cada disputa y el trencilla no lo penalizaba.
Ya tuvo un forcejeo con Abqar previo a la expulsión, que llegó en el minuto 38 de la primera mitad. Kylian hizo una entrada salvaje sobre Antonio Blanco, completamente fuera de lugar, que fue sancionada en primera instancia con tarjeta amarilla y tras revisión de VAR pasó a ser expulsión. El delantero galo se marchó del campo cabizbajo, consciente de que había perjudicado gravemente a sus compañeros y casi provoca la lesión de un contrario.
Después, pidió disculpas en el vestuario y también a Antonio Blanco. Pero el accidente de Mbappé no es un hecho aislado en la plantilla del Real Madrid. En las últimas semanas se están viendo imágenes de angustia entre los jugadores merengues. Camavinga ya fue expulsado en Champions contra el Arsenal, fruto del enojo de los minutos finales en el Emirates. Y Bellingham, en la pasada jornada de Liga, salió del Bernabéu dando una patada a la pantalla del VAR.
Un gesto que tiene su explicación en el conjunto blanco. Desde la caseta, y ya desde campaña anterior, están muy disgustados con el trato que sienten que reciben de los árbitros. Sobre todo, por un latir general: piensan que los colegiados no sancionan con tarjetas las faltas que sufren, y a ellos les penalizan con amarillas a las primeras de cambio. Este curso, la roja perdonada a Carlos Romero después de una entrada sobre Mbappé causó un gran enfado en el Real Madrid.
La rabia del vestuario se está apreciando ahora, cuando los resultados no están saliendo todo lo bien que querrían. Y eso que es un vestuario bastante sano, según cuentan en Valdebebas, pero cada vez hay más asperezas. Y sobre todo, se echa en falta el carácter de figuras como Carvajal, Nacho y Toni Kroos, sin reemplazo en la plantilla actual.
Este es un nuevo grupo difícil de gestionar, con muchas estrellas y además el estómago lleno, tras varias temporadas cargadas de títulos. Y Ancelotti no ha logrado conectarles por completo en ningún momento del curso. Ahora, con las fechas clave en el horizonte, se espera que den lo mejor de sí.