Las facturas del Cholo, la jerarquía de Carrasco y el enfado de Griezmann
El estado de euforia tras el triunfo ante el Cádiz lo rebajó de alguna manera Simeone. No olvida que algunos dudaron de él.

Simeone no olvida. "Muchos dejaron de creer en lo que hacíamos", insistió tras el 5-1 ante el Cádiz. Hubo un momento en la temporada que, desde algún despacho del Metropolitano, no confiaron en él. Pensaron que había llegado la hora de comenzar una transición, donde saltaron a la palestra los nombres de Luis Enrique,Marcelino y el Muñeco Gallardo. Veían al equipo, incluso, fuera de los puestos Champions por primera vez en once años. Simeone no sintió dañado su ego, sino la confianza y legado que había construido en las diez temporadas anteriores, donde firmó dos Ligas, dos subcampeonatos y seis terceros puestos en las diez temporadas precedentes, además de dos Europa Leagues (2018 y 2012), dos Supercopas de Europa (2018 y 2012), una Copa del Rey (2013) y una Supercopa de España (2014).
Más que respaldo, Simeone gozó de un 'último' voto de confianza por parte del club, que consistió en desprenderse en el mercado invernal de Joao Félix, Cunha y Felipe. El Atlético sintió que no tenía mucho margen de maniobra ante la crisis de resultados: la situación la debía resolver el entrenador y la entidad debía actuar en consecuencia de sus decisiones. Cuando llegase el verano, sería otra historia. "Creo en lo que hacemos. El fútbol es muy cambiante. No hay que hablar antes. El fútbol es cuando se termina la temporada, no antes. Sentía que este equipo iba a responder", insistió el argentino una vez arrebatada la segunda posición al Real Madrid.
Joao Félix y el “es mejor no venir”
"Si no entiendes a este club, es mejor no venir", subrayó, sin ser preguntado específicamente por nadie, tras el triunfo ante el Mallorca (2-1). Nadie nombró a Joao, pero todo el mundo pensó en él: la gran apuesta de la dirección deportiva y que fichó en 2019 por 127,2 millones de euros. "Los grandes equipos necesitan grandes delanteros", deslizó en la previa ante el Cádiz, como si diera a entender que en el Atlético se necesitan jugadores de largo recorrido y no de "torneos cortos", como dijo el Cholo en el Mundial sobre Joao Félix. Simeone no desea repetir el error de este verano, que para él fue seguir insistiendo en dar confianza y oportunidades a un jugador que nunca mostró el compromiso que demandaba su entrenador.
"Muchos no confiaban en que Griezmann fuese a ser importante", también soltó el día antes de jugar en Zorrilla. Nadie en el club quería poner un euro por el galo este verano después del rendimiento que ofreció en la 2021-22. Fue un empeño personal de Simeone que siguiera en la entidad y, a la postre, el hombre clave para que el Atlético resucitara esta temporada. "Hay que luchar, trabajar… Y si no, fuera", dijo tras la eliminación europea en Oporto.

Del penalti al Bayern, al penalti al Cádiz
"Carrasco está demostrando que es determinante en las últimas actuaciones y en el penalti tuvo mucha jerarquía", destacó el técnico sobre el jugador belga. Han pasado 190 días desde que el Metropolitano volviera a ver un penalti. Fue el de Carrasco ante el Bayer Leverkusen, en la última jugada del partido. Falló el belga, Saúl envió al larguero en el primer rechace y Reinildo se estrelló con el propio Carrasco en el segundo. Posteriormente, Simeone dejaría una de las imágenes más representativas desde que llegase en 2011, cuando se quedó solo y pensativo en el centro del campo del estadio contemplando al césped, los jugadores y a la grada.
Paradojas de la vida, ese penalti podría haber cambiado el curso actual del Atlético, que en ese mes de octubre empezó a tomar una deriva preocupante en la que el propio Carrasco, De Paul, Molina o Lemar aparecían, entre muchos, como los futbolistas más señalados.

Carrasco ejecutó el penalti ante el Cádiz, precisamente, en la misma portería donde vivió una de las noches más tristes como rojiblanco. Griezmann, el otro lanzador habitual desde los once metros, fue el primero en abrazarle nada más marcar el 4-0 del partido. Esa fue la jerarquía que alabó Simeone de Carrasco, quien termina contrato el próximo mes de junio y al que club ha ofrecido al Barça mediante una opción de compra. No le gusta al Cholo la idea de deshacerse de Yannick, un carrilero difícil de encontrar en el fútbol actual para los gustos del Cholo: que tenga tanta calidad arriba como trabajo atrás. Lino y Riquelme podrían jugar en su posición el curso que viene, sobre todo en la fase ofensiva, pero en el aire queda cómo se adaptarían a ese trabajo defensivo de largo recorrido que exige el Cholo.
Hablando de trabajo defensivo, el primer futbolista que se pone el mono de trabajo en este sentido se llama Antoine Griezmann, segundo máximo goleador del equipo con 14 dianas (Morata suma 15) y que ha repartido 14 asistencias. Pero más allá de esos números de fantasía, lo que encandila al Cholo del francés es su compromiso. Calidad y trabajo para postularse como uno de los mejores futbolistas del campeonato. Compite por todo, hasta por los premios MVP. "No me dieron el MVP del mes de abril y estaba un poco enfadado y se ha visto en los primeros minutos", comentó el francés en tono de broma.