Fernando Vázquez y la herencia de un profesional de perfil bajo: "Duele no verle entrenar, aún tiene condiciones para Primera"
Al entrenador gallego, a sus 70 años, le recuerdan con un cariño especial horas antes del Celta de Vigo-UD Las Palmas (21.00).

Más de 600 partidos dirigidos como entrenador no son pocos para nadie. Fernando Vázquez Pena (Castrofeito, Galicia, 1954), inactivo desde hace cuatro años, es uno de los veteranos en este oficio. Su batuta más longeva fue en el Club Deportivo Lalín, con más de 200 encuentros. En Primera comandó al RCD Mallorca, Real Valladolid, Real Oviedo, Rayo Vallecano, SD Compostela, Real Betis, Deportivo de la Coruña... y por supuesto, al Real Club Celta de Vigo y a la UD Las Palmas.
En el conjunto insular, al que llegó en verano de 2001, le brindó el "sí quiero", el debut, a un tal Rubén Castro, el máximo goleador español en la historia de LaLiga. Los problemas institucionales que atravesaba la entidad canaria en aquella fatídica campaña le llevaron al descenso a Segunda División. Muchos aún se acuerdan de las lágrimas de Anoeta, aquel 11 de mayo de 2002, en la última jornada de la competición doméstica, y en el que un empate no les sostuvo en Primera.
Tampoco los históricos triunfos por 4-2 ante el Real Madrid en el Estadio Insular, el 1-3 frente al Tenerife en el Heliodoro Rodríguez López -que acabaría descendiendo de la mano de la UD-, o los empates ante Barça y Sevilla fuera de casa, restaron dolor a la caída en el rendimiento de la escuadra amarilla. Las últimas jornadas fueron demenciales: solo consiguieron cuatro de los últimos 21 puntos en disputa, evidentemente, sentenciando su destino.
Fernando, en ese final de temporada 2001-2002, se marchó de Gran Canaria admitiendo tiempo después que, hasta en la desgracia, hubo intención de renovarle en Pío XII. "Siempre lo he dicho: espero saldar algún día mi deuda con la UD. A pesar de bajar de categoría, les llevo en mi corazón. La afición insular me trató increíble y la lástima fue que no logramos mantenernos. Fue muy duro", reconoció.

"Era un loco del fútbol, un apasionado. Para mí, un entrenador clave, porque me retrasó al lateral. Conmigo se portó muy bien, siempre estaba pendiente del jugador, incluso en su día a día en casa. Buscó lo mejor para el futbolista y disfrutamos mucho de él. Ahora estamos en contacto, aunque no es fácil con él a veces. Es jodido que no entrene porque tiene condiciones para estar en el primer nivel", reconoce Ángel López, ex UD Las Palmas (2000-2002) y ex Celta de Vigo (2002-2007), en Relevo.
Celta, otro capítulo
En 2004, Vázquez tomó las riendas del Celta de Vigo. Confió en la cantera y ascendió a la máxima categoría en su primer año. A la temporada siguiente obtuvo el quinto puesto en Liga y les clasificó a la UEFA en 2006, año en el que José Manuel Pinto se coronó como Zamora. Su tercera temporada fue mucho más amarga, arrepintiéndose, incluso, de haber seguido al mando.
"Cometí el error de seguir en el Celta y no marcharme cuando tenía propuestas. Esa decisión, junto con la de permanecer en el Valladolid, fueron las peores de mi carrera. El equipo iba justo, y una parte de la afición la tomó conmigo. Me silbaban, me pitaban con regularidad, e incluso sufrí insultos en la calle. Todo ello me generó un pequeño shock emocional que me impidió entrenar. Me alejé del fútbol durante dos años, algo que no deseaba, pero que me costó superar. Solo podía ver los partidos por televisión, y ni eso", declaró el técnico, hace unos años en La Voz de Galicia. En el Celta fue destituido en la Jornada 29, principalmente por tener al equipo en descenso.
"Sacaba mucho partido a sus equipos y a sus jugadores. Yo le tuve en el Celta y en el Dépor y me exprimió al máximo. Siempre mantuvo un perfil bajo, no era alguien distante. El trato con él fue bueno, era muy fácil hablar. Además, recuerdo que sus entrenamientos solían ser muy entretenidos, muy divertidos para el futbolista. No era un técnico que te incidía constantemente en la táctica, que podía resultar algo más aburrido. Había mucho rondo, mucho partidito. En general, todo muy fácil, un gran entrenador", subraya en Relevo el exjugador Antonio Núñez, celtista desde 2005 hasta 2008.
Ansiedad contra tranquilidad en la vuelta de Bajcetic y Diego Martínez a Vigo
La urgencia por ganar de la UD Las Palmas (19º), que no conoce la victoria desde diciembre y ve cómo se esfuman los deseos de las uvas de fin de año, choca con la calma de un Celta de Vigo (9º) que se consolida como uno de los equipos más sólidos en casa. Este año, el bloque de Claudio Giráldez solo ha cedido en Balaídos ante el Real Madrid, y hay que remontarse a octubre para encontrar otro tropiezo en tierras gallegas.
"Entre paisanos, es especial. Ojalá este sea el primer paso para tener más trato personal con él. Valoro mucho el trabajo de Diego Martínez, nadie le ha regalado nada, ha construido su trayectoria a base de esfuerzo. Su plantilla es buena, es un equipo compacto", destaca Giráldez.
"A Bajcetic le tengo un cariño especial, le entrené y sé que tiene condiciones brutales desde niño. Es un jugador muy completo, con margen de mejora, y le deseo todo lo mejor. Si las lesiones le respetan, será un gran profesional. Su padre fue mi segundo, tenemos amistad. El chico tiene un futuro increíble", asegura.
Las derrotas de Alavés, Leganés y Valladolid en la jornada actual le dan un respiro parcial a Las Palmas. Si ganan, salen del descenso. Pero necesitan hacerlo. Para ello, contarán con Alberto Moleiro, pese al susto muscular sufrido hace unos días con la Selección Sub-21. También Juanma Herzog y el propio Bajcetic llegan con buenas sensaciones tras su paso por la Sub-21.