Cuando el fútbol se le hizo monótono, Piqué se entregó al desorden
En los últimos años, el fútbol ha ido perdiendo peso en el día a día de Gerard, más pendiente de su faceta empresarial que del balón.

Un año exacto. Ese es el tiempo que necesitó Gerard Piqué para conquistar el triplete con el Barça. El 27 de mayo de 2008, el club anunciaba su regreso. El 27 de mayo de 2009, el equipo de Guardiola derrotaba al Manchester United en la final de la Liga de Campeones. Los libros dicen que uno debe caerse muchas veces antes de tener éxito, pero el '3' conquistó la gloria a las primeras de cambio. Después, su estómago se fue saciando de fútbol y su apetito derivó en retos y distracciones personales. Tanto, que en los últimos tiempos fue más noticia fuera que dentro del campo.
En su 'prime', Piqué pudo con todo. Se consolidó como uno de los mejores centrales del mundo y se erigió en el azote del madridismo. Y todo esto mientras su equipo ganaba título tras título. En la cresta de la ola, la 'manita' en el 5-0 a Mourinho o la descripción de Arbeloa como un "conocido" causaron furor entre la afición culé, que veía en el zaguero a su mejor portavoz.

Con Kevin Roldán «empezó» y acabó todo
"Kevin Roldán, contigo empezó todo", deslizó el barcelonés en una clara alusión a Cristiano Ronaldo en la celebración de la Champions de 2015. Gerard no lo sabía, pero en aquel momento también estaba empezando su declive. Los azulgranas no solo no han vuelto a conquistar la 'orejona', sino que se han instalado en el ridículo europeo: Juventus, PSG, Roma, Liverpool, Bayern, Benfica, Eintracht, Inter...
Los malos resultados coincidieron con la 'explosión' de la faceta más emprendedora del central. En 2018, ya con Ernesto Valverde en el banquillo azulgrana, el central viajó a Orlando sin el permiso del técnico para asistir a una reunión sobre la nueva Copa Davis. "Sólo me voy a perder un entrenamiento, y te aseguro que ganaremos el partido de Liga. No te preocupes", trasladó Gerard al 'Txingurri'.
Tenis, Twitch, globos, Andorra...
Poco a poco, el Piqué futbolista fue dejando paso al Piqué empresario. Igual que una persona complementa su jornada laboral con deporte, el '3' acudía a entrenar antes de centrarse en aquello que más llamaba su atención: sus proyectos. Empezó adentrándose en el mundo del tenis; después descubrió Twitch, donde compartió confidencias con Ibai Llanos. Compró el Andorra y hasta creó el Mundial de Globos. Las derrotas en Europa no afectaron a la mente creativa del zaguero.

Sin victorias, el crédito se agota. Y las bromas tienen menos gracia. Si algún momento constató la pérdida de popularidad de Gerard, ese fue cuando en 2018 su propia productora grabó el documental en el que Griezmann rechazaba al Barça para seguir en el Atlético. Esa dolió en la entidad dirigida por Josep Maria Bartomeu.
Por aquel entonces, las Ligas ganadas aún ejercían de red de seguridad. Pero la caja de los truenos se ha destapado en los últimos dos años. El barcelonismo no ha tenido nada a lo que acogerse. Además, los problemas económicos impidieron la renovación de Messi, quien sostenía al equipo. La salida forzosa del rosarino también salpicó al '3', el mejor pagado de la actual Liga Santander.
Los audios con Rubiales, el último lío
Los audios filtrados de sus conversaciones con Luis Rubiales para llevar la Supercopa de España a Arabia Saudí fueron el último y sonado lío. Estos llegaron solo un mes después de la victoria del Barça en el Bernabéu por 0-4. "Hemos vuelto", tuiteó Piqué. En realidad, él no había vuelto; se estaba despidiendo pero aún no lo sabía.
En verano, el defensa retó a Laporta: "Si tienes narices, trae al mejor central del mundo, que vendrá para ser suplente", le dijo al presidente. Años atrás, la ambición de Piqué iba acompañada de rendimiento. Esta vez fueron solo palabras. Y un tipo inteligente como él también se ha dado cuenta de ello. Tarde, pero lo ha hecho. Hace tiempo que el fútbol le resulta algo monótono.