El Barça borra el récord de Ter Stegen
Gabri Veiga anotó el doblete que le permite al Celta mantenerse en Primera.

El Celta se acostumbró a vivir en un mundo que parecía más feliz de lo que realmente era. Porque había un futbolista capaz de resistirlo todo, de prolongar en el tiempo las sonrisas, de hacer gritar goles donde antes de ese disparo o del último pase no había nada. Ese futbolista era -y es- Iago Aspas. Siguió el partido desde el banquillo, pero se encargó de que su alma no se escapara del rectángulo de juego. El encargado de convertir agua en vino fue Gabri Veiga.
Con el cariño con el que el canterano besaba el escudo dejó al Celta de Primera una temporada más. Dijo Winston Churchill una vez que "si pasas por el infierno, sigue adelante". Gabri le tomó el consejo y, al mando del Celta, no miró hacia las llamas y siguió recto. El deseo y la realidad del Celta se dieron la mano, se hicieron amigos, y pactaron que el Celta seguiría una temporada más como equipo de Primera División.
El Barcelona lejos estuvo de servir en bandeja la salvación al Celta. Su versión mejoró la de Valladolid, pero también estuvo lejos de denotar que el equipo quería terminar la temporada con una buena versión. Los últimos partidos fueron más un pesar que una oportunidad para pasarlo bien -despedida de Busquets y Alba a un lado-. El bajón final de curso del Barça le dejó a Ter Stegen sin récord.
GABRI VEIGA Y EL COMETA HALLEY
👏 Mis 'dieses'
El canterano jugó con el corazón en la mano. Sin Aspas, abanderó el orgullo vigués. Su actuación contra el Barcelona explicó por qué hay equipos dispuestos a plantar un cheque en blanco en Balaídos para llevarse al atacante. Jugó con la personalidad de un veterano que ya lo ha visto todo, sin vértigo a la hora de ponerse al equipo a su espalda. Fue el futbolista que más lo intentó en los primeros instantes de partido.
Y la perseverancia terminó traduciéndose en un gol. Lágrimas, las que brotan al saber que acercas al equipo de tu vida a la salvación. Definió con calma, con sangre fría, cuando las gradas de Balaídos eran cascadas de angustia. Este ha sido la primera temporada completa de Veiga con el primer equipo y le parecerá que han pasado diez.
💙 Quérote dende a primeira vez 💙 pic.twitter.com/AaNwYAkEW6
— RC Celta Galego (@RCCeltaGL) June 4, 2023
El guionista del fútbol quiso regalarle un final feliz. Es lo que tienen las estrellas, que incluso de un mal centro les puede salir un disparo imposible para un portero como Ter Stegen. A quién le importa qué buscaba Gabri. Dejará al equipo en primera y al club un maletín con el que construir el Celta del futuro para que no tenga que volver a sufrir. Balaídos disfrutó a Veiga un añito entero. Pero qué añito. El Cometa Halley es celeste.
TER STEGEN
😥 ¡Vaya día!
Ningún futbolista del Barça se jugaba más que él en el último partido del curso. Ter Stegen debía mantener la portería a cero para anotarse como el meta con mejor registro de la historia de la competición. El gol de Veiga lo echó todo por los suelos. Nació de una acción que no hubiera existido en un partido de alta exigencia. El Barcelona saltó campo con más intensidad que en Valladolid, pero hasta al propio Ter Stegen hizo algunas paradas en dos tiempos cuando de normal el balón no escapa de sus blocajes.
Ter Stegen fue sustituido a la hora de juego por Iñaki Peña. Xavi consideró que ya no tenía sentido que el alemán siguiera jugando y prefirió darle algunos minutos al portero suplente. Se marchó descontento. Esa es su mentalidad. Incluso los objetivos secundarios son importantes para él. Sobre sus guantes se edificó el Barça 22/23. Sobre su personalidad y exigencia debe construirse el de la 23/24.
KESSIÉ
😬 No me ha hecho cambiar de opinión
Saltó a Balaídos como si el Barça se jugara aún ganar LaLiga. Porque en el fondo sabe que, al no tener el club amortización pendiente, es uno de los candidatos a salir. A Kessié le costó reconocerse en el esquema de Xavi y ha terminado la temporada haciéndose valer, revelando que es un recurso más que válido. Únicamente le faltó cerrar su actuación con un gol.
Al costamarfileño se le vio muy cómodo durante toda la primera mitad. Detectó muy bien qué espacios debía ocupar, siempre por delante de De Jong y Eric Garcia, y cuáles tenía que atacar. Se presentó a las zonas de remate con seguridad. Un par de remates pasaron cerca de la portería del Celta y hasta le anularon un gol por fuera de juego.
Estando lejos de la pulcritud de cirujano que se busca en los pies de los centrocampistas culés, a Kessié su fútbol le ha descrito como un llegador. Es un espectador en la generación de la jugada y un aspirante a protagonista en la finalización.
ANSU FATI O FERRAN TORRES
💡 La decisión
Las últimas semanas en Can Barça miraban mucho más hacia el futuro que hacia el presente. Siendo un trámite los partidos pendientes, el foco se trasladó hacia Messi. Y teniendo un decorado complicado de gestionar con las normas del fair play, apuntando quiénes podrían abandonar el barco de Xavi. Con la delantera repleta de opciones, dos de los nombres sobre la mesa eran el de Ferran Torres y el de Ansu Fati.
En el último baile del curso -a pesar de que Xavi expresó que ya lo tenía todo claro- fueron la cara y la cruz. Ferran fue titular y formó parte del cuadrado partiendo desde la banda izquierda. Estuvo espeso, como todo el equipo. Ansu entró desde el banco y quiso mostrar la versión que le bañó de expectativas: la del futbolista que tiene duende. Le valió un centro lateral de Dembélé para marcharse de Vigo con un gol. Ansu termina el curso con diez tantos, convirtiéndose así en el segundo máximo goleador del equipo.
IAGO ASPAS
📀 Mi 'bonus track'
Iago Aspas escondió detrás de su figura legendaria un equipo que arrastraba problemas. Un conjunto que está haciendo parecer que aquellos años compitiendo por Europa fueran un accidente, momentos de felicidad volátil, y que las temporadas vagando por zonas inhóspitas de la tabla y mirando de reojo al descenso sea la nueva realidad del Celta.
El capitán comenzó el partido desde el banquillo -imaginen cómo deben de ser sus molestias como para que no fuera titular- y siguiendo el resto de resultados de la jornada por el móvil. Minutos más tarde, calentando, daba instrucciones a sus compañeros.
Era un Aspas desarmado, huérfano de la pelota y demasiado lejos de poder ayudar. Como cantaba C Tangana, presente en la grada de animación de Balaídos, Aspas no tenía "ni una escalera para poder alcanzarte, ni una pistola para poder gobernarte". Las leyes, afortunadamente, las escribió Veiga. Uno de los suyos.