Gerard Moreno decanta la batalla de Son Moix

Son Moix recibía al Mallorca con todos los honores en un partido de altura. Tras el punto logrado en Gran Canaria, llegaba el Villarreal, que es un gigante herido en busca de reaccionar y colocarse en las posiciones altas de la tabla cuanto antes. El gol de Willian José en el añadido la semana pasada tocó en el orgullo del cuadro de Quique Setién y en la tarde hoy llegó mandando con el balón y se llevó el premio de los tres puntos.

El submarino amarillo salió con las ideas claras y mucha pólvora arriba, buscando atravesar el muro bermellón que suele construir Javier Aguirre, un maestro en ese arte. El Mallorca no tuvo el balón en el primer tiempo, pero tampoco lo quería. Repliegue y contraataque, como en las mejores tardes del equipo en Son Moix. Amath arrancó la moto varias veces, pero en los primeros metros gripaba. Hoy se pudo echar de menos por primera vez a Kang-In Lee.

Antonio Raíllo dejó la nota negativa del día, tras romperse al filo del descanso de su maltrecho tobillo y el Mallorca empezó a deshacerse. Gio González lo sustituyó a las mil maravillas y Sergi Darder y Samú Costa dieron más poso a los locales tras la reanudación. Los destellos de Darder no tardaron en verse sobre el césped, pero fueron un espejismo, porque los de Setién recuperaron el mando.

Hasta que no se puso por delante el Villarreal no dejó de desbordar y de generar superioridades por dentro y por fuera. De las botas de un Álex Baena superlativo nació el gol que deshizo la igualdad en el marcador. Cabeceó Sorloth y tras un rechace, Gerard Moreno no falló en boca de gol. Es el máximo goleador de la historia del Villarreal. 107 goles, se dice pronto.

Aguirre sacó la artillería buscando un milagro que no llegó. Muriqi no fue el de siempre y a Larin le faltan partidos y minutos con el Mallorca, aunque sigue dejando detalles de delantero con peligro. El cuadro mallorquinista dará alegrías a los suyos esta temporada, pero en la tarde de hoy se ha dado de bruces con el gigante amarillo que quiere pelear por estar en Champions. Cuando el equipo de Setién se pone mandón, no hay quien lo pare.