OPINIÓN

Somos todos gitanos

Salvador Rodríguez Moya

Salvador Rodríguez Moya

Quique Sánchez Flores, en el Coliseum Alfonso Pérez de Getafe, el pasado fin de semana. /Europa Press
Quique Sánchez Flores, en el Coliseum Alfonso Pérez de Getafe, el pasado fin de semana. Europa Press

El contenido de la denuncia de Quique Sánchez Flores es un evidente caso de Romafobia. Es poco frecuente el antigitanismo en el fútbol profesional español por una cuestión de mera aritmética, hay minoría de etnia gitana en comparación con futbolistas negros o árabes, sobre todo, en el fútbol amateur con el popular "moro de mierda", en un claro ejemplo de Islamofobia.

Se puede expresar más alto pero no más claro. "Es aberrante", decía el técnico del Sevilla FC en una reflexión serena y emocional al mismo tiempo. Mediocridad educacional en las gradas. Deben quedar retratados los que van a los estadios a insultar y se creen en el derecho de hacerlo porque pagan una entrada o un abono. A nadie se le ocurre ir a un teatro y tirarle un plátano a un actor negro para decirle "mono", por desgracia, en el fútbol parece "que todo vale". Es inadmisible restarle importancia y darle normalidad al insulto como algo consustancial al fútbol. Por ser frecuente no es menos censurable: hay que señalar al que insulta o al menos apartarse del racista y dejarlo sólo, que no sienta cobijado por la muchedumbre y, por supuesto, no ser cómplice riéndole la gracia.

Algunas figuras del fútbol internacional recibieron afrentas como el sueco Zlatan Ibrahimovic cuando los ultras de la Juve exhibieron una pancarta que rezaba "Ibrahimovic, maldito gitano" siendo jugador del Inter. El club turinés recibió una multa de 21.000 euros por ello. También lo sufrió Andrea Pirlo, de etnia sinti, o el internacional rumano Cristian Chivu "en todos los estadios me gritan gitano, vete a poner ladrillos". El futbolista que más ha abanderado la lucha contra el racismo gitano es el portugués Ricardo Quaresma que lo sufrió a lo largo de su vida, sobre todo, en su país. El exfutbolista del FC Barcelona recuerda en su infancia cómo desapareció un abrigo en la escuela y los padres comenzaron a decir "habrá sido cosa del gitano", la verdad salió a la luz y aquel hurto no tuvo nada que ver con él. Vistiendo la elástica del Oporto denunció a hinchas de Nacional de Madeira de racismo en 2014 "durante el partido me llamaron gitano y otras cosas".

El primer futbolista de origen gitano lo encontramos en los últimos años del siglo XIX en Inglaterra y es Rab Howell que jugó en el Sheffield y Liverpool, fue internacional en dos ocasiones. Otro internacional fue el galés Freddy Eastwood que jugó en el West Ham y Wolverhampton entre otros equipos. En España, el mítico Zarra o Dani Güiza, apodado con cariño "gitano", según desveló Pepe Reina en la celebración de la Eurocopa de 2008.

En Sevilla, la ascendencia caló de Reyes, se recordó tras su marcha a la Premier en el artículo "Un gitano de Utrera", publicado en el diario El Mundo: "¿No es noticia que fichen a un gitano? Sí que lo es, porque el gitano no le ha fichado la policía, sino que lo ha fichado el Arsenal". Por cierto, que tuvo que soportar, en más de una ocasión, el cántico de los ultras del Atlético "sevillanos, yonkis y gitanos". El ex entrenador del Espanyol, Sergio García, siendo jugador perico, fue acusado de proferir insultos racistas al azulgrana Umtiti y se defendió apelando al ambiente multicultural que le rodea: "Todos sabéis que mi mujer es de etnia gitana y me crie en un barrio con todas las razas del mundo". Jesús Seba del Zaragoza, Apoño del Málaga, el almeriense Joaquín Fernández actualmente en el Trabzonspor turco: "Me siento orgulloso de ser gitano. Por suerte cada vez se escucha menos, pero todavía sucede que algunos te pongan la etiqueta. En pleno siglo XXI estas cosas deberían estar superadas". Por desgracia, según la denuncia de Quique Flores no es así.

Condena enérgica a cualquier tipo de discriminación en el fútbol y de los insultos en general. Quique Flores ha sido valiente y sus palabras han sido muy acertadas. No puede quedar impune cualquier delito de odio y las autoridades competentes tienen que tomar medidas contundentes para erradicar a los racistas de nuestro fútbol. Los gitanos están integrados desde hace más de 500 años en la sociedad europea. ¡Somos todos gitanos!

 * Salvador Rodríguez Moya es periodista y Doctor en Humanidades por su tesis doctoral 'Racismo en el fútbol profesional. Realidad social y dimensión mediática'.