DEPORTIVO ALAVÉS - ATLÉTICO DE MADRID

Giuliano Simeone regresa al lugar donde le demostró a su padre que estaba preparado para jugar en el Atlético y donde vivió el momento más duro de su carrera

El joven argentino vuelve este sábado a Mendizorroza para enfrentarse al Alavés. En el club babazorro sufrió una fractura de peroné y una luxación de tobillo.

Giuliano Simeone, durante su etapa en el Alavés. /Instagram
Giuliano Simeone, durante su etapa en el Alavés. Instagram
Isabel Pacheco

Isabel Pacheco

El 21 de abril de 2024 y ante los ojos de su padre, Giuliano Simeone le demostró al Cholo que estaba preparado para ser parte de su Atlético de Madrid. El Deportivo Alavés acababa de derrotar a los colchoneros por dos goles a cero en un partido en el que el hijo del entrenador argentino fue clave. "En el campo no tiene padre, no tiene madre. Cuando hay que ganar, hay que ganar, y eso me gusta. Le felicito por el gran trabajo que hizo", señaló, pese al tropiezo de los suyos, un orgulloso Simeone. De aquella actuación, que sin duda marcó un antes y un después en el futuro de Giuliano, se cumplen este sábado 377 días. 'El Tigre', como le apodaban cariñosamente en el vestuario babazorro, regresa hoy a Mendi y lo hace bajo la etiqueta de ser la gran revelación del Atlético esta temporada. Muy pocos lo esperaban, pero en Vitoria sí que lo tenían claro.

"Siempre nos decía que su sueño era jugar en el Atlético. Sus cualidades van de la mano con las del club y a nosotros no nos sorprende todo lo que está consiguiendo", señalaba el pivote uruguayo y uno de sus grandes apoyos en el Alavés, Carlos Protesoni, a Relevo.

En la Ciudad Deportiva de Ibaia, sus compañeros le echan mucho de menos. Un chico educado, risueño y que cayó de pie en el vestuario por su alegría y por esas ganas insaciables que tenía de ayudar al equipo. En Vitoria, además de hacer amigos, Giuliano vivió también el momento más duro de su corta carrera deportiva. En un encuentro de pretemporada ante el Burgos, a sus 21 años, el extremo sufrió una fractura de peroné y luxación de tobillo que le tuvo casi cinco meses alejado de los terrenos de juego.

Tras una intervención quirúrgica que resultó exitosa, el jugador se refugió en Madrid para estar cerca de los suyos en los primeros meses de su recuperación. El calor de la familia le ayudó a sobrellevar el duro golpe de la lesión y, pasado ya ese primer 'duelo', el argentino regresó a Vitoria para ponerse bajo las órdenes de los servicios médicos del Alavés.

Giuliano Simeone, durante su cesión al Alavés.  Instagram
Giuliano Simeone, durante su cesión al Alavés. Instagram

Arropado por todos y con el apoyo de sus inseparables, Antonio Blanco, Rafa Marín y el clan de los sudamericanos, Giuliano fue acortando plazos hasta que el 2 de enero de 2024 se produjo su ansiado debut en un encuentro liguero ante la Real Sociedad. A partir de ahí, Luis García Plaza iría dándole progresivamente minutos hasta que llegó el ansiado duelo ante el Atlético de Madrid el 21 de abril. Desde aquel choque ante los rojiblancos en el que sería titular por primera vez en Liga, el pequeño de los Simeone no se movería del once hasta final de temporada, quitando el encuentro disputado ante el Real Madrid en el Santiago Bernabéu.

La letra pequeña de una nueva cesión y que hoy «afloje» un poco

Su rendimiento, después de una lesión como la suya, impresionó a todos. Mismo carácter guerrillero de siempre y dejándose el alma cada vez que saltaba al césped, el Alavés quiso retenerle de nuevo para la presente temporada. Luis García era partidario de tenerle de nuevo en su equipo y el Atlético dio el ok para repetir Vitoria-Gasteiz como destino.

Como ya informamos en Relevo, solo hubo una persona que no terminó de aceptar el escenario del préstamo puro como la mejor solución. Y no era cualquiera. Simeone no lo tenía del todo claro y la cesión de Giuliano al Alavés se firmó con el pacto a última hora de incluir en el contrato un par de cláusulas a petición del técnico colchonero. Por un lado, permitir que el Atlético deshiciese la cesión si el Cholito "la rompía" en los Juegos Olímpicos con Argentina y otra en la que se dejaba claro que el futbolista podría regresar en el mercado invernal a la capital si el equipo así lo necesitaba.

Para desgracia del Alavés, Giuliano se salió en París con la Albiceleste y a mediados de agosto el Atlético lo inscribió en LaLiga. "Le tocó ir al Alavés, tuvo una lesión importantísima, se levantó y peleó. En las últimas seis jornadas fue un jugador importante en Primera División. De repente, lo llaman de la selección argentina para un amistoso previo a los Juegos Olímpicos. Aprovecha esa oportunidad, va a las Olimpiadas y llama a la atención y vos decís: 'soy padre, pero no soy tonto', confesaba el propio Simeone en una charla con Maxi Rodríguez.

Lo que viene después es ya conocido por todos. Octavo jugador de la plantilla con más minutos disputados (2.572'), su irrupción y su estado de forma ha sido unas de las grandes victorias colchoneras esta temporada. Más allá de sus números, —5 goles y 8 asistencias—, su impacto en el plantel ha sido tan arrollador que su última suplencia en Liga fue precisamente ante el Alavés el pasado 23 de noviembre.

Cuando esta tarde enfile el túnel de vestuarios de Mendizorroza, Giuliano se enfundará en un sinfín de abrazos. Besos, risas y más besos. Los que más le conocen le dirán que "afloje" esta tarde y que "no se haga el loco". Pero allí ya conocen de sobra que eso no va en su ADN.