Jon Andoni Goikoetxea: "Tuve esa pizca de suerte de llegar en un momento en el que el Barça estaba bien; te pilla en otro momento y sale todo salpicado"
El exfutbolista navarro, ojeador del Barcelona en la actualidad, repasa para Relevo su trayectoria deportiva que tuvo su culmen con la participación en el Mundial de Estados Unidos de 1994.

¿Quién no se acuerda del gol que le marcó a Bodo Illgner en el Mundial del 94 en Estados Unidos? Han pasado casi 30 años y son muchos los que todavía no saben si el protagonista de esta historia centró o chutó. Jon Andoni Goikoetxea fue un clásico de finales de los 80 y principios de los 90. Empezó en Osasuna, le fichó el Barcelona, le cedió a la Real y más tarde se convirtió en una pieza fundamental en el esquema del 'Dream Team' de Johan Cruyff. Bilbao, Japón y de nuevo Pamplona fueron sus últimas paradas antes de colgar las botas. Siempre ligado al fútbol, primero como entrenador, luego como secretario técnico de Osasuna y ahora como ojeador para el Barça, 'Goiko' se considera "un privilegiado" por la carrera de la que disfrutó.
Para alguien que jugó en la Real, ¿qué significa verla tan arriba?
Una gran alegría. Yo tengo muy buenos recuerdos de mi época en la Real, donde ya se trabajaba bien, a otro nivel por supuesto, pero me produce una gran alegría verla tan bien. A la Real la llevo en el corazón porque fueron dos años en los que aprendí muchísimo con Toshack y Boronat y con una plantilla excepcional. Teníamos una mezcla de veteranía y juventud y jugábamos en Atotxa. No era Anoeta pero tenía ese encanto especial y mi paso por la Real me ayudó a crecer muchísimo para poder ir a Barcelona sabiendo jugar en varias demarcaciones. Eso me vino muy bien. La Real de ahora lleva muchos años trabajando muy bien desde la base, con las cosas muy claras, con una cantera impresionante. Sin mucho ruido, pero es un equipo modelo para el fútbol en muchos aspectos tanto en cantera como en el primer equipo.
¿Qué es lo que más te gusta?
Que tiene una plantilla amplia, que es un equipo atrevido, que no se corta a la hora de dar oportunidades a los más jóvenes, que llegan al primer equipo con las ideas muy claras. Además la secretaría técnica es muy buena y están acertando a la hora de fichar, haciendo las cosas muy bien y con sentido. Además me alegro mucho por Imanol. Se le ve un chaval excepcional al que le quieren los jugadores, la afición. Es un entrenador que siente mucho la Real y que está trabajando muy bien. Me alegro muchísimo porque a veces no tienen oportunidades esta clase de entrenadores y jugadores y me alegro de que le esté yendo muy bien tanto a él como a Labaka y a todo su cuerpo técnico.
No es nada sencillo que alguien de la casa se mantenga tanto tiempo en el banquillo, ¿no?
No. Hoy en día es complicado porque hay mucha presión. Está en un equipo donde las cosas se están haciendo bien, con paciencia. Me alegro por esta clase de entrenadores como pueden ser Valverde, Jagoba Arrasate … Son entrenadores que lo hacen todo sencillo, que no hacen mucho ruido, pero el trabajo está ahí. Es un poco lo que están haciendo Jagoba y Bittor Alkiza en Osasuna donde llevan años trabajando muy bien, el jugador está a gusto en el vestuario con ellos y la afición, más de lo mismo. Por eso tiene mucho mérito el llevar tantos años.
Están de moda los entrenadores guipuzcoanos: Imanol, Unai Emery, Mikel Arteta, Xabi Alonso, Julen Lopetegui…
Todos ellos han sido muy futboleros, han cogido ideas de todos los entrenadores que han tenido y, a su manera, están trabajando muy bien. Imanol y Labaka, en este caso, conocen la casa, lo que es la Real y Zubieta. Me alegro que estén en la Champions, que hayan pasado a octavos, que vayan creciendo. Da gusto ver cómo está Anoeta todos los partidos y el ambiente futbolístico que hay. Es un campo que ha ganado muchísimo quitándole la pista y ampliándolo, han dado un paso súper importante. También se animaba antes, pero el fútbol no se veía de igual manera. La pista te alejaba. El ambiente que hay, la unión entre la afición y el equipo es para tenerlo en cuenta. Pero no se puede descuidar. Es un equipo al que ahora las cosas le van bien, pero tiene que tener los pies en el suelo.
Osasuna no termina de arrancar…
Le está costando, porque al final son rachas. Últimamente las ocasiones no están entrando. Me acuerdo del partido, por ejemplo, ante el Villarreal, donde se pudieron ir al descanso con un resultado holgado a favor y lo pagaron luego. Aquí todo el mundo piensa que puede ser como el año pasado. El equipo sigue siendo más o menos el mismo, exceptuando algún jugador que se haya podido ir. El equipo acabará en una buena posición, sin sufrir, pero sin descuidarse tampoco. No sé si se puede hablar de nerviosismo, pero la gente pensaba que podía estar más arriba después del año tan espectacular de la temporada pasada, pero hay que tener tranquilidad. Osasuna está haciendo bien las cosas. Sí hay problemas arriba porque, exceptuando Budimir, al resto les está costando hacer gol.
Un rojillo como tú, ¿cómo viviste la Copa del año pasado?
Muy bien. Tuve la oportunidad, además, de ser comentarista en TVE tanto en las semifinales como en la final. Fue una gozada ver el ambiente que hubo en las semis, tanto en El Sadar como en San Mamés, con dos equipos que llevo en el corazón junto con la Real y el Barça, pero me alegré que llegara tan lejos Osasuna. Fue un año impresionante. La Copa da mucho juego y la gente se motiva.
¿Qué supuso para Jon Andoni Goikoetxea su paso por la Real?
En aquel momento llegué cedido por una operación a dos bandas. No es que te sientas utilizado, pero … El Barça me mandó dos años en calidad de cedido para ver cómo me iban las cosas. Y me vino muy bien porque me junté con una plantilla muy buena. Había veteranos como Górriz, Gajate, Arconada, Larrañaga, Zamora… y luego chavales que venían de abajo como Mujika, Iturrino, Loren… Estábamos jugando la UEFA y teníamos un gran entrenador como Toshack, que a los jóvenes nos tenía en alerta. No nos podíamos relajar. A mí me vino muy bien porque aprendí a jugar de carrilero. Nunca pensé que me iba a venir tan bien para luego llegar a Barcelona y que me salieran las cosas de esa manera. Tengo un buen recuerdo porque los dos años que estuve fueron muy buenos.
Tanto que se habla ahora de la figura del carrilero y usted, seguramente, fue uno de los pioneros en jugar en esa demarcación…
Sí, en ciertos momentos llegué a jugar y aunque te sorprendía, a mí me vino muy bien, sobre todo cuando no teníamos balón, para tapar determinadas zonas. Aquí en Osasuna también trabajaba, pero de otra manera. Empezabas por la derecha y podías acabar por la izquierda, por el centro… Fue algo que me vino muy bien. Luego apareció Mikel Lasa, que también tenía esas funciones. Tenía cualidades tanto por la derecha como por la izquierda y fue algo que me vino muy bien.
Nunca sabremos si eras diestro o zurdo…
(Risas) Tuve la fortuna, desde crío, de poder darle con las dos piernas. Hoy en día me da pena que haya jugadores, casi profesionales, que les cueste ayudarse con las dos piernas. A mí me vino muy bien. Sacaba los córners con las dos piernas y eso me ayudó mucho.
¿Algo que nunca olvidarás de tus años en Donostia?
En el plano deportivo, que nos clasificamos para Europa los dos años, el ambientazo de Atotxa, la suerte de jugar con esos veteranos que hicieron historia en la Real y comprobar que fuera gente tan normal, sencilla. Además, conocí al primer extranjero que vino a la Real, John Aldridge, que fue un 'boom'.
¿Cómo se vivió desde dentro la llegada del irlandés?
Fue algo histórico. Era un jugador contrastado. Ha sido uno de los jugadores que más gol he visto que tuviese porque parecía que no tenía nada y tenía todo. Cualquier balón lo metía para dentro. Era un profesional que nos vino muy bien a los jóvenes. Tuve la suerte también de compartir vestuario con el primer extranjero que vino a Osasuna, Michael Pedersen. La llegada de Aldridge le vino muy bien a la plantilla y dio muy buen resultado.
"Toshack era muy duro, sobre todo con los jóvenes. No nos podíamos relajar en ningún momento. A los 15 minutos ya tenía a medio banquillo calentando y en el 70% de los partidos hacía un cambio pronto"
Exfutbolista del FC Barcelona¿Era tan duro Toshack?
Sí, sobre todo los jóvenes no nos podíamos relajar en ningún momento. Nos conocía muy bien. Tengo el recuerdo de que a los 15 o 20 minutos ya estaba calentando medio banquillo y en el 70% de los partidos hacía un cambio como viera que alguien estuviera relajado. Era un entrenador que en aquella época nos marcó muchísimo, nos exigía. Era muy buen entrenador.
Y llegó el salto al Barça. ¿Se le hizo muy duro pasar de un equipo como la Real a un todopoderoso como el equipo culé?
El salto era importante. Fui de puntillas porque no sabía qué iba a pasar. Antes de que terminara el campeonato me llamó Johan Cruyff a Tolosa y me dijo que sí contaba conmigo, pero nunca se sabe. Lo mismo no te sale bien la pretemporada y te vuelven a ceder. El Barça tenía una gran plantilla, con grandes extranjeros. A nivel nacional estábamos muchísima gente del norte. Tuve la suerte que me arroparon muy bien. Estaban Zubi, Txiki, Bakero, Rekarte, Valverde… Desde el primer momento las cosas me salieron muy bien.
¿Qué significó ser parte importante de un equipo mítico como el Dream Team?
Algo impensable. Mi sueño era llegar a Osasuna y luego tuve la suerte de llegar al Barcelona. Llegué en un época en la que a todos los jugadores a nivel nacional nos pilló en una buena edad, con unos extranjeros muy buenos. Conseguimos cuatro Ligas, la Copa de Europa… Tuve esa pizca de suerte de llegar en un momento en el que el Barça estaba bien. Te pilla en otro momento e igual te sale todo salpicado. Esos años fueron muy buenos, con un gran entrenador. El año que llegué yo lo hizo Stoichkov, el Chapi Ferrer y pocos fichajes más. Había una gran armonía entre todos y el vestuario era ejemplar. Nunca pensé que en un equipo tan grande, el ambiente dentro fuese tan parecido como en el norte.
Ese Barça de Cruyff supuso un punto de inflexión en la historia del fútbol moderno. ¿Estás de acuerdo?
Sí. Íbamos a jugar a cualquier campo de España y la gente nos quería, apreciaba nuestro fútbol y claro que pudo ser un punto de partida porque hacíamos un fútbol, en aquella época, espectacular. Luego vinieron el de Pep y Luis Enrique y mejoraron todo lo que hicimos nosotros, pero futbolísticamente fueron los inicios de lo que todo el mundo quiere ahora: jugar, tocar, que se vea un fútbol combinativo… Fue cuando empezó todo porque teníamos grandes jugadores. Todo los estilos son respetables, pero ahora vas a ver a un juvenil, a un cadete y tratan de salir jugando desde atrás. Todo es respetable. También lo es jugar directamente con el punta. Hay diferentes variantes. A raíz de aquella época, de ver al Barça, a la gente le gusta ese juego. No por ello un juego más directo deja de ser bonito, que a mí también me gusta. Hace ilusión que los equipos quieran parecerse en cierto modo al Barça de mi época.
¿Piensas que el Barça no estuvo a la altura a la hora de decirte adiós?
El último año, a raíz de la derrota en esa final de la Copa de Europa, se produjo un cambio de ciclo. Había jugadores que salieron como Zubi, Txiki… Yo fui de pretemporada después del Mundial con muchos rumores de un interés por parte del Athletic, entrando Eskurza en un traspaso. Volvimos a Barcelona y me dijeron que estuviera tranquilo, pero a los pocos días volvió el runrún, el Athletic hizo una oferta, la aceptaron y contento. El Athletic era un club importante, que casi siempre jugaba en Europa. Era un grande y en ningún momento me sentí mal. Siempre me agradecieron los servicios y terminé encantado. Recuerdo que estábamos en Holanda. El Athletic insistió bastante y el Barça no veía con malos ojos esa posibilidad. Cerca del aeropuerto hicimos la operación. Me dio pena dejar esos cuatro años fantásticos, pero me puso contento ir a un gran club en el que había mucho navarro. Estaban Ziganda, Larrainzar, venía Bittor Alkiza de la Real. Tengo la suerte de haber jugado en tres equipos del norte y en el Barça y eso pocos lo pueden decir. La pena es que en el Athletic no me respetaron las lesiones. Me operaron del pubis y me costó mucho volver a coger la velocidad. Estuve encantado pese a todo. Un club de diez. Me encontré muy a gusto, pero tengo la pena de no haberles ofrecido algo más.
También fuiste un hombre importante en la selección de Javi Clemente…
Sí. Debuté con Luis Suárez nada más llegar de la Real a Barcelona. Estuvo seis, siete años yendo convocado y una parte importante fue gracias a Javi Clemente, que me ayudó muchísimo y confió en mí. En aquella época íbamos muchos del Barça a la Selección. Jugué el Mundial de Estados Unidos, marqué algún gol que otro. También por eso estoy muy contento porque jugar en la Selección a un jugador le marca. No llegamos más lejos en ese Mundial.
Inolvidable el gol a Alemania…
Hoy es el día en el que me lo recuerda mucha gente. Quizá sea el gol que más me recuerdan. No era muy goleador, pero los que hacía eran llamativos, con esos centros que se envenenaban.
Te lo habrán preguntado mil veces. ¿Disparaste o centraste?
(Risas) Es una jugada típica que se envenena. Hay que ser franco. Se envenenó y fue gol. En aquel momento frente a Alemania fue un subidón.

¿Cómo era aquella Selección?
Muy potente, muy física, con grandísimos jugadores de mucho poder. Futbolísticamente no eran tan llamativa como puede ser ahora pero éramos muy rocosos, muy competitivos. Me acuerdo del partido de clasificación contra Dinamarca en Sevilla, cuando con uno menos teníamos que ganar y lo hicimos. En el Mundial fuimos de menos a más y nos enfrentamos a una selección también muy fuerte como Italia en aquel momento. Era una pedazo de Selección.
"Cuando estamos con él, Julio también la recuerda. Te dice que no era tan fácil. Lo típico. Es la jugada que la van a recordar siempre, como lo hacen con la de Cardeñosa o la de Arconada"
Exfutbolista del FC Barcelona¿Qué recuerda de aquel partido ante Italia?
No merecimos perder. Tuvimos nuestras opciones y no las marcamos. Ellos aprovecharon dos jugadas puntuales. Fue una eliminatoria que la pudo ganar cualquiera. Si hubiéramos acertado en alguna que tuvimos, podíamos haber alargado a la prórroga o los penaltis. Llegamos a cuartos, pero en aquella época nos quedábamos siempre en esa fase. Me acuerdo de la jugada de Luis Enrique, de la ocasión de Julio Salinas … Cuando estamos con él, Julio también la recuerda. Te dice que no era tan fácil. Lo típico. Es la típica jugada que a Julio se la van a recordar siempre, como lo hacen con Cardeñosa con aquella que falló en su día, o a Arconada cuando tuvo el fallo en aquel gol ante Francia. Al jugador a veces se le valora por una jugada puntual, ya sea para bien o para mal. A pesar de esa ocasión, el partido fue muy bueno. Fue una pena no haber llegado más lejos.
Si a ese niño que empezó a jugar en Tajonar, en las categorías inferiores de Osasuna, le dicen que iba a jugar en equipos como Real, Athletic, Barça y en la Selección, ¿se lo hubiera creído?
No. Impensable. Yo empecé a jugar muy tarde. En juveniles jugaba en mi barrio, en la Rochapea. Lo hacía con mis amigos. Es un barrio que futbolísticamente nunca ha dado nada. Mi primer año lo jugué en el Juvenil y en el Regional y al final de temporada me dijeron para ir a probar con Osasuna, pero lo veía como algo muy lejano. Probé dos partidos ese verano y Pedro Mari Zabalza me llevó al Juvenil de Honor. El segundo año me salió muy bueno, hice muchísimos goles y me pasaron al Promesas. Mi caso no fue muy normal. En la Rochapea nadie me decía nada, pero destacaba y con 18 años jugaba en Segunda B contra el Sestao, Alavés… en una categoría importante. Pedro Mari Zabalza, siempre lo diré, me ayudó muchísimo y a partir de ahí empecé a destacar. Mi sueño era jugar en Osasuna. En edad juvenil los martes solíamos jugar un amistoso contra el primer equipo y para mí ya era algo increíble. Pensaba que sería la leche llegar al primer equipo. Jugábamos contra Enrique Martín, Echeverría e Iriguíbel. Fui dando pasos pequeños. Para mi estaba muy lejano jugar, por ejemplo, en un equipo grande y ganar títulos. Me acuerdo de la Real y del Athletic, de cuando ganaron las Ligas. Que te quiere el Barça, que te cede a la Real y todo te hacía ilusión. Fui dando pequeños pasos y con 24 años me planté en el Barcelona.

Como ojeador que eres en la actualidad, ¿cuál es el perfil de jugador que se busca? ¿ha cambiado mucho?
Cada vez el jugador está más preparado. La metodología ha cambiado por completo. Al jugador de atrás le hacen sacar el balón jugado. Antes era sota, caballo y rey. A mí me venía bien, por ejemplo, que a la hora de corregirme, no lo hacían tanto. Empezaba a regatear nadie me decía nada. Hoy si hacen más de dos regatas, el míster te dice suéltala. Nos obcecamos que tiene que ser así y al jugador a veces no le dejamos disfrutar. Te corregían, pero yo pensaba que si quería destacar tenía que regatear y hacer goles. Era diferente. Sobre todo en el plano defensivo, al jugador le hacen trabajar más y está más dirigido.