ATHLETIC CLUB

El golpe sobre la mesa del vestuario rojiblanco en la última visita a Villarreal que cimentó un año histórico

El conjunto vasco, que venía de haber tocado fondo un año antes en la Cerámica, goleó ante el submarino y creyó en sus opciones como punto de inflexión.

Iñaki Williams celebra junto a Sancet su gol en la última visita rojiblanca a Villarreal./Athletic Club
Iñaki Williams celebra junto a Sancet su gol en la última visita rojiblanca a Villarreal. Athletic Club
Patxo De la Rica

Patxo De la Rica

Villarreal, o al menos el estadio de la Cerámica, no suele traer buenos recuerdos al Athletic Club. Tres victorias en 23 visitas al submarino amarillo en este siglo demuestran que es un campo en el que los rojiblancos no se sienten cómodos. Es cierto que, como suele decir Ernesto Valverde, las estadísticas se pueden moldear hacia cualquier lado y también alguien podría defender que en las últimas siete visitas, los bilbaínos solo han perdido una vez. Pero qué vez. Hace dos años, los entonces entrenados por Quique Setién endosaron una manita al conjunto vasco, que tocó fondo. Aquel final de temporada, tras la eliminación ante Osasuna en semifinales de Copa, es el único lunar de esta etapa de Txingurri en el banquillo y, aquella derrota, la escenificación del 'fracaso'.

Los que vivieron esa abultada derrota saben bien lo que significó. Lo arrastraron las siguientes jornadas y dejaron escapar Europa por sexto año consecutivo. Se puso en duda, incluso, la continuidad de Valverde. Pero en el fútbol todo pasa. Y solo unos meses después, en noviembre del mismo año 2023, el Athletic cuajó una primera media hora excelsa en la Cerámica, marcó tres tantos y encarriló una victoria que lo cambió todo. Los bilbaínos llegaban de un mes en el que habían sido goleados por la Real, habían caído también Barcelona y no pudieron ganar al Valencia en San Mamés, pero en Villarreal dieron un golpe sobre la mesa.

En aquella victoria inició una racha de siete triunfos y dos empates (23 de 27 puntos) en LaLIGA, además de las primeras rondas coperas, que catapultó al Athletic hacia una temporada histórica. El grupo, con un triunfo importante como el que consiguieron en la Cerámica y una racha casi inmaculada, volvió a creer en las buenas sensaciones que habían dejado a comienzo de temporada y, sobre todo, en que la idea de Valverde era la correcta. No era sencillo, ya que venían de años complicados y, además, el técnico había tomado decisiones importantes en las últimas semanas. 

Iker Muniain, que había sido titular en una abultada derrota ante la Real Sociedad a finales de septiembre, no volvería a jugar más de 45 minutos en un encuentro liguero hasta mayo. Las primeras semanas fueron difíciles y se comenzó a cimentar su posible salida a final de temporada, pero el capitán entendió después que su papel debía ser el de liderar al equipo desde otro lugar. Algo que sus compañeros han agradecido públicamente y que en privado consideran como una de las claves del éxito. En Villarreal jugó apenas cinco minutos y en toda esa racha mencionada participó únicamente en los tramos finales ante Rayo y Real Sociedad, pero ya había aceptado su rol mientras era importante en Copa.

El capitán fue uno de los líderes para que el vestuario creyese en sus posibilidades. No solo en Copa, donde los rojiblancos han conseguido brillar con asiduidad casi sin importar sus momentos de forma general, sino también en LaLiga. Siempre con Óscar de Marcos de la mano, así como Iñaki Williams, convencieron a todos de que aquel grupo sí estaba capacitado para volver a Europa y dejar atrás una sequía de seis años. Llegaron, incluso, a soñar con la Champions League, algo que no fue posible por la resaca emocional tras ganar la Copa.

La semilla fue en La Cerámica, aunque la escenificación del potencial del equipo llegó unas semanas después, pasando por encima del Atlético de Madrid. El día en que Javier Clemente, sobre el césped de San Mamés, dejó una frase premonitoria: "Este grupo nos van a hacer campeones. No sé cuándo, pero nos van a hacer campeones". Lo sentía el histórico entrenador y también unos jugadores que acabaron entrando en la historia de la entidad por subirse a La Gabarra.

Una 'final' por la Champions

Allí, en el mismo estadio amarillo, deben los rojiblancos ahora dar otro golpe sobre la mesa que consolide todo su crecimiento en este año y medio. Hoy son los grandes favoritos para clasificarse a la Champions League, pero deben confirmarlo ante su principal rival. El empate mantendría los seis puntos de distancia -además del golaveraje-, pero el grupo solo piensa en la victoria.

A falta de nueve jornadas -diez para el Villarreal-, los de Ernesto mantienen seis puntos de margen respecto del submarino y del Betis. Por delante, más allá del choque de este domingo, deben medirse a Rayo Vallecano, Las Palmas, Alavés y Barça en San Mamés, además de visitar a Real Madrid, Real Sociedad, Getafe y Valencia. Un calendario complicado para acabar de redondear una temporada sobresaliente.