FC BARCELONA

Ni el Hansi Flick que tiene enamorado al Barça y se encamina al triplete se libra del mal del ego en el futbolista

Ferran terminó enfado por el cambio, como Ansu Fati por calentar y no salir mientras que Héctor Fort le negó el abrazo al técnico.

Ferran Torres se fue enfadado tras el cambio y no saludó al segundo entrenador del FC Barcelona. /DAZN
Ferran Torres se fue enfadado tras el cambio y no saludó al segundo entrenador del FC Barcelona. DAZN
Alberto Martínez

Alberto Martínez

El arrepentimiento suele llegar una vez se cuelgan las botas o cuando el futbolista que lo ha sido todo se convierte en el entrenador que escribe una nueva página en blanco en su vida. Comportamientos que, vestido de corto, se ven con la perspectiva del ego y de las carreras individuales, y no con la de la globalidad de formar parte de un equipo donde hay piezas principales y otras que no lo son, y que en la siguiente temporada todo se pondrá encima de la mesa y se valorará que los caminos se separen.

El propio Carlo Ancelotti explicaba lo siguiente al respecto en el podcast PorettiCast: "A veces parece que se nos valora poco. Me gustaría ser una mosca para escuchar lo que dice un jugador cuando no juega y vuelve a casa. Muchos jugadores han discutido conmigo... Hay jugadores que cuando los dejas en el banquillo, les cuesta saludarte por la mañana. Ahí confunden la persona con el jugador".

Cristian Gómez fue jugador del Espanyol y del Real Madrid-Castilla durante una temporada. Y nunca olvidará todo lo que vivió aquel año con los futbolistas que aspiraban a dar el salto al primer equipo. "Recuerdo el ego, era complicado. Yo venía del barrio y allí todos tenían cochazos. Cuando un jugador no era titular, el lunes llamaba a la puerta del entrenador y decía que se iba al City...", relata de aquella experiencia que le marcó al entender todo lo que se maneja en un club grande. Un problema, el del ego en el futbolista, del que no se libra ni un Hansi Flick que parece que lo tiene todo controlado.

El técnico lo vivió en primera persona este sábado ante el Celta, en un encuentro que se le puso cuesta arriba al FC Barcelona, con 1-3, pero que logró darle la vuelta en el añadido con un penalti transformado por Raphinha. La victoria era trascendental para seguir líderes en un momento crucial del curso, con la final de Copa del Rey en seis días y el cruce de semifinales de Champions a la vuelta de la esquina. Pero la noticia estuve igual en la remontada que en los gestos feos de algunos futbolistas.

El primero de ellos fue el de Ferran Torres. El delantero fue titular, goleó pero fue sustituido en el 59. Enfadado, le dio una patada a una botella y luego le negó el saludo a Marcus Sorg, el asistente principal de Hansi Flick. El jugador también esperaba haber sido titular entre semana en Dortmund. Aunque con el paso de los minutos se relajó, su gesto lo pillaron las cámaras. Al acabar el partido, se quedó con lo positivo: "Estoy afónico y todo. Creo que ha sido un momento en el que no sabía ni lo que hacía ni dónde estaba. Cuando ha marcado el penalti, me he pegado una carrera que yo creo que no he hecho ni en el partido".

"Cuando hablamos de contacto físico, lo hacemos de un traspaso emocional. Te apoyo, estoy cerca, te siento, me sientes... Hay una atención. Es orgullo y confianza, es acogedor", explicó a Relevo la psicóloga Ana Merayo, en referencia a los famosos abrazos de Flick. El propio Xesco Espar, coach, entiende que esta generación es de abrazarse, besarse, sentir a través del contacto el calor y dar la aprobación. Por lo que negarlo significa todo lo contrario aunque sea por un calentón. "Han entendido que la emoción multiplica el rendimiento. Y así es el Barça, ordenado y matemático, pero también emocional...", añadió sobre la manera de trabajar del técnico.

La siguiente escena se produjo con Ansu Fati. El delantero, que participó unos minutos en la ida de cuartos de final de Champions ante el Borussia Dortmund en Montjuïc (4-0), no cuenta para el entrenador alemán y este verano se deberá decidir su futuro. El Barça quiere buscarle una salida. Pero el delantero, que se pasó la segunda parte calentando, acabó con un calentón considerable. Las imágenes también pillaron al número 10, golpeando una patada a la nevera y yéndose rápido al vestuario, una vez finalizó el encuentro. No es la primera vez que Fati se va al vestuario en momentos de celebración.

Hasta Héctor Fort le negó el abrazo al entrenador tras el encuentro

Y el último de los enfados lo protagonizó Héctor Fort. El lateral derecho, de 19 años, es otro de los jugadores que apenas está teniendo minutos, a la sombra de un intocable Koundé. Cuando acabó el encuentro y Flick abrazó a sus futbolistas, el canterano le negó el gesto, lo que dejó contrariado a un entrenador que intentó hablar con él en el momento. Aunque Fort sueña con estar en la primera plantilla del Barça, su situación esta campaña no se puede comparar con la de Gerard Martín, que ha ido alternando en algunos momentos con Alejandro Balde y ha notado la confianza del entrenador.

El Barça se encamina a un triplete soñado, aunque todavía le queden muros que saltar especialmente en la Champions con el Inter y la teórica final ante Arsenal o PSG. Más fácil para LaLiga y al Real Madrid le tiene tomada la medida en una final de Copa en la que los azulgrana van de favoritos. Barcelona está enamorado de Flick, de su discurso, de su liderazgo y de haber devuelto al club a primera línea europea. Pero ni él se libra del mal del ego del futbolista.