FC BARCELONA

Hurgando en las presentaciones de los entrenadores del Barça se entiende por qué Cruyff era único: "No sigue. Se queda. Cedido..."

El club presenta a Flick oficialmente este jueves.

Johan Cruyff durante un partido del Barça./FC BARCELONA
Johan Cruyff durante un partido del Barça. FC BARCELONA
Joaquín Bacigalupo

Joaquín Bacigalupo

Cincuenta y siete días después del anuncio del Barça, hoy Flick será presentado como nuevo entrenador azulgrana. El técnico alemán ya dio una entrevista a los medios del club, en Barça One, donde dejó entrever cuáles son sus líneas maestras para devolver al conjunto catalán a la élite europea y ahora deberá responder ante los periodistas en su presentación en sociedad.

Flick será consultado por las negociaciones hasta aceptar el cargo, por sus métodos de entrenamiento, por su filosofía de juego y hasta por su relación con el famoso entorno Barça, pero muchas preguntas se centrarán en el mercado. En los futbolistas. Se le preguntará por Nico Williams, a quien el Barça da casi por fichado, y por jugadores que aún no tienen garantizada su continuidad la próxima temporada, como Pablo Torre, Oriol Romeu, Vitor Roque, Ferran Torres o Ansu Fati.

El ingenio de los entrenadores, habituados a plantarse frente a la palestra dos veces por semana, siempre acaba ganando al de los periodistas, encomendados a conseguir el titular buscado. Mucho han cambiado las ruedas de prensa en los últimos años, pero aún más si nos remontamos al 1988, el año en que Johan Cruyff fue presentado como nuevo entrenador del conjunto culé.

El neerlandés asumió el cargo a sabiendas de que debía hacer una limpieza en el vestuario y en su presentación dejó claras sus intenciones. Un periodista (Pedro García, de RNE) enumeraba y Johan respondía: "¿Javier Urruti? No continúa. ¿Gerardo Miranda? Tampoco. ¿Covelo? Se queda, pero no sabemos si lo cedemos. ¿Ángel Pedraza? Es una de las dudas aún. ¿Paco Clos? No. ¿Archibald? No. ¿Moratalla? Es duda aún. ¿López López? Se queda. ¿Fradera? Cedido. ¿Vinyals? No sabemos aún. ¿Villarroya? Se queda en el Sabadell. ¿Zubizarreta? Se queda. ¿Lineker también? Sí, sí. ¿Carrasco? También. ¿Alexanko? Sí. ¿Salva? Es duda. ¿Cristóbal? Se queda…

Aquello que entonces fue tomado con total naturalidad, como un ejercicio de transparencia, hoy sería impensable. Apenas Guardiola recordó a Johan en su presentación con su ya famoso "Deco, Ronaldinho y Eto'o no están en nuestra cabeza". Más recientemente, Koeman ejemplificó el cambio de tendencia afirmando que "no me gusta hablar de forma individual, hay que respetar a todos los jugadores". Xavi continuó en esa línea poco tiempo después: "cuento con todos los futbolistas que tiene el Barça, luego veremos".

Los entrenadores cuentan ahora con un gabinete de comunicación más profesionalizado que marca las pautas generales de su discurso y los pone en preaviso sobre los temas más candentes. Lo demostró Valverde recientemente cuando cerró filas en torno al menor de los Williams: "Tiene contrato y contamos con él para la vuelta a los entrenamientos".

Será imposible para Flick esquivar todas las preguntas sobre el mercado, los posibles fichajes, la salida de Xavi o la situación económica del club. El alemán deberá regatear como Lamine y parar como Ter Stegen.