BARCELONA

Los 'niños' del Barça están hartos de tanto luto

Cansado de pasarlo mal, el rejuvenecido vestuario azulgrana celebró por todo lo alto el triunfo en El Sadar.

El vestuario del Barça, eufórico tras remontar en Pamplona. /FC BARCELONA
El vestuario del Barça, eufórico tras remontar en Pamplona. FC BARCELONA
Toni Juanmartí

Toni Juanmartí

Igual que un día soleado se aprecia más tras semanas de lluvia constante, el vestuario del Barça no quiere desaprovechar ni la más mínima ocasión de inyectarse serotonina. En los últimos tiempos las alegrías escasean en el conjunto azulgrana, de ahí que los pupilos de Xavi celebraran por todo lo alto el triunfo en El Sadar. Años atrás, una victoria ante Osasuna difícilmente habría catapultado la moral del grupo, ni siquiera una remontada en inferioridad numérica, pero el rejuvenecido vestuario culé está harto de películas tristes. La ilusión de los 'niños' no requiere de muchos caprichos para salir a flote.

El video que el Barça colgó en redes sociales lo explica -casi- todo. Los Pedri, Ansu, Gavi, Balde, Dembélé, Casadó, Chadi y compañía protagonizaron la primera 'línea del frente' en la celebración azulgrana en la caseta. A todos ellos les une un denominador común: sienten al máximo los colores y no han ganado 'nada' con la elástica culé. No solo eso, sino que su etapa en el primer equipo viene marcada por terremotos de todo tipo. En un tercer plano, Piqué acompañaba los cánticos, evidenciando el relevo generacional en la caseta. No hace tanto, habría sido el '3' el encargado de animar la 'fiesta'. En el vestuario del Barça se han abierto las ventanas y el aire ha corrido.

El vestuario del Barça celebró el triunfo en Pamplona por todo lo alto.  FC BARCELONA
El vestuario del Barça celebró el triunfo en Pamplona por todo lo alto. FC BARCELONA

Tras caer en el Clásico y poco después certificar el KO en Champions, cuerpo técnico y plantilla se dijeron las cosas a la cara. Todos hicieron autocrítica y se conjuraron para curar la dolorosa herida que supuso la eliminación en Liga de Campeones. Fueron días difíciles, con varios jugadores entre la depresión y el enfado y el técnico cuestionado por una parte del entorno.

El tanto de Lewandowski en Mestalla en el último suspiro cambió el destino de este equipo, que vivió en Valencia un claro punto de inflexión. Tras ese triunfo han llegado otros tres consecutivos. Además, el Real Madrid se ha dejado cinco puntos por el camino. El resultante no es otro que un cambio de dinámica, tan positivo como balsámico para los pupilos de Xavi. En apenas un par de semanas, el Barça ha pasado de la tormenta a poder 'irse' líder al Mundial dos, cuatro o cinco puntos por encima del conjunto blanco. Los azulgranas estaban en la lona pero, ciertamente, están aprendiendo "a base de castañas", como dice Xavi.

La plantilla azulgrana, más unida que nunca.  GETTY
La plantilla azulgrana, más unida que nunca. GETTY

La eufórica celebración en el vestuario también es un mensaje de alivio. Un nuevo tropiezo justo antes del parón habría desempolvado de nuevo las dudas del entorno. Y el Mundial se habría hecho larguísimo. El técnico azulgrana quiso tocar con los pies en el suelo: "Es muy pronto y no hay que lanzar las campanas al vuelo", comentó. La realidad es que la plantilla ni siquiera piensa por ahora en el título liguero. Los festejos de este martes responden solo a un grupo cansado de llorar y sediento de gozo.

Laporta ya ha dejado atrás la 'depresión' europea

La remontada también supone un balón de oxígeno para el cuerpo técnico, consciente de que las críticas habían empezado a crecer en las últimas semanas. El 'staff' incentivó a la plantilla prometiendo vacaciones inmediatas en caso de derrotar a Almería y Osasuna. El equipo hizo los deberes y lo logró además volteando el marcador en inferioridad numérica. El Barça llevaba siete meses sin remontar un partido. Algunas victorias son por calidad; otras, por carácter. Estas últimas suelen dejar un mayor sentimiento de familia y una mayor dosis de adrenalina. Se pudo comprobar sobre el mismo césped, donde los jugadores se abrazaban como si de un título se tratara.

La imagen de Joan Laporta y Rafa Yuste botando sobre el césped de El Sadar junto a los aficionados del Barça desplazados a Navarra ilustran el estado de ánimo del barcelonismo. La ilusión de tirar hacia delante el nuevo proyecto pesa más que la hemeroteca. La misma que recuerda que, hace nada, el equipo se desmoronó ante Bayern, Real Madrid e Inter. Harto de decepciones, el club catalán quiere volver a creer.