No lo recuerdas, pero Imanol Alguacil jugó en el Villarreal: "Cuando tienes a alguien que defiende algo que ama, es imbatible"
El 'submarino amarillo' fue el primer equipo en el que jugó el entrenador de la Real, después de media vida como 'txuri urdin'.

El corazón de Imanol Alguacil (Orio, 1971) late en txuri urdin, pero si en algún recóndito lugar del mismo albergara algo de espacio, éste se teñiría ligeramente del color amarillo del Villarreal. El club de Castellón fue el primero en el que el todavía entrenador de la Real Sociedad jugó después de media vida en la Real y, aunque sólo se mantuvo dos años, el Submarino Amarillo representó un período importante de su vida. No solo eso. El recuerdo que guardan los que fueron sus compañeros allí es imborrable. Así las cosas, es difícil que el actual técnico txuri urdin no le tenga cariño al Villarreal. No sólo porque fue el primer equipo que se fijó en él cuando la Real decidió darle la dolorosa noticia de que dejaba de contar con él, sino porque pertenece a un período histórico en la entidad amarilla.
El oriotarra forma parte de la primera plantilla que jugó en Primera con el Villarreal. El conjunto amarillo logró dicha gesta en 1998 y ese verano contrató los servicios de Imanol Alguacil. Mucho tuvo que ver en su fichaje José Antonio Irulegui, que fue el entrenador con el que el Villarreal ascendió. El lasartearra, que dirigió a la Real en los setenta, eligió al oriotarra sabedor de que le ofrecería lo que necesitaba para una campaña tan dura como la del estreno en la máxima categoría. Imanol compartió vestuario, entre otros con Palop, Aitor Arregi, Óscar Téllez, Albelda, Gica Craioveanu o Moisés, y aunque la campaña acabó mal, con la pérdida de categoría, Imanol se mantuvo en la plantilla que la siguiente temporada recuperó la categoría casi de forma definitiva. Imanol. En dos campañas como jugador amarillo disputó 34 partidos en los que marcó un gol.
-U47220687203orU-406x720@Relevo.jpg?cw=300&ch=533)
Ha pasado el tiempo, pero algunos de los que fueron sus compañeros le recuerdan como mucho cariño como es el caso de Aitor Arregi o Iñaki Berruet, con los que formó un trío inolvidable por todas las experiencias vividas. "Cuando viene gente del entorno, siempre tiendes a acercarte más. Uno de Orio viene a Villarreal y hay uno de Getaria, lo más lógico es que se junten", analiza Aitor Arregi, dueño del Elkano. Le cuesta encontrar las palabras para definir a alguien por el que siente un aprecio infinito. "Creo que sigue siendo el mismo de siempre", valora el exfutbolista, que no deja de lanzar flores al ahora entrenador de la Real Sociedad en los diez minutos de conversación con Relevo. "Era un gran compañero, una persona que lo daba todo con ese ADN de los remeros de Orio. Alguien muy humano, con ganas de construir… Cuando 24 personas saben a qué se dedican y por qué se dedican a eso, creo que ahí lo que se crea es una forma de ser y cuando los equipos bien aguerridos son difíciles de batir pueden llegar a hacer cosas muy interesantes. Y creo que es lo que está haciendo Imanol… También antes", rememora. En su opiniín. "era uno más en un vestuario y lo daba todo. Era una forma de ser en lo que tocase, saltar al campo, estar en la grada… siempre en positivo y construyendo, dándolo todo donde le tocase. Siendo uno más del equipo", destaca de alguien que, en su opinión, "es un regalo en el mundo del deporte".
"Era uno más en un vestuario y lo daba todo. Era una forma de ser en lo que tocase, saltar al campo, estar en la grada… Siempre en positivo y construyendo, dándolo todo donde le tocase"
Estima que el Imanol de hoy y el de entonces "es la misma persona" porque "habla igual, desde la nitidez de su forma de ver". Entiende que "no esconde nada y habla desde el sentimiento. Si cree que hay algo que puede dañar, no habla, se lo guarda. Y sabe cuando tiene que decir algo y decirlo de una manera elegante. Sabe describir que tiene corazón cuando se pone en modo forofo. Cuando tienes a alguien que defiende algo que ama, es imbatible. Y luego una forma de ser como es la suya. Es un tío a imitar, sobre todo en nuestra provincia. Pero no es nada nuevo. Él estuvo en otro momento en otro trabajo cuando dejó el fútbol, con su hermano, y era la misma forma de ser… Increíble", significa.
Para el recuerdo, una anécdota de su época juntos en el Villarreal, que remarca los valores de Imanol Alguacil. "Jugamos en Anoeta contra la Real. La banda izquierda era para mí y a la derecha, Imanol. Yo, como comprenderás, no creerás que iba a marcar un gol y levantarme la camiseta. Teníamos como delantero a Manolo Alfaro. Él, cuando marcaba, se levantaba la camiseta y mostraba alguna de AC/DC… Se me ocurrió darle una camiseta de los remeros de Getaria y fui donde él: 'Si marcas, ¿te puedes levantar tu camiseta y enseñar ésta, la de Getaria?' Se la levantó y me dijo: 'Llegas tarde' Imanol ya le había dado una amarilla de Orio", rememora entre risas Arregi.
«Hablábamos en Euskera, cantábamos canciones de aquí...»
La tercera pata de este banco la formaba Iñaki Berruet, que solo coincidió tres meses con Imanol Alguacil, al que conocía de haberse enfrentado a él. "Era un tío muy majo, muy trabajador, muy implicado en el equipo. Al llegar ahí enseguida me junté con él y con Aitor Arregi, que eran los dos guipuzcoanos que había en el equipo y también con López Vallejo y con Unanua", confirma el irundarra. "Él era muy alegre y bromista. Siempre estaba de buen humor. Siempre hacía algo para generar un buen ambiente en el equipo. Como entrenador le veo serio, pero también tiene su punto de gracia y de humor. Cuando era futbolista, lo tenía. Era alguien muy bueno para un vestuario", valora uno de los héroes de la victoria del Real Unión en el Bernabéu en aquella inolvidable Copa del Rey de 2008.
"Era muy alegre y bromista. Siempre estaba de buen humor. Siempre hacía algo para generar un buen ambiente en el equipo. Como entrenador le veo serio, pero también tiene su punto de gracia y de humor. Era alguien muy bueno para un vestuario"
"Era humilde y normal. Él venía de la Real y el Villarreal empezaba a ser lo que es ahora. Teníamos muy buenos jugadores… Estaban Gica, Javi Gracia, Palop, Albelda… El Villarreal siempre ha tenido muy buenos jugadores, pero Imanol venía de la Real, un equipo importante y llegaba a uno menor. Era cuando el Villarreal empezaba. No había ciudad deportiva… Para él era como descender, pero no le importó", asegura Berruet, al que tanto Imanol como Arregi "acogieron muy bien. Uno es de Orio y el otro, de Getaria, dos pueblos que están pegados. Ellos ya tenían relación entre ellos y al llegar yo, de Irún… Con Aitor ya había jugado en el Alavés. Fue todo más fácil. Hablábamos los tres en euskera, íbamos cantando canciones de aquí… Estuvo muy bien estar allí", reconoce alguien que considera que Imanol "es de los mejores entrenadores que ha tenido la Real a lo largo de su historia", algo que le ha sorprendido.
«Nos inculcó lo que era competir al máximo nivel»
En aquel vestuario también estaba un imberbe Andrés Palop, cuyo recuerdo de Imanol Alguacil "es el mejor". Para el exguardameta, "que el Villarreal, en ese momento, se reforzara con un futbolista de ese talente, para nosotros era una ilusión tener un lateral de esas características en nuestro equipo. Lo acogimos con gran ilusión y con esperanzas de que nos pudiera ayudar a hacer un buen equipo para intentar mantener la categoría ese año", aclara.
Palop tira de memoria para explicar cómo era aquel equipo y la importancia de conseguir el fichaje de un futbolista que venía de la Real Sociedad. "El Villarreal de aquella época no tenía nada que ver con el de ahora. Ascendió de forma sorpresiva porque nadie contaba con él. Hicimos un buen grupo y ascendimos de una manera épica. No teníamos una ciudad deportiva donde entrenar, no teníamos un gimnasio, teníamos que ir a entrenar por los pueblos… las dificultades eran grandes. Hicimos una primera vuelta muy buena, con la ilusión de muchos jugadores de estar en Primera División, pero en la segunda se fueron cayendo jugadores, lesiones, dificultades, caíamos en esa Promoción y nos ganó el Sevilla merecidamente", argumenta.

En su opinión, "Imanol vino en un perfil bajo, no vino de manera arrolladora. Encajó enseguida en la idiosincrasia de todos nosotros. Éramos un equipo humilde y él encajó muy bien. Era un chico que no hablaba mucho, pero cuando hablaba se hacía escuchar porque razonaba de una manera muy consensuada… Sabía de fútbol, sabía lo que ahora está demostrando como entrenador. A todos los jóvenes que estábamos allí nos ayudó muchísimo y nos inculcó lo que era competir al máximo nivel. Tengo grandes recuerdos de Imanol, aunque fue un año solamente y un año difícil, sí que dejó una huella a nivel de persona y de profesional", confirma el valenciano.
"Imanol vino en un perfil bajo, no vino de manera arrolladora. Encajó enseguida en la idiosincrasia de todos nosotros. Éramos un equipo humilde y él encajó muy bien. Era un chico que no hablaba mucho, pero cuando hablaba se hacía escuchar"
Entiende Palop que "no es lo mismo ser jugador que entrenador, pero sí es cierto que cuando él era jugador, de cara a nosotros, yo que era de los más jóvenes de la plantilla, a mí me daba un gran apoyo y una gran confianza", valora. Es más, "cuando hacíamos charlas de vestuario, cuando tomaba la palabra siempre tenía un mensaje importante y que se le escuchaba y que aportaba situaciones para la mejora. Cuando le vi luego de entrenador, si que me encajaba la situación de decir: 'Aquel Imanol que dentro del vestuario no era muy hablador, no era muy extrovertido, cuando hablaba se le escuchaba". Por este motivo no le extraña "el potencial que tiene".

Aclara que "no tuvo problemas de adaptación, al revés. Había gente de la zona como Aitor Arregi, que le ayudó muchísimo y gente veterana. Evidentemente, nosotros como equipo sabíamos lo que nos había funcionado la temporada anterior y la base y el núcleo de lo que necesitábamos de cara a esa temporada tan difícil era que hubiera un buen vestuario. Cuando llegó Imanol allí, para nosotros era increíble poder jugar al lado de Imanol con tantos partidos en Primera y viniendo de un equipo como la Real Sociedad. Por tanto, todos se lo pusimos fácil y él se adaptó fácil porque, ya te digo, el perfil fue bajo, no de sacar a relucir todo lo que había jugado, dónde había estado, sino todo lo contrario, ayudarnos a todos y aportar su granito de arena cuando incluso no le tocaba jugar. Él lo puso fácil porque sabe pie a ello. No era arrogante ni estaba dentro de una burbuja en la que muchos jugadores están y que piensan que por el hecho de venir de un equipo superior, son los cracks. Vino con una mentalidad muy positiva y que a todos nos ayudó pese a que el año no fue bueno", agradece.