La importancia de Iñaki Williams y la familia en la renovación de Nico: "Siente que le deben todo al club, gratis no se iba a ir"
Nico Williams ha decidido continuar en Bilbao y, sobre todo, no dejar el club sin compensación económica en caso de salida.

"Gratis no se va a ir". Esta frase ha sido una de las más mencionadas en relación a la negociación de Nico Williams cada vez que se preguntaba por ello. Era algo que tenían claro todos, aunque en el club siempre tuviesen el temor de saber que a partir del 1 de enero el talentoso extremo fuese libre de negociar con cualquier club y ese hecho ha marcado las negociaciones. Una fecha a la que no se quería llegar para anunciar una renovación que se ha trabajado durante meses, con muchas reuniones y en la que el entorno del pequeño de los Williams ha sido clave para poder anunciar este viernes la renovación más esperada en Bilbao.
Más allá de las largas negociaciones, nadie quería generar crispación en unas relaciones que son muy fluidas entre la entidad y la familia, con Iñaki como estandarte y convertido en uno de los capitanes por importancia en el primer equipo. No es casualidad que el anuncio oficial aparezca también el mayor de los hermanos. "Sienten que le deben todo al club", dicen desde la entidad.
Iñaki siente una profunda conexión con el Athletic y con Bilbao. Por la ayuda que supuso para sus padres la figura de Iñaki Mardones, el sacerdote que les ayudó cuando llegaron a Euskadi, y también por la apuesta que hizo el club por ellos cuando eran muy jóvenes. Primero por él, en edad juvenil, y poco después por un Nico que empezaba a despuntar en Navarra y que recaló en Lezama con solo 12 años. Pero, además, para el mayor de los hermanos siempre ha sido importante que el pequeño asuma los valores que identifican a la familia, preocupado -si se puede decir así- por verle crecer en un ambiente más cómodo ante el éxito que Iñaki estaba teniendo en el primer equipo.

Le ha cuidado de cerca desde su ascenso al primer equipo y le ha guiado en una forma de comportarse. Ser agradecido es una de las principales y por ello fue uno de los que en todo momento aconsejó que debía renovar este primer contrato. La idea es que si sale en el algún momento de la entidad bilbaína será dejando dinero y para recalar en uno de los clubes más importantes del continente.
Se comprobó en verano, cuando el Aston Villa y Unai Emery apretaron con un sueldo desorbitado. Un salario al que renunció, al igual que ha hecho con las ofertas de clubes como el Barcelona. Los culés le querían libre en junio, repitiendo la fórmula Iñigo Martínez, y ofrecían también un contrato superior al firmado en Bilbao. Sin embargo, el culebrón que suponía un año sin renovar, la situación en la que quedaba la familia y el convencimiento de que el Athletic es el mejor lugar para seguir creciendo inclinaron la balanza para firmar la ampliación más esperada en San Mamés.

"La familia Williams es 100% Athletic, son athleticzales hasta le médula. Lo han demostrado a lo largo de su vida. Que los hermanos sigan juntos es algo muy positivo porque Iñaki ha sido una figura fundamental para Nico y, además, se retroalimentan. Tener esta combinación en el Athletic es increíble", destacó Jon Uriarte, presidente rojiblanco tras la renovación. "El que haya historias así, de familias que compiten juntas y que defienden nuestro escudo, es una muestra más de que nuestra filosofía no ha pasado de moda y está más fuerte que nunca".
Los hermanos seguirán jugando juntos, algo que también es muy importante para ellos. Iñaki, a sus 29 años, tiene contrato hasta 2028 y Nico estrena nuevo vínculo hasta 2027. Poder seguir disfrutando del fútbol en un proyecto que consideran que está en crecimiento y que hace intuir años ilusionantes ha sido la la gota final para que la afición siga tranquila y disfrutando de los hermanos más queridos. Sonríe la familia Williams Arthuer. Sonríe el Athletic. Sonríe el Athletic.