El giro radical en la vida de Joan García: "Tiene nivel para jugar en cualquier equipo top mundial"
Iñigo Arteaga, entrenador de porteros del Espanyol, se deshace en elogios hacia su pupilo Joan García, una de las revelaciones de una temporada que ha devuelto al equipo perico a Primera.

Después de toda una vida formando parte del cuerpo técnico de Javi Gracia, el pasado verano recibió una propuesta para convertirse en un entrenador de club. Iñigo Arteaga (Añorga, 1972), previa consulta con el entrenador navarro, al que considera un amigo, no dudó en aceptar la oferta de Fran Garagarza, director deportivo del Espanyol. La apuesta no ha podido resultar más exitosa con la consecución del ascenso tras un año "muy largo y muy duro" en una institución con un "entorno muy complicado". A sus órdenes ha tenido a una de las sensaciones del año en Segunda División como es Joan García, portero cuyo nombre ya se ha relacionado con el Real Madrid. El entrenador guipuzcoano se deshace en elogios hacia el guardameta catalán, del que dice que tiene nivel suficiente para jugar donde se lo proponga.
Primer año en el Espanyol y ascenso, más no se puede pedir, ¿no?
Era el objetivo. Cuando fuimos allí estaba claro que la presión era toda por subir, que tenía que subir sí o sí, que las últimas veces que el Espanyol había estado en Segunda, siempre había subido a la primera. Así que objetivo cumplido.
Dices que ha sido un año muy largo y muy duro…
Mucho. El ambiente al comenzar la temporada no era bueno. El público estaba con el resquemor de lo sucedido el año anterior y el club, también, sobre todo con temas arbitrales, de cómo se bajó… fue difícil. Se empezó bien, pero ha habido tres cambios de entrenador, que eso también influye mucho. Se ha conseguido de la manera más larga posible, pero objetivo cumplido.
¿Qué Espanyol te has encontrado? ¿en que situación está ese equipo?
Dentro del club, la gente tiene un sentimiento de pertenencia muy grande, una buena estructura deportiva y ganas de hacer bien las cosas. Era un año raro, sobre todo por estar en Segunda. Aunque no hacía mucho que habían estado ahí, es uno de los clubs más históricos de Primera. Había que volver sí o sí. Te encuentras con una afición muy exigente, que muchas veces nos han hecho parecer que jugábamos fuera de casa del nivel de exigencia que había, pero, sin embargo, los tres últimos partidos, cuando se le ha necesitado, ha estado ahí y ha sido una parte muy importante de esto. Espero que a partir de ahora esa unión que se ha hecho en los tres últimos partidos, se mantenga, más allá de los problemas que haya.
¿Es un club tan complicado?
El entorno es complicado. El día a día es muy cómodo. Tanto la dirección deportiva, como la directiva, como los entrenadores, entrenamientos, ciudad deportiva… Todo es muy cómodo. Pero sí es verdad que el entorno influye mucho y que aprieta. Se produjo el cambio de una leyenda como es Luis García y ahí se generó bastante tensión y fue duro. El entorno se notó. También es verdad que al final de temporada han apoyado y se ha notado mucho. Eso es lo que hay que hacer. Me acuerdo de una frase de Martín Lasarte cuando se consiguió el ascenso: "No se desunan". Es algo muy importante para este Espanyol. Se puede tomar como referencia aquella Real Sociedad del ascenso y creo que puede ser la base del nuevo Espanyol.
Es una frase sencilla, pero con un mensaje muy profundo que, a veces, en el fútbol, es difícil de cumplir, ¿no?
Sí, porque cada uno busca su parte del negocio. Los futbolistas y los técnicos buscamos ganar, quedar lo más arriba posible siempre e intentar que todo se demuestre en el día a día. La afición quiere ganar y en este deporte no siempre se gana. De eso tenemos que ser muy conscientes. Es verdad que hoy en día las redes sociales influyen mucho en los pensamientos de los aficionados. Cualquiera puede hablar desde el anonimato y decir cualquier cosa sin pudor ninguno y es difícil. Es muy importante esa unión.
¿Cómo se convive con todo el tema de las redes sociales? ¿Ha cambiado mucho el fútbol en ese sentido?
Sí, ha cambiado mucho el tema de la información. Cuando estás trabajando, no le haces caso a esas cosas, pero sí influye porque al final, quieras o no, a los amigos, a la familia siempre llegan las noticias. Cualquier persona puede leer algo en redes sociales. Hoy en día todo el mundo las tenemos. Sí influye y es difícil. Antes, en mi época, por ejemplo, los propios periodistas iban a ver los entrenamientos, se publicaban cuatro noticias y se hablaba solo de eso. Es cierto que existían los foros de internet, pero no había este movimiento continuo que hay ahora, que cualquiera puede dar información. Se crean grupos solo para dar información a través de las redes sociales sin ser periodista. Estamos en ese mundo. Hay que amoldarse aunque a algunos nos parezca difícil, pero es lo que hay.
Personalmente hablando, ¿Qué ha supuesto esta temporada para Iñigo Arteaga?
Después de muchos años trabajando para un cuerpo técnico, que siempre ha sido el mismo, con Javi Gracia, cuando se plantea esta oportunidad, convertirte en un entrenador de club, ha sido la experiencia más positiva de todo: saber amoldarte a cada entrenador, a lo que te pide cada uno, al nivel de exigencia de un club que tiene que subir sí o sí y saber que tú vas a estar todo el año pase lo que pase. Saber manejar esas situaciones, esa ha sido la experiencia nueva que ha surgido durante este año.
¿Cuánto has tenido que ver para que se hable tanto y tan bien de Joan García?
En eso tiene que ver él. Joan es presente. Un portero con un gran presente y con un futuro muy importante. Dese nuestro ámbito lo único que podemos hacer es orientarles, ayudarles, manejarles, enseñarles, prepararlos para el partido y para el día a día. Hay muchos que han influido desde hace muchos años. Todos los entrenadores que ha tenido tanto en las categorías inferiores como los que ha tenido en el primer equipo, también han influido mucho. Pero bueno, este año ha tenido la oportunidad de poder participar más que otros años por la desgraciada lesión de Pacheco. Ha demostrado su nivel. Hemos pasado todo el año con Pacheco hablando de que hay dos cañones muy importantes en el Espanyol que son Joan García y Ángel Fortuño, y cuando han aprovechado la oportunidad, se ha producido el sorpasso.
¿Cómo ha llevado la suplencia un portero de la categoría y la experiencia de Pacheco?
Pacheco ha sido una parte muy importante el Espanyol esta temporada porque hasta el partido contra el Eibar, que es cuando se lesiona, hubo partidos y puntos que sacamos gracias a él. Me acuerdo, por ejemplo, del partido contra el Albacete fuera y otros en casa, en los que su actuación fue fundamental. Nos ha mantenido ahí con su experiencia y su saber estar. Él sabía lo que tenía por detrás, que no podía caer en ningún momento. Cuando ha caído, el chaval lo ha aprovechado. Joan ha estado muy bien, pero ya te digo que Pacheco ha sido una parte importante de apoyo, de crecimiento de Joan, de estar siempre para ayudar. Me acuerdo del día del Oviedo, después del gol. Termina el partido y lo típico de que vas a decirle algo... y el primero que se acercó fue Pacheco y le animó. Ha demostrado su profesionalidad, su carácter y su forma de ser.
Háblame de Joan…
Creo que te he dicho todo. Tiene un presente muy bueno y un futuro increíble. Domina el juego aéreo muy bien. En portería es muy rápido con la altura que tiene. Es rapidísimo en dobles acciones. En este sentido, es uno de los porteros más rápidos que he entrenado. Es muy completo para el fútbol de hoy en día. Juega muy bien con el pie, pero lo más importante es que dentro de portería para mucho. Domina también muy bien el juego exterior.
¿Cuánto ha cambiado la figura de portero desde su época?
Yo era de los altos con 1,85 metros. Y ahora todos necesitan casi los dos metros. Imagínate lo que ha cambiado. Ahora lo primero que se mira es eso, pero tenemos, por ejemplo, el caso del tercer portero, Ángel Fortuño, que con 1,83 le ves en portería y dices: 'Madre mía'. Es de destacar cómo para y cómo participa en el juego exterior y eso es una base que se ha ido forjando durante muchos años en el RCD Espanyol, que creo que es una de las mejores canteras de porteros que puede haber en LaLiga. Creo que es un trabajo muy importante que se ha hecho en el Espanyol y hay que reconocérselo a todos los que han estado estos años llevando ese departamento.
¿Todo lo que se está hablando alrededor de su persona, le puede influir?
Tiene 23 años y es un chaval que tiene la cabeza amueblada. No le afectan las cosas externas que puedan pasar. Le pueden afectar más sus cosas internas, las del día a día. Él sabe de qué va este negocio. Ha pasado tres años durísimos en el Espanyol. Apostaron por él, luego no, luego sí. Parecía que él iba a ser el portero, pero le trajeron otros dos. Lo ha llevado bastante bien. Tenemos una psicóloga que le está apoyando mucho. Y todos los que estamos en su entorno le estamos intentando ayudar para que vaya creciendo. En eso no va a fallar.

¿Es portero para el Real Madrid?
(Risas) Es portero del Espanyol. Ojalá lo sea mucho años. Es un portero que puede jugar en cualquier equipo top a nivel mundial.
¿Te sorprendió la llamada del Espanyol?
Me sorprendió. Javi (Gracia) había estado en el Leeds, pero yo no había podido ir porque había un entrenador de porteros allí, como era Marcos Abad. Veía el futuro de aquella manera, porque Javi nos había dejado ver que este año no iba a entrenar, que se tenía que operar de la cadera, que venía de años complicados. Estábamos comiendo con un grupo de entrenadores guipuzcoanos en Hernani y me llamó Fran Garagarza y me dijo que había una posibilidad de ir al Espanyol. Me gustó la idea, el objetivo de ascender y hablé con Javi y me dijo que, en principio, no iba a entrenar, que cogiese la opción de trabajo, que a él también le parecía buena. Y así surgió todo.
Siguiendo a Javi Gracia te habías convertido en un trotamundos…
Hemos recorrido mundo… De jugador ya me fui a Portugal a jugar y como entrenador de porteros he tocado Grecia, Rusia, Inglaterra, Qatar, Málaga, Cádiz, Valencia… Sitios con muchos objetivos que cumplir. En Cádiz había que ascender y ascendimos. En Málaga el objetivo era estar arriba e hicimos novenos y octavos. Valencia fue un año difícil porque veníamos de una situación complicada, postpandemia, sin gente en la grada, con el ambiente enrarecido que hay en esa ciudad. Fuimos con mucha ilusión. Empezamos bastante bien. De hecho, en la cuarta jornada estábamos líderes, pero salió Kondogbia, un jugador que no iba a salir. Fue un año muy duro. Desde el principio nos sentimos un poco engañados por todo lo que nos prometieron y que luego no llegó a pasar. Así fue el año y terminó como terminó. Son experiencias personales que vas acumulando, diferentes tipos de fútbol que vas conociendo porque, al final, no se juega igual en cada país. Hay muchas circunstancias externas. No es lo mismo jugar en Grecia que en Rusia, o irte a la Premier y jugar en un Watford con todo lo que ello conllevaba. Es difícil y te tienes que amoldar. Al final es trabajo, ir conociendo tus dificultades del día a día e ir adaptándote. La adaptación a los diferentes tipos de futbol es lo que más me ha aportado haber estado en tantos sitios.
"Valencia fue un año muy duro. Desde el principio nos sentimos un poco engañados por todo lo que nos prometieron y que luego no llegó a pasar. Así fue el año y terminó como terminó"
Entrenador de porteros del Espanyol¿Por qué es una plaza tan difícil Valencia?
Por la exigencia que tienen. La exigencia de la gente, del entorno. Exigencia hay en todos los sitios, pero ahí se hace como muy directa hacia las personas. No hay paciencia con la gente. Los últimos años sí la ha habido con Baraja. Sabiendo lo que hay, apoyándole desde muchos sectores, poco a poco, llevan buenos años. Este año han estado cerca de entrar en Europa. Si se dejan hacer las cosas bien, es un club grande, con una ciudad espectacular para poder hacer las cosas bien, pero el entorno y dentro el club las personas no ayudan. Hay gente dentro el club que no ayuda. Suelo hablar mucho con Ochotorena y se lo digo. Él se suele reír, pero bueno, él es un crack. Aparte de ser una persona excepcional, es un gran trabajador que ha dejado su impronta en los clubs. No hay más que ver el nivel que han dado siempre sus porteros.
Ochotorena en el Valencia, Llopis en el Real Madrid, Manzisidor en el Manchester City, tú en el Espanyol… Todos tienen un denominador común, que son guipuzcoanos. ¿Cuál es la clave del éxito?
El trabajo. Siempre nos han inculcado el trabajo, intentar hacer las cosas para que luego se hagan bien en el campo. Llopis, aparte de amigo, es la persona que me metió en este mundillo y me ha inculcado muchos de los valores del entrenador de porteros. Es la filosofía que va con nosotros. Se ve también en entrenadores de campo. Hay muchos guipuzcoanos entrenando a nivel top y es eso, el trabajo, nuestra forma de ser, insistir para que las cosas salgan.
¿Cuánto de mal lo pasaste antes de firmar por el Espanyol?
No ir a Leeds fue un palo. Siempre he ido con Javi (Gracia). Fue duro en lo personal. Sabes que en este negocio hay algunos sitios, sobre todo con los entrenadores de porteros, que muchas veces son de clubs, están instalados y es muy difícil mover eso. Así como en Valencia yo me adapté a Ochotorena y a Borja, que estaban allí, el Leeds no consideró eso y fue una pena porque volver a disfrutar de la Premier hubiera sido muy bonito.
Cuando hay un problema en un equipo, el nombre de Javi Gracia siempre sale a la palestra, pero hace mucho que no entrena. ¿Está aburrido de los banquillos?
No está cansado. Le gustan los proyectos claros, los proyectos que se puedan iniciar y terminar, y que haya tiempo para trabajar desde el principio. Es lo que quiere él. Nos ha tocado entrar a trabajar en proyectos ya comenzados y te tienes que adaptar. A él le gusta entrenar, volverá a entrenar seguro, pero no a cualquier precio y en cualquier lado. Eso lo tengo claro. Lo que más le gusta es disfrutar del fútbol, que todo lo que preparamos durante la semana se va a realizar el fin de semana, que la gente esté comprometido con el equipo, que es difícil, pero es lo que él desea.
"Javi Gracia no está cansado del fútbol. Le gustan los proyectos en los que haya tiempo para trabajar. Le gusta entrenar y volverá, seguro, pero no a cualquier precio ni en cualquier lado"
Entrenador de porteros el EspanyolEste año volverás a casa con el Espanyol…
Será bonito. La última vez lo hice con el Valencia. Estoy con ganas.
¿Cuánto disfrutas de la Real desde la distancia?
Mucho. Es tu club, el club de tus amores. Siempre estás pendiente de lo que hace la Real. Viéndola jugar estos últimos años estoy disfrutando mucho porque ves que va a cualquier campo a ganar. Le ves que todos los partidos los tiene muy bien preparados, que es muy difícil que le sorprenda, que muchas de las veces la Real es la dominadora del juego, sabes que van a tener ocasiones de gol. Y luego ver a tanta gente de casa saliendo y cumpliendo a muy alto nivel es una gozada.
¿Por qué no saca un portero de casa?
No lo sé. Es una pregunta que hay que hacerla a los que están dentro. Es raro. Antes sí salían más porteros. Ahora está Marrero, pero desde Zubikarai y Riesgo no habían vuelto a sacar un portero. Son fases. Sacamos a otro tipo de jugador. No estamos sacando porteros. Creo que es una provincia donde hay muchos porteros que se podrían aprovechar. De hecho, ya vemos en el Athletic que hay tres porteros salidos de la cantera guipuzcoana como Julen, Padilla y Gastesi. Ahí están los tres. Aquí están saliendo poco a poco como los Marrero, Flores, Arana… Hay porteros que están cerca de dar ese pasito, pero tiene el hándicap de que tienen un gran portero, uno de los granes porteros de la Liga y casi de Europa. Ya saldrán. Creo que se está trabajando bien, seguro, y poco a poco irán saliendo.
¿Qué es lo que destacaría de Remiro?
Que mejora cada año. Que siempre da un paso más. Siempre me ha gustado mucho, de su época en el Athletic, Levante y Huesca. Es un portero top. Cuando conoces a un portero, ves que puede tener una progresión muy buena. Remiro, en este caso, cuando fichó por la Real, todo el mundo que conocíamos al portero, sabíamos que podía dar un paso.
¿Es muy difícil formar un buen portero?
No. Lo que pasa es que es más fácil que ante la frustración cambien y se vayan a otro deporte. Pero si se trabaja desde el principio con una buena metodología, con una buena base de trabajo para fomentar ese puesto, se pueden sacar porteros.
Echando la vista atrás, ¿cómo recuerdas tu época en la Real?
Es lo mejor que me ha pasado. Estuve seis años. Llegué en juveniles. Luego estuve cuatro años en el Sanse y uno en el primer equipo. La pena es no haber debutado oficialmente, pero haber jugado aquel partido en San Mamés, con el debut de Joseba Etxeberria en el Athletic, eso se queda. La única foto que tengo de recuerdo de la Real es debutando en aquel partido. Si no hubiese sido por la Real, probablemente, no hubiera sido futbolista. La pena es no haber podido debutar y haber tenido un camino en la Real en Primera. ¿Que podría haber dado el nivel? Yo creo que sí, pero delante tenía a Alberto, que lo hizo muy bien. Luego estaba Roberto (Olabe), que era un fichaje con un contrato de futuro y, luego, estaba yo, que subía de la cantera, con progresión. Tuve la fortuna de ir en varias convocatorias y pude disfrutar del primer equipo y sí, es una pena no haber estado más años. Esto toca así y no hay nada que reprochar a nadie.
¿No haber debutado te hace tener un recuerdo agridulce?
Ya no. En algún momento, cuando todavía jugaba, sobre todo el primer año, sí lo piensas, que podía haber estado ahí, pero ya no, pasa el tiempo y haces tu carrera. Ves que el fútbol no se acaba en la Real. Xabi Prieto dijo que él no quería ser futbolista, que quería jugar en la Real. Eso era lo que quería yo, pero el fútbol te lleva por otros derroteros. Llevo desde el 2005 entrenando porteros y estoy muy contento con la carrera que tengo. Lo que no pude disfrutar como jugador de Primera División, lo he disfrutado como entrenador.
De todos los porteros que has entrenado, ¿quién es el que más te ha sorprendido?
Joan García y Ángel Ortuño son dos de los porteros que más me han sorprendido. Luego, me acuerdo de Oier Olazabal cuando estaba en el Real Unión y de las cualidades que tenía. De hecho, fichó para ser el tercer portero del Barcelona con 18 años. Me encantaban los dos porteros que teníamos en el Watford, Ben Foster y Heurelho Gomes, que con su veteranía, 35 y 39 años, disfrutamos un montón con ellos.